Rufus Wainwright: "No puedo evitar ser el m¨²sico m¨¢s vanguardista del mundo"
El cantante se presentar¨¢ este s¨¢bado en el Teatro Real de Madrid. Pero antes, hemos charlado de su pasado, de su hija con Lorca Cohen y hasta de Miley Cyrus
Hay cosas que solo le pasan a Rufus Wainwright. Como encontrarse entre las Maldivas y Vietnam a bordo del superyate del cofundador de Microsoft, Paul Allen, improvisando versiones de Nirvana junto al bajista del m¨ªtico grupo grunge, Krist Novoselic. Escucharle relatar la an¨¦cdota es lo mejor que te puede pasar un viernes por la ma?ana. "Mi marido y yo tuvimos la suerte de ser invitados por Allen a principios de este a?o a un crucero para 200 personas. Ah¨ª estaban Stevie Wonder, Quincy Jones, Jeff Goldblum, Quentin Tarantino¡ Junto a un mont¨®n de genios de la ciencia, como el tipo que descubri¨® el genoma humano [Francis Collins]. Era como si hubieras metido en un barco a toda la gente que tuviera que estar en una cena ideal antes del fin del mundo. Krist flip¨® cuando nos presentaron y le dije que nunca hab¨ªa sido fan de Nirvana, supongo que est¨¢ poco acostumbrado¡ Acabamos cantando In bloom. La ¨¦poca del grunge me pill¨® en plena conversi¨®n a la ¨®pera, un g¨¦nero que me absorbi¨® durante a?os".
Estamos en las tripas del Teatro Real de Madrid. Wainwright se ha presentado con pinta de no haber dormido en d¨ªas, parapetado tras unas enormes gafas de sol y con el pelo m¨¢s revuelto que de costumbre. "A ver qu¨¦ pod¨¦is hacer con este careto", nos reta. No es que haya retomado sus d¨ªas de fiestero, es que lleva dos semanas de tour promocional por Europa. Aun as¨ª, se muestra animado: "Ma?ana tengo d¨ªa libre y me voy a Toledo. Ya he estado una vez, pero aunque solo sea por ver cuadros de El Greco ya merece la pena". Est¨¢ de visita de cortes¨ªa antes del concierto que dar¨¢ en la instituci¨®n madrile?a el 16 de julio dentro de los actos de celebraci¨®n del 40 aniversario de EL PA?S. La ¨²ltima vez que pis¨® estas tablas ¨¦l mismo cumpl¨ªa, precisamente, los 40 a?os. Esta vez repite una semana antes de alcanzar los 43. "Deber¨ªa venir a celebrar aqu¨ª cada cumplea?os", bromea.
Se call¨® durante a?os el haber sido violado a los 14 a?os en una visita a Londres: un tipo con el que lig¨® le forz¨®, rob¨® e intent¨® ahogar en Hyde Park
Vendr¨¢ a solas con su piano. "Es mi arma secreta para hacer caja y quedarme yo con toda la pasta. Esto de andar entregado a la ¨®pera ha resultado ser un hobby bastante caro [risas]". Una pena, porque acaba de publicar, probablemente, el disco m¨¢s ambicioso del a?o, Take all my loves: 9 Shakespeare sonnets. En ¨¦l da argumentos a esos detractores que le tachan de histri¨®nico y rimbombante y pone a prueba a sus fans ac¨¦rrimos. "?Quieres decir que nadie se ha atrevido a hacer nada tan valiente y rid¨ªculo por el 400 aniversario de Shakespeare?", se precipita a defender con una carcajada. "Me lo tomar¨¦ como un cumplido. Que piensen lo que quieran, pero nadie puede negar que escucharlo es todo un viaje. Qu¨¦ le voy a hacer, no puedo evitar ser el m¨²sico vivo m¨¢s vanguardista del mundo". El canadiense ha seleccionado 9 de los 154 sonetos del bardo ingl¨¦s para musicarlos con interludios declamados por actores. Entre aria y aria oper¨ªstica suena alg¨²n tema pop primorosamente adornado, un embiste rockero, sus dejes cabareteros a lo Kurt Weill. Bajad la guardia, la frikada funciona y crece a cada escucha.
