El pasado

No hab¨ªan pasado 24 horas del fallido golpe de Estado en Turqu¨ªa contra el Gobierno del presidente Erdogan y el Partido Popular espa?ol ya lo hab¨ªa condenado por boca de su presidente, Mariano Rajoy. Apenas dos d¨ªas despu¨¦s se cumplieron los 80 a?os del golpe de Estado ¡ªmilitar, por supuesto, como el turco¡ª que provoc¨® la guerra civil espa?ola sin que el PP lo haya condenado a¨²n. Debe de ser que no ha tenido tiempo de hacerlo.

Casi paralelamente, la misma Francia que durante varias d¨¦cadas permaneci¨® impasible y ajena ante los asesinatos de ETA en nuestro pa¨ªs nos agradec¨ªa nuestra solidaridad tras el horripilante atentado yihadista de Niza. Se ve que, como los golpes de Estado, el terrorismo tampoco es igual; depende de lo que a ti te afecte.

Moses Finley, el historiador norteamericano nacionalizado brit¨¢nico tras haber sido apartado de su universidad acusado de comunista por el Comit¨¦ de Seguridad Interna del Senado de Estados Unidos en la ¨¦poca de la caza de brujas, afirm¨® que la historia no sirve tanto para conocer el pasado cuanto para comprender el futuro. Dicho as¨ª, uno podr¨ªa pensar que la historia no es m¨¢s que un espejo en negativo del futuro, la aut¨¦ntica realidad. Pero ocurre que la historia, por lo menos en pa¨ªses como Espa?a, no acaba de serlo nunca, por lo que el futuro tampoco se nos acaba de manifestar del todo. Que 80 a?os despu¨¦s de producido un acontecimiento hist¨®rico como la insurrecci¨®n militar del 18 de julio de 1936, que dio pie a una Guerra Civil que provoc¨® un mill¨®n de muertos, y cuando ya apenas quedan protagonistas de ¨¦l sus descendientes se sigan resistiendo a condenarlo, demuestra hasta qu¨¦ punto no se puede considerar historia. Esperar que limpien sus consecuencias, ya sea exhumando a los muertos que a¨²n permanecen en las cunetas, muchos sin identificar, ya sea borrando los nombres de sus verdugos directos o intelectuales de monumentos y v¨ªas p¨²blicas, es tan ut¨®pico como esperar que ETA pida perd¨®n a los espa?oles por sus asesinatos y actos de coacci¨®n o que Francia haga lo propio por su pasividad de a?os ante esos sucesos. Una cosa es agradecer la solidaridad de los espa?oles hacia su sufrimiento por el terrorismo de hoy y otra distinta reconocer que ellos no hicieron lo mismo cuando ten¨ªan que haberlo hecho.

Que hasta la Iglesia, que es infalible, haya pedido perd¨®n al mundo por sus errores hist¨®ricos, aun cuando lo haya hecho con varios siglos de retraso, indica hasta qu¨¦ punto el Partido Popular sigue anclado en un pasado que no acabar¨¢ de pasar mientras ellos y quienes les apoyan sigan creyendo que la historia es ciega.