Otro zafio desaf¨ªo
Junts pel S¨ª y la CUP reverdecen su hoja de ruta con un desprop¨®sito jur¨ªdico
La vol¨¢til mayor¨ªa secesionista del Parlament (Junts pel S¨ª: los exconvergentes y Esquerra; m¨¢s la CUP) lanz¨® ayer un nuevo y zafio desaf¨ªo a la legalidad. Aprob¨® unas conclusiones anticonstitucionales de su comisi¨®n del Proceso Constituyente, que reverdecen el anterior: la hoja de ruta del 9-N de 2015, que lanzaba tres leyes de desconexi¨®n.
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Ahora se concreta el procedimiento, organismos y calendario de la secesi¨®n. Empezando por un proceso participativo de entidades afectas; siguiendo por la ¡°desconexi¨®n¡± del Estado mediante un refer¨¦ndum (o ¡°mecanismo¡±) unilateral, sin mediar pactos; y acabando con una asamblea constituyente que redactar¨ªa la Constituci¨®n de la rep¨²blica catalana.
Pol¨ªticamente, este plante quiere ser m¨¢s grave por sus detalles y sus ribetes unilateralistas, contrarios al di¨¢logo, que enajenar¨¢n cualquier posible simpat¨ªa europea por el proc¨¦s, de existir.
Tambi¨¦n porque constituye un obvio desacato al sistema democr¨¢tico y al Estado de derecho: el Tribunal Constitucional hab¨ªa advertido previamente de la ilegalidad del prop¨®sito, pues cuelga de la resoluci¨®n secesionista del 9-N que ya hab¨ªa anulado.
El planteamiento resulta delirante, si no risible, ya que coincide con el af¨¢n de la antigua Converg¨¨ncia de obtener grupo propio en el Congreso de los Diputados, para lo que se bas¨® c¨ªnicamente en Madrid en la jurisprudencia del mismo Constitucional que en Barcelona denigra.
Y porque deriva de una imposici¨®n ¡ªotra m¨¢s¡ª de la CUP, que ha logrado uncir al nacionalismo antes moderado a un compromiso de refer¨¦ndum (o suced¨¢neo unilateral), a lo que este se negaba. Pero que ahora le parece un aconsejable pago por adelantado para obtener la aquiescencia de los antisistema a la cuesti¨®n de confianza planteada para el 28 de septiembre por el actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. De persistir en esa v¨ªa, se arriesga a terminar como su fracasado antecesor, devorado por entregarse al extremismo.
El texto es un completo desprop¨®sito y una desverg¨¹enza jur¨ªdica en la historia del parlamentarismo democr¨¢tico. Porque se trata de una comisi¨®n de estudio que deber¨ªa limitarse a estudiar, pero que emite unas conclusiones en forma de recomendaciones operativas ¡ªpues instan a actuar¡ª, aunque no son legalmente exigibles por nadie ni ante nadie.
Adem¨¢s, se contradice en cada l¨ªnea. Propugna un proceso constituyente que ¡°abarque todas las sensibilidades ideol¨®gicas y sociales desde el primer momento¡±, pero lo prefiguran solo dos de las seis fuerzas parlamentarias, carentes de la mayor¨ªa de votos en las elecciones del 27-S. Farfolla que nadie podr¨¢ imponer ning¨²n ¡°control¡± a la futura Asamblea Constituyente, a la que imparte ?en el mismo texto! media docena de consignas.
El desconcierto de la Mesa del Parlamento durante la sesi¨®n, y sobre todo de su presidenta, la agitada Carme Forcadell ¡ªsiempre sectaria¡ª ilustra c¨®mo ese intento de reinsuflar ¨¢nimos al declinante entusiasmo callejero, animar la Diada y calentar la cuesti¨®n de confianza genera v¨¦rtigo. No en vano se sab¨ªa inmersa en la ilegalidad.
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