Imaginaci¨®n
Parece que nuestros pol¨ªticos a¨²n no han alcanzado la edad adulta
Si hoy es martes, estaremos pensando en la posibilidad de unas terceras elecciones. La repetici¨®n de elecciones nunca debi¨® producirse. Los convencidos de que los partidos encontrar¨ªan una soluci¨®n de acuerdo para evitar volver a sumirse en la rutina de gasto, esfuerzo cosm¨¦tico y gira provincial que significa una campa?a ignor¨¢bamos que la ley les permitir¨ªa volver a disponer de subvenciones. No era pues la repetici¨®n de elecciones tanto un gasto propio como un gasto ajeno, y gastar el dinero de los dem¨¢s nunca es tan doloroso como gastar el propio. He ah¨ª un cambio normativo que ser¨ªa bueno solicitar. En caso de repetici¨®n de elecciones, no se cobran nuevas ayudas. Los pol¨ªticos funcionan mejor con cilicio. Pero no es esto lo m¨¢s grave del caso, culebr¨®n de verano ahora, tras serlo de invierno y primavera. El contagio general del exitoso car¨¢cter del presidente Rajoy ha provocado un ¨¢rea sin gravedad, donde todo gira hasta caer por su propio peso y la iniciativa pol¨ªtica consiste en carecer de iniciativa.
Cobran por tanto los protagonistas un aura m¨ªstica. Nadie los entiende porque pronuncian frases tan enigm¨¢ticas que en lugar de cobrar sentido alargan el sinsentido. De seguir as¨ª, los pol¨ªticos espa?oles alcanzar¨¢n una nueva esfera l¨ªmbica, ser¨¢n et¨¦reos y se podr¨¢ prescindir de ellos porque se habr¨¢n convertido en lo que la industria farmac¨¦utica define como excipientes, a?adidos que ni var¨ªan ni condicionan la f¨®rmula. La imaginaci¨®n es un valor que consideramos infantil. Les sirve a los ni?os para creer en mundos invisibles. Tambi¨¦n la asociamos con los artistas, que fabrican de materia informe versiones metaf¨®ricas de la belleza. Pero jam¨¢s hablamos de la imaginaci¨®n pol¨ªtica y deber¨ªamos hacerlo m¨¢s a menudo. Porque si de algo carecen nuestros pol¨ªticos en la situaci¨®n de bloqueo actual es de ella.
Si poseyeran imaginaci¨®n podr¨ªan dirigirse hacia la verdad, vadeando las dificultades del camino. Podr¨ªan primero proponer una finalidad de su acci¨®n, dibujar un mapa de aquello que les gustar¨ªa hacer con el poder y, a partir de ah¨ª, emprender una marcha que sea negociaci¨®n y suma y no como hasta ahora, que se limita a ser refutaci¨®n, celos y egolatr¨ªa discapacitada. Es f¨¢cil entender que nadie quiera aliarse con quien careci¨® de empe?o para combatir la corrupci¨®n cuyos episodios m¨¢s vergonzantes han definido la pasada legislatura. Pero eso no impide imaginar alternativas, pactos con contrapartidas y soluciones de transici¨®n. Ah, la imaginaci¨®n, se?ores, no es cosa de ni?os, es cosa de adultos, edad que no han alcanzado nuestros pol¨ªticos.
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