Eurocopa 2016, las tinieblas despu¨¦s de la luz
Jugadores que en otras circunstancias ser¨ªan considerados piezas mediocre pasan a cotizar al precio de Pel¨¦, Tostao o Maradona
Como el resto del Universo, el f¨²tbol est¨¢ sometido a la entrop¨ªa. Han de pasar decenios, acumular muchos fracasos y esperar a raras alineaciones astrales para confluyan los talentos y aparezcan selecciones como la de Brasil (1970 y 1982) o Espa?a (de 2008 a 2014), capaces de mutar el desorden sudoroso en diversos grados de armon¨ªa combinativa. La Eurocopa de Francia (2016) apenas ha registrado el destello de Islandia. El resto ha sido regresi¨®n futbol¨ªstica, trivialidad e histrionismo. Actores principales sollozantes (Cristiano cuando se lesiona o cuando Portugal gana la final; hemos olvidado la m¨¢xima kantiana de que al hombre entero solo le est¨¢n permitidas en p¨²blico las l¨¢grimas magn¨¢nimas) y actores secundarios (el franc¨¦s Payet) encumbrados en el mercado local sin saber c¨®mo ni por qu¨¦.
En el ¨¢mbito estrictamente futbol¨ªstico, Francia 2016 es una vuelta al paleol¨ªtico. Los equipos, mediocres, contaban con atletas en lugar de futbolistas; pod¨ªan haberse presentado a una competici¨®n de halterofilia o a una media marat¨®n con los mismos resultados futbol¨ªsticos. El f¨²tbol practicado ha sido a empujones, a tirones; los jugadores han renunciado a la precisi¨®n y a la claridad mental para superar la acumulaci¨®n de paquetes musculares defensivos. No es extra?o que el jugador m¨¢s valioso de la final haya sido Pepe, ese cruce de Cr¨¢neo Rojo y Skeletor o que se haya extendido la costumbre de calzar botas de distinto color, quiz¨¢ para que los jugadores supiesen distinguir el pie izquierdo del derecho.
La interpretaci¨®n dominante es que el envilecimiento futbol¨ªstico se ha debido al aumento del n¨²mero de equipos en competici¨®n y a la dureza de las competiciones previas de clubs. Pero es m¨¢s probable que tras la era de los talentos refulgentes (Xavi, Iniesta o Silva en sus mejores tiempos), llegue una larga etapa de sequ¨ªa futbol¨ªstica. De desorden entr¨®pico. Los signos son ominosos y auguran una etapa de mediocridad. Hay que acudir a la base material y financiera del f¨²tbol para explicar el fen¨®meno. Los jugadores ya no se filtran a trav¨¦s de un proceso largo y doloroso (a la vez, azaroso), hasta depurar el genio, sino que los mercados dominados por comisionistas los compran y los venden sin madurar, al calor de una burbuja financiera que se alimenta incesantemente de los petrod¨®lares (jeques que se encaprichan hoy del f¨²tbol como ayer se engolfaron en el turf) y del excedente monetario chino. Empresas chinas dominan el Manchester, el Aston Villa, el Inter, el Sochaux, el Espanyol o el Granada, entre otros.
Igual que la entrop¨ªa mide la calidad y el desorden, las leyes de la econom¨ªa dictan que cuando aumenta la masa monetaria se dispara la inflaci¨®n. Jugadores que en otras circunstancias ser¨ªan considerados piezas mediocres ¡ªpercherones incansables, de risible capacidad t¨¦cnica¡ª pasan a cotizar al precio de Pel¨¦, Tostao o Maradona. En conclusi¨®n, la Eurocopa 2016 ha dictaminado que el futuro del f¨²tbol para los pr¨®ximos a?os es un corret¨®n infatigable como Pogba. Unos 120 millones de precio nos contemplan desde ese futuro desazonante.
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