ENTRE LA PRINCESA LEIA Y LA SIRENITA
La lista de cr¨¦ditos tumba a cualquier esc¨¦ptico. Junto a veteranos de la m¨²sica cl¨¢sica, encontramos los recitados de Helena Bonham Carter, Carrie Fisher (o sea, la princesa Leia) o William Shatner (el Capit¨¢n Kirk, de Star Trek). "A Helena si no la llamo me mata, es lo m¨¢s parecido a una acosadora que tengo en el star system. Con Carrie Fisher ten¨ªa que contar; no se me ocurre un personaje m¨¢s shakespeariano, con ese aura que tiene de hero¨ªna oscura. Y a Shatner no le conoc¨ªa. Le invit¨® mi productor, Marius de Vries [responsable de Want I y Want II, las obras magnas de Rufus], porque es su vecino en Los ?ngeles". Aparte de la habitual intervenci¨®n de su hermana Martha Wainwright, ha incorporado a su pl¨¦yade a Florence Welch, la criatura prerrafaelita que comanda Florence + The Machine. "Apareci¨® un d¨ªa que estaba en la piscina del Chateu Marmont de Los ?ngeles. Hizo su entrada teatral con un ba?ador como de otra era y se tir¨® al agua. Mi hija, Viva, que por entonces ten¨ªa tres a?os y medio [ahora tiene cinco], salt¨®: 'Pap¨¢, mira, ?es la sirenita!'. Para m¨ª era algo m¨¢s dark, una especie de Ofelia. Desde entonces lo tenemos clar¨ªsimo: a la menor oportunidad, colaboraremos juntos de nuevo".
Llegados a este punto conviene hacer un resumen para los no versados en la vida y trayectoria de Wainwright. Nacido en Rhinebeck (Nueva York) y criado en Montreal, es hijo de los m¨²sicos Loudon Wainwright III y Kate McGarrigle, que se separaron cuando ¨¦l ten¨ªa tres a?os. Cada ma?ana amanec¨ªa con su madre interpretando las Variaciones Goldberg de Bach al piano. A los 13 tocaba en directo con ella y su t¨ªa. Hab¨ªa crecido rodeado rodeado de mujeres, con visitas de Emmylou Harris o Marianne Faithfull. Nadie imaginaba que la gracia de disfrazarse de bruja del Oeste de El mago de Oz y entonar Somewhere over the rainbow en las funciones caseras derivar¨ªa, 20 a?os despu¨¦s, en un fascinante show de tributo a Judy Garland en el Carnegie Hall.
Su progenitora fue la primera en tenderle un soneto de Shakespeare, cuando era un adolescente. "El soneto 129, Derroche del esp¨ªritu en verg¨¹enza. Por aquel entonces pasaba mucho tiempo en mi habitaci¨®n masturb¨¢ndome. Pens¨® que me servir¨ªa para engancharme a otra cosa y no desperdiciar mis a?os de efervescencia con el onanismo". Sus padres se negaban a asumir que, en pleno azote del sida, su hijo fuera homosexual. Quiz¨¢s por eso se call¨® durante a?os el haber sido violado a los 14 en una visita a su padre en Londres. Un tipo con el que lig¨® en un pub le forz¨®, rob¨® e intent¨® ahogar en Hyde Park. Rufus fingi¨® un ataque epil¨¦ptico. Huir¨ªa del influjo maternal y¨¦ndose interno a un colegio en Nueva York, donde vivi¨® el trauma de manera monacal. A los 18 se entreg¨® a la promiscuidad sexual y creativa. El resto de la historia est¨¢ en sus discos: los a?os hedonistas, las pullas a su padre, la rehabilitaci¨®n de las drogas (su amigo Elton John le recomend¨® una cl¨ªnica tras quedarse ciego ¡ªliteralmente¡ª por llevar una semana puesto de metanfetamina), su autoexilio en Europa (harto de Bush), su conversi¨®n en un gay casado y con una hija y hasta el duelo por la muerte de su madre por c¨¢ncer.
