Amigos como los nuestros...
Los musulmanes s¨ª tenemos algo que ver con los cr¨ªmenes que se cometen en nombre del islam
Ser musulm¨¢n en Occidente en 2016 significa soportar que al menos tres grupos pongan en tela de juicio a diario la ¡°compatibilidad¡± de nuestra fe con los valores modernos, pac¨ªficos y democr¨¢ticos: los racistas e intolerantes que no son musulmanes, los musulmanes fundamentalistas y, sobre todo en pa¨ªses como Francia, los laicistas hist¨¦ricos. Aguantar estas cr¨ªticas constantes puede llegar a ser verdaderamente descorazonador.
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Pero desgraciadamente tambi¨¦n significa, para colmo de males y cada vez con m¨¢s frecuencia, o¨ªr c¨®mo nos ¡°defienden¡± personas e instituciones que se creen muy listas y constructivas cuando aseguran que no existe ninguna relaci¨®n entre los salvajes actos violentos cometidos por unos monstruos en nombre del islam en todo el mundo y la religi¨®n isl¨¢mica propiamente dicha. Eso nos lo pone muy dif¨ªcil a los musulmanes que afirmamos que no existe ninguna incompatibilidad intr¨ªnseca ni ontol¨®gica entre los valores universales y los isl¨¢micos.
Desde luego, cualquiera que entienda algo de historia sabe que la conciliaci¨®n entre los llamados valores ¡°judeocristianos¡± y los principios pac¨ªficos y democr¨¢ticos es un giro bastante reciente. Y que, hasta la Segunda Guerra Mundial, esos valores judeocristianos se denominaban valores cristianos, sin m¨¢s. Las sociedades occidentales, violentamente antisemitas, nunca toleraron ese tipo de jerga hasta que se sintieron abrumadas por la culpa de haber consentido la Shoah. Sin embargo, el hecho de que la mayor¨ªa de los elementos del sistema retr¨®grado y machista asociado hoy al islam derivan, en realidad, de unas normas y costumbres preisl¨¢micas que nuestro Profeta dedic¨® su vida a combatir, es algo que pasa inadvertido para casi todo el mundo, musulmanes y no musulmanes.
Si los musulmanes queremos que se nos tome en serio cuando afirmamos que la nuestra es una religi¨®n de amor, paz y justicia social, no debemos ceder a la tentaci¨®n de decir que no tenemos ¡°nada que ver¡± con los autores de los abominables cr¨ªmenes que se cometen en nombre del islam. Y tampoco debemos permitir que lo digan nuestros aliados, independientemente de que sean miembros del Gobierno de Obama o cualquier otra persona. Por supuesto que tenemos una cosa en com¨²n con esos criminales. Todos nos consideramos musulmanes. Est¨¢ claro que su visi¨®n del islam es perversa y est¨¢ totalmente equivocada. Pero existe un hilo que une los deleznables actos violentos perpetrados en el mundo en los ¨²ltimos tiempos, y es que los autores se consideran musulmanes. En otras palabras: no, no existe un problema ¡°intr¨ªnseco¡± en el islam, pero s¨ª, claro que s¨ª, existe una degeneraci¨®n actual de nuestra religi¨®n que est¨¢ poniendo en peligro su existencia y su futuro. Si los musulmanes no podemos ponernos de acuerdo en esto, m¨¢s vale que nos preparemos, porque el islam se desintegrar¨¢ por completo ante nuestros ojos. Para resolver un problema, lo primero que hay que hacer es reconocer que existe el problema.
Existe una degeneraci¨®n actual de nuestra religi¨®n que est¨¢ poniendo en peligro su existencia y su futuro
Y esto me lleva a hablar de otro aspecto importante que ha quedado en evidencia desde el horripilante atentado de Niza: la divulgaci¨®n de las im¨¢genes de la matanza y sus consecuencias. Las autoridades francesas pidieron que no se compartieran las im¨¢genes m¨¢s macabras, con el argumento de que podr¨ªan estimular a otros posibles terroristas. Otros han pedido lo mismo por respeto a las familias de las v¨ªctimas. Un esfuerzo in¨²til: en los tiempos que corren, los admiradores y partidarios del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s) que quieran acceder a esas im¨¢genes encontrar¨¢n la forma de hacerlo. Y, por lo que a m¨ª respecta, es por la compasi¨®n hacia las v¨ªctimas por lo que deseo que todos los que profesan la misma fe que yo en el mundo vean lo que se hace en nombre de nuestra religi¨®n. Las im¨¢genes de los campos de exterminio nazi y la de la ni?a vietnamita desnuda que hu¨ªa del napalm conmocionaron al mundo y transformaron las cosas precisamente por esa conmoci¨®n. ?Nos animan a que compartamos im¨¢genes de los polic¨ªas que maltratan y asesinan a negros en EE UU para que el mundo sea consciente de lo que pasa pero tenemos que ocultar lo que ha hecho el ISIS en Francia? Los musulmanes de todo el planeta deben ver qu¨¦ actos se cometen en nombre del islam para que, de una vez por todas, puedan enfrentarse a la realidad del islam en el siglo XXI. Medina, El Cairo, tenemos un problema.
Felix Marquardt es fundador de la Al-Kawakibi Foundation for Islamic Reform y director ejecutivo del think-tank Youthonomics. @feleaks.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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