Teddy Cruz, un arquitecto en la frontera
EL ANTIGUO director general de la CIA David Petraeus escribi¨® en su informe sobre la guerra de Irak que los nuevos soldados deb¨ªan, adem¨¢s de hablar idiomas, ser a la vez trabajadores sociales y antrop¨®logos. ¡°Si los soldados deben adaptarse, ?por qu¨¦ no habr¨¢n de hacerlo los arquitectos?¡±, pregunta el guatemalteco Teddy Cruz (Ciudad de Guatemala, 1962), un profesional at¨ªpico asentado en San Diego donde es catedr¨¢tico de Cultura P¨²blica y Urbanismo en la Universidad de California.
Cruz lleg¨® all¨ª en 1982. Tras estudiar en Harvard le pareci¨® que la frontera entre Tijuana (M¨¦xico) y San Diego no solo separa dos ciudades y dos pa¨ªses, tambi¨¦n marca la diferencia entre ser y aspirar a ser. Por all¨ª pasan a diario muchos de los obreros de San Diego porque duermen en Tijuana ¡°y son ellos los que construyen a la vez las diferencias y tambi¨¦n las semejanzas entre las dos ciudades¡±. El paisaje de frontera lo va formando ese oscilar entre semejanzas y diferencias que caracteriza a los l¨ªmites territoriales.
¡°Esas similitudes y diferencias no se estudian en las universidades ni se contemplan en las decisiones gubernamentales¡±. Por eso defiende una nueva planificaci¨®n realizada desde abajo, construida por los propios ciudadanos. En realidad, es el urbanismo m¨¢s practicado del mundo. ¡°El que se hace su propia casa crea estrategias alternativas a lo que est¨¢ impuesto pol¨ªtica y econ¨®micamente. Lo informal siempre cumple un papel parecido: dar cabida a los que no caben en un mundo pulcramente dibujado¡±, explica.
Edificio con material reciclado y un muro de neum¨¢ticos.
Eso es muy visible en Tijuana, donde el 75% de la vivienda es autoconstruida. Sin embargo, tambi¨¦n San Diego, al otro lado de la frontera, tiene ciudad informal. De alg¨²n modo se ha formado por la llegada del inmigrante, que va alterando los espacios homog¨¦neos de la cultura dominante. En parte obedece a que, aunque no queramos verla, la autoconstrucci¨®n es la norma, no la excepci¨®n.
Cruz cree que EE UU puede aprender de Latinoam¨¦rica que la colaboraci¨®n debe adelantar a la especulaci¨®n. ¡°Crec¨ª rodeado de una realidad que no he olvidado. Me refiero no solo a la situaci¨®n pol¨ªtica de represi¨®n, tambi¨¦n a la pobreza extrema¡±. Lo que le ha llevado a pensar as¨ª es, adem¨¢s de su propia vida, la frontera en la que ha elegido vivir. ?l es uno de los 300.000 individuos que a diario cruzan la frontera para trabajar a un lado y dormir al otro. Fue ese tr¨¢fico de personas y de mercanc¨ªas lo primero que llam¨® su atenci¨®n cuando se traslad¨® a vivir all¨ª. Observ¨® que con los desechos de San Diego se estaba construyendo Tijuana, por lo menos la zona cercana a la frontera. Hab¨ªa muros levantados con neum¨¢ticos, tambi¨¦n puertas de los garajes de San Diego resucitadas como fachadas en las viviendas mexicanas. Cruz llama a este collage?¡°urbanizaci¨®n s¨¢ndwich¡±.
Es ah¨ª donde Cruz ha crecido profesionalmente. Sabe que es un arquitecto at¨ªpico que, en lugar de utilizar el dise?o, defiende la participaci¨®n. Est¨¢ convencido de que las ciudades a los dos lados de la frontera solo se fortalecer¨¢n si logran entenderse. Hace m¨¢s de tres lustros que defiende la colaboraci¨®n entre ambas y esa batalla le ha valido el puesto que hoy ocupa como asesor del alcalde de San Diego. Ese nombramiento podr¨ªa ser un indicativo de que le ha llegado el momento de pasar a la acci¨®n. ¡°Fue el primer alcalde dem¨®crata en San Diego, que es una ciudad muy conservadora. Su elecci¨®n demuestra c¨®mo los cambios demogr¨¢ficos afectan a la pol¨ªtica¡±.
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