En los a?os recientes nos ha privado del exhibicionismo en su discograf¨ªa. Me permito reproch¨¢rselo. Se r¨ªe. "Oh, es que mi vida no es tan emocionante como antes", miente. "Aunque en Prima Donna (2009) s¨ª se me pod¨ªa leer entre l¨ªneas". Se refiere a la ¨®pera con la que se estren¨® en el g¨¦nero, donde una soprano en decadencia busca recuperar su reputaci¨®n. A su estreno, en el Festival de Manchester, Rufus se present¨® del brazo del que hoy es su marido, el exasistente de Robert Wilson y director art¨ªstico del Festival Luminato de Toronto J?rn Weisbrodt. Iban disfrazados de Verdi y de Puccini, respectivamente. Pocos pillaron la broma y le cay¨® el vapuleo de la cr¨ªtica ortodoxa. "No me desanim¨®, para nada. Tengo otras dos ¨®peras planeadas y luego pasar¨¦ a otra cosa". En 2018 estrenar¨¢ en Toronto la siguiente, inspirada en la novela de Marguerite Yourcenar Memorias de Adriano. "Tiene todos los elementos de una gran ¨®pera tradicional: un coro enorme, muchos personajes, el Nilo, amor¨ªos y pol¨ªtica¡ Y un romance homosexual con final tr¨¢gico". Eso s¨ª, entre medias nos saciar¨¢ con alg¨²n disco m¨¢s convencional. "Uno en franc¨¦s, o con canciones de mi madre junto a mi hermana¡ tengo muchos proyectos".
T? NO ERES MI TERAPEUTA
"Hago toda la campa?a anti Donald Trump posible. Si sale elegido ser¨¢ el fin del mundo, oficialmente"
A pesar de algunas de sus atrevidas reflexiones en voz alta, Wainwright ha dejado atr¨¢s al bocazas que una vez fue. Est¨¢ de acuerdo. "En mis inicios hablar con la prensa era como acudir al psiquiatra. Lo soltaba todo, sin filtros: mi complejo de Edipo, una falsa rivalidad con mi hermana¡ He aprendido esa lecci¨®n: tengo que ser m¨¢s moderado. Tambi¨¦n, que la comprensi¨®n de la iron¨ªa puede ser muy limitada. Hoy s¨¦ qu¨¦ lectura se va a hacer de todo lo que diga". Por eso, quiz¨¢s, se explaya poco cuando se le pregunta por su decisi¨®n de ser padre junto a Lorca Cohen, la hija de Leonard Cohen, y a?adir un componente extra de disfuncionalidad familiar a su vida. Rufus minimiza lo moderno que pueda ser que un gay y su amiga decidan embarcarse juntos en esto: "A m¨ª me parece una antig¨¹edad, la alianza de las dos grandes dinast¨ªas musicales de Montreal, los McGarrigle y los Cohen".
