Nunca les ense?¨¦is a usar el telefonillo

Si alguna vez pudiera viajar en la m¨¢quina del tiempo al pasado, no intentar¨ªa ganar las apuestas sabiendo ya todos los resultados, como Marty McFly en Regreso al Futuro II. Qu¨¦ va. Aprovechar¨ªa el viaje para advertir a mi yo del pasado sobre algunas cosas relacionadas con los ni?os que nunca deb¨ª haber hecho, y que ya no tienen vuelta atr¨¢s.

Me remontar¨ªa a solo un verano atr¨¢s, y me dejar¨ªa un mensaje en el buz¨®n, en el que escribir¨ªa: "Nunca, nunca, ense?es a los ni?os a usar el telefonillo. Parece ¨²til, pero c¨®rtate la lengua si te sientes tentada a hacerlo". Porque es empezar el buen tiempo, tener tres churumbeles en edad de bajar solos a jugar a la urbanizaci¨®n, y empezar a sonar. Cuando no son los amigos que vienen a buscarlos, son ellos mismos, que se pueden tirar una hora viendo la tele sin hablarte, pero es bajar, y les entra un ansia de comunicaci¨®n...

T¨² que los sueltas para que desfoguen y para, por qu¨¦ no decirlo, poder hacer cosas en casa con algo de tranquilidad. Y entonces suena el telefonillo. Y no suena con una m¨²sica agradable, no. Es un soniquete estridente y desagradable que te empuja a salir corriendo y contestar solo para que se calle. Es o¨ªrlo y me crispo. Porque las llamadas nunca vienen solas. He llegado a contar m¨¢s de 10 en media hora.

¡ª Mam¨¢, ?cu¨¢ndo vas a bajar? Quiero ba?arme. (Es el mayor. Est¨¢ bien que respete la orden de no entrar en la piscina solo).

¡ª Ahora, cuando termine una cosa.

¡ª Vale.

Sigo con lo que sea. Cocinar, recoger, aprovechar para ir al ba?o sin interrupciones...? Y suena. Carrera hasta el recibidor limpi¨¢ndome con el trapo, con las manos llenas de ropa o en situaci¨®n mucho m¨¢s comprometida, seg¨²n la actividad interrumpida.

¡ª?Y ahora qu¨¦?

¡ª Mam¨¢, tengo hambre. ?Me bajas algo de merienda?

¡ª Sube t¨².

¡ª No, b¨¢jame algo.

¡ª Cuando termine lo que estoy haciendo.

Vuelvo a lo que sea. A medio camino, vuelve a sonar.

¡ª Mam¨¢, baja que te tengo que decir algo. (Esta es la mediana).

¡ª D¨ªmelo por el telefonillo.

¡ª No, tienes que bajar.

¡ª Ahora, cuando termine.

¡ª ?Pero baja ya!

Cuelgo y me doy la vuelta. Cuando estoy a punto de llegar a mi destino, vuelve a sonar.

¡ª Mam¨¢, ?puedo ir a casa de Mar¨ªa? (Esta es la peque?a, que le gusta tanto ir a casa de vecinos que cualquier d¨ªa nos van a denunciar por okupas).

¡ª ?Pero te ha invitado su madre?

¡ª No, ?pero si me deja puedo ir?

¡ª Pero te tiene que invitar.

¡ª Voy a preguntarle. (Buen despeje, ahora va a tocar al portero autom¨¢tico de la vecina).

Me encamino a la cocina a buscar algo de comer para el primero. Vuelve a sonar.

¡ª Mam¨¢, ?me bajas ya la merienda, que tengo hambre?

¡ª Te la voy a hacer ahora.

¡ª ?Pero venga, baja ya, que tardas mucho!

¡ª ?Si no dej¨¢is de tocar al telefonillo, no voy a poder terminar jam¨¢s y no bajar¨¦ nunca!

Vuelvo a la cocina. Suena el telefonillo.

¡ª ???Y ahora qu¨¦ leches quer¨¦is!!!

¡ª Soy el conserje. Tiene aqu¨ª un paquete. (Glups).

Pues eso, que si est¨¢is a¨²n a tiempo, nunca, nunca, les ense?¨¦is a usar el telefonillo.

?Os suena? ?De qu¨¦ avisar¨ªais a vuestro yo pasado si pudier¨¢is?