?Un Gobierno ya!

M¨¢s all¨¢ de las discusiones sobre la absurda v¨ªa escogida por Mariano Rajoy para ser candidato a la investidura, la prioridad absoluta de los pr¨®ximos d¨ªas es un pacto que garantice un Ejecutivo estable y cuanto antes. Los pasos dados la semana pasada por los independentistas catalanes cierran el camino a cualquier hipot¨¦tica colaboraci¨®n tanto con el PP como con el PSOE, y Podemos ha quedado fuera de juego. De modo que todo el peso de la formaci¨®n de Gobierno descansa sobre el PP, en primer lugar, pero tambi¨¦n sobre Ciudadanos y el PSOE.

La primera condici¨®n para que haya pronto un verdadero Ejecutivo es que el Partido Popular plantee una oferta cre¨ªble y convincente a los interlocutores cuyo apoyo reclama. Ante las conversaciones previstas por Rajoy con los principales dirigentes del PSOE y de Ciudadanos, Pedro S¨¢nchez y Albert Rivera, el candidato a la investidura tiene que descartar la tentaci¨®n de volver a pedir contratos de adhesi¨®n a sus posiciones. Como saben bien las fuerzas pol¨ªticas de los pa¨ªses con larga tradici¨®n de coaliciones y pactos, llegar a un acuerdo implica dar pasos hacia los otros, no tratar de convencerles de que deben abrazar lo que les dice quien lleva la iniciativa de las negociaciones, en este caso el PP.

Ah¨ª puede jugar un papel relevante el partido presidido por Albert Rivera, que ha ofrecido abstenerse en la investidura de Rajoy sin negociar algo a cambio. Pero esa no es la buena soluci¨®n. Deben plantearse entrar en el futuro Gobierno para ejercer la funci¨®n que los votantes han atribuido a este partido, que es la de completar mayor¨ªas y contribuir a moderar y regenerar la vida p¨²blica espa?ola. Es verdad que Rivera no excluye participar en el Ejecutivo si este fuera de coalici¨®n con el PP y el PSOE, pero lo supedita a una condici¨®n tan poco operativa como es la desaparici¨®n de Rajoy del escenario; es decir, del jefe del partido m¨¢s votado y candidato propuesto por el Rey para la investidura. Se entiende mal por qu¨¦ Ciudadanos no juega m¨¢s h¨¢bilmente, poniendo en valor los esca?os ganados en las elecciones generales.

En cuanto al PSOE, reiteramos que sus diputados deber¨ªan abstenerse en la votaci¨®n de investidura, si la prioridad absoluta es la de facilitar la gobernabilidad. El PSOE no puede ser el partido del no ni el partido del bloqueo, que es la imagen que est¨¢ dando hoy. Encerrarse en el voto negativo, como hace S¨¢nchez, no le salvar¨¢ de las contradicciones en que le sit¨²a su posici¨®n. El l¨ªder socialista reconoce que carece de alternativa a Rajoy y quiere pasar a la oposici¨®n, pero al mismo tiempo se niega a permitir que haya un Gobierno, lo que le conduce a un callej¨®n sin salida: ni puede gobernar ni deja gobernar.

Los actores pol¨ªticos necesitan corregir la penosa impresi¨®n de ineficacia que est¨¢n dando a la ciudadan¨ªa. El Congreso precedente fracas¨® en la tarea de elegir un jefe del Gobierno y esto no debe volver a ocurrir. De ning¨²n modo puede repetirse la esterilidad del periodo anterior y hay que descartar por completo el irresponsable expediente de dejarse arrastrar a unas terceras elecciones generales.