Lorca mantiene un perfil alejado de los focos: tiene una tienda de muebles vintage en Los ?ngeles, vive en el piso de debajo de Leonard Cohen y cuida de Viva, a la que Rufus procura ver, al menos, cada dos meses. "Cuando eres padre saltan resortes inesperados, maneras de ver el mundo que te sorprenden a ti mismo. Por ejemplo, a mi hija le encantan las canciones de Disney y yo no puedo soportarlo. Las del viejo Disney son chul¨ªsimas, pero las modernas me superan. Pero si mi hija es feliz, todo est¨¢ bien. El otro d¨ªa iba en el coche y accidentalmente puse esa canci¨®n horrible de Aladino¡ 'Un mundo ideaaaaal', que es como la peor de todas. Y me encontr¨¦ pensando: 'Qu¨¦ bonito, c¨®mo echo de menos a Viva'. Echo de menos Aladino, en eso ha cambiado mi vida, con eso te lo digo todo". Dentro de lo que califica, entre risas, como "este horror", se plantea mudarse a Los ?ngeles para pasar m¨¢s tiempo con su hija. "Es una ciudad que me viene ideal. Saca a la vieja jud¨ªa que llevo dentro: todo cierra a las 10, y lo m¨¢ximo que puedes hacer es salir a cenar, intentar colocar una canci¨®n en una pel¨ªcula nominable a los Oscars o ver el atardecer en Malib¨². Claro, que hay momentos emocionantes, como cruzarte con Courtney Love o Lindsay Lohan en el Chateau Marmont".
Puro postureo. A Rufus los famosos dif¨ªcilmente le impresionan. Ha crecido con ellos y siendo uno de ellos. En su larga lista de amigos y colaboradores figuran Burt Bacharach, Joni Mitchell, David Byrne, Martin Scorsese (que le dio un cameo en El aviador), Neil Tennant (Pet Shop Boys) o Anohni (la que antes fuera Antony and The Johnsons). Con esta ¨²ltima comparte la preocupaci¨®n por el planeta. "Por eso hago toda la campa?a anti Donald Trump posible. Si sale elegido ser¨¢ el fin del mundo, oficialmente. Convertir¨¢ el planeta en un campo de golf antes de apretar el bot¨®n rojo. Lo pienso constantemente: ?es ese el futuro que le espera a mi hija?".
Hablando sobre el porvenir del planeta, cuenta que ha adquirido conciencia hasta de qu¨¦ y c¨®mo come. "Te juro que creo que es el mayor problema al que nos enfrentamos: nuestra atroz manera de alimentarnos est¨¢ acabando con nuestro entorno. M¨¢s all¨¢ de mi preocupaci¨®n por mi creciente barriga de cuarenta?ero, creo que comemos demasiado. Mira, igual podemos salvar el mundo salvando la l¨ªnea [risas]". Y, en su caso, qui¨¦n est¨¢ ganando la batalla? "La barriga siempre gana, ?no?".
No puedo evitar terminar pregunt¨¢ndole por la glorificaci¨®n de la juventud en la cultura pop, hoy agudizada al m¨¢ximo, y c¨®mo la industria 'quema' sus productos m¨¢s r¨¢pido que nunca. "Mira, yo he perdido muchos trenes en esta vida. Perd¨ª el del grunge, pero tambi¨¦n el de Justin Bieber. Y no creo que haya nadie en ese tren con quien me tenga que juntar. Tambien el de Taylor Swift. Creo que es la artista actual que m¨¢s me molesta, no s¨¦ muy bien por qu¨¦. Quiz¨¢s sea su ultracorrecci¨®n pol¨ªtica. O la intrascendencia de sus canciones. Miley Cyrus, en cambio, es genial. Hay que ser muy inteligente para hacer tan bien el tonto. Quiz¨¢s no sea el m¨¢s indicado para opinar de esta generaci¨®n tan autoconsciente, porque soy mayor y a m¨ª todo eso me da igual. Pero me da la impresi¨®n de que al menos el 75% de lo que hacen se sustenta en la imagen, en lo que es f¨¢cilmente reposteable o cuantificable en redes sociales. Ponen en eso toda la energ¨ªa. Lo respeto, pero yo prefiero invertir mi energ¨ªa en la m¨²sica. Tan solo en la m¨²sica".
? Take all my loves: 9 Shakespeare sonnets est¨¢ editado por Deutsche Grammophon. Rufus act¨²a el 16 de julio en el Teatro Real de Madrid.
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