Curioso Per¨²
La presidencia de Kuczynski estar¨¢ condicionada por la bancada parlamentaria del fujimorismo
La pol¨ªtica peruana nunca ha sido f¨¢cil de entender. Entre etapas de democracia elitista, militarismos de derecha e izquierda y partidos muy vol¨¢tiles, azarosa ha sido su vida institucional.
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En 1980 se puso punto final a la aventura militar ¡°nacionalista y popular¡± que iniciara el general Velasco Alvarado, l¨ªder del llamado peruanismo, que tuvo su influencia como modelo para militares y pol¨ªticos latinoamericanos de inclinaci¨®n populista.
A partir de all¨ª, la democracia electoral funcion¨®. Llegaron a la presidencia Fernando Bela¨²nde Terrry por segunda vez y el joven aprista Alan Garc¨ªa. Sus respectivos partidos se debilitaron y la elecci¨®n de 1990 se disput¨® entre dos outsiders, el novelista Mario Vargas Llosa y el oscuro agr¨®nomo Alberto Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses, que result¨® ganador y logr¨®, cinco a?os m¨¢s tarde y luego de un breve per¨ªodo de facto, su reelecci¨®n como l¨ªder de un Gobierno que orden¨® la econom¨ªa y combati¨® con ¨¦xito a la guerrilla. Embriagado de poder, intent¨® luego una re-reelecci¨®n, pero renunci¨® al enterarse el pa¨ªs ¨Ccon asombro- de la m¨¢quina de corrupci¨®n y espionaje que hab¨ªa armado en la sombra un siniestro personaje de nombre Vladimiro Montesinos.
Cay¨® Fujimori, la democracia retom¨® su rutina y los Gobiernos de Alejandro Toledo, Alan Garc¨ªa (en un retorno liberal, bien distinto al populismo de su primera presidencia) y Ollanta Humala, no s¨®lo mantuvieron la estabilidad econ¨®mica heredada sino que presidieron un per¨ªodo de notable expansi¨®n de la econom¨ªa y respetable avance social.
La sombra de Fujimori, sin embargo, sigue vigente. Su hija Keiko lleg¨® a la segunda vuelta en 2011 y perdi¨® con Humala apenas por un 3%. Volvi¨® a repetir ahora, contra Pedro Pablo Kuczynski, en una definici¨®n para el infarto, que muestra una sociedad partida en dos mitades.
En ambos casos, la elecci¨®n fue a favor o en contra de los Fujimori. Ni Humala era un gran candidato, ni PPK (como se le abrevia para facilitar la pronunciaci¨®n) cosechaba mayor¨ªas determinantes. Es m¨¢s, Kuczynski en la primera vuelta obtuvo solo un 21%, pr¨¢cticamente la mitad de lo que alcanz¨® Keiko, due?a ahora de la mayor¨ªa absoluta del Parlamento.
Kuczynski y Keiko Fujimori representan la fascinaci¨®n del misterioso pa¨ªs incaico
Kuczynski tendr¨¢ que gobernar con una bancada parlamentaria esmirriada y una coalici¨®n de izquierdas que obtuvo el 19% y ya anuncia una actitud opositora a un presidente al que vot¨® a rega?adientes y que descalifica como ¡°neoliberal¡±. Mucho depender¨¢ entonces de lo que haga o deje de hacer esa bancada mayoritaria de un fujimorismo en el que todo sigue siendo muy extra?o.
Tan extra?o como que Kenji Fujimori, hermano de la candidata y el diputado m¨¢s votado, no fue a sufragar por su hermana en la segunda vuelta. Se sabe que Fujimori padre no est¨¢ demasiado contento con su hija, a quien no la ve suficientemente comprometida con sacarlo a ¨¦l de la c¨¢rcel. La exesposa de Fujimori, por su parte, se divorci¨® de ¨¦l en medio de un esc¨¢ndalo, tras denunciar por corrupci¨®n a tres hermanos de su marido, hoy pr¨®fugos de la Justicia. Un culebr¨®n televisivo m¨¢s que un ejercicio de la vida pol¨ªtica¡
Es evidente que Keiko ha tenido que navegar entre dos corrientes contradictorias: el apoyo popular que su padre a¨²n conserva entre los sectores m¨¢s pobres y la aureola de corrupci¨®n, narcotr¨¢fico y autoritarismo que le envolvi¨®. La primera le dio la base para construir un formidable movimiento que es -por lejos- la primera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs. A la inversa, el temor al retorno de esta turbulenta familia, le ha puesto en contra a todo el resto del espectro pol¨ªtico, incluso a una izquierda que dif¨ªcilmente sea compatible con el nuevo Gobierno, a cargo de un hombre incuestionablemente competente (fue un gran ministro de Energ¨ªa del Gobierno de Bela¨²nde y de Econom¨ªa del de Toledo) pero al que su profesi¨®n de economista y sus largos a?os en EE UU lo ubican como muy distante del pueblo llano. Hijo de un m¨¦dico jud¨ªo alem¨¢n dedicado a las enfermedades tropicales, PPK vivi¨® su infancia en Iquitos para luego seguir su formaci¨®n en Inglaterra, estudiar M¨²sica en el Royal College of Music, Filosof¨ªa y Econom¨ªa en Oxford y Administraci¨®n en Princeton, en EE UU. Una exitosa carrera empresarial en EE UU le llev¨® incluso a adoptar la ciudadan¨ªa norteamericana, a la que ahora renunci¨®.
Son dos historias curiosas de inmigraci¨®n. Tambi¨¦n un testimonio de la fascinaci¨®n del misterioso Per¨² incaico para quienes llegaban desde de lejos.
El hecho auspicioso es que abre Per¨² otro per¨ªodo democr¨¢tico. Sin embargo, no le ser¨¢ f¨¢cil a su presidente. Tampoco a Keiko, que no ha podido aventar el temor a su familia. Los tiempos econ¨®micos ya no son tan ben¨¦volos para un exportador de minerales, en el que su propio crecimiento le ha excitado las mayores demandas de su clase media en ascenso. Son dolores de crecimiento. Del buen crecimiento de este ¨²ltimo cuarto de siglo.
Julio Mar¨ªa Sanguinetti fue presidente de Uruguay.
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