Grandeza

Carles Puigdemont, president de la Generalitat, ha emprendido un camino que tiene dif¨ªcil retorno, como es el de querer ser el president de la Rep¨²blica catalana. De ese viaje solo se sale investido de rid¨ªculo como su antecesor, Artur Mas, del que nunca olvidaremos la sonrisita mientras un entregado p¨²blico abucheaba al Rey y al himno espa?ol, o navegando en la gloria, como un in¨¦dito h¨¦roe capaz de conducir a la mitad del pueblo catal¨¢n a la independencia.

Muchas cosas le quedan a Puigdemont por el camino, y muchas de ellas ligadas a los s¨ªmbolos y a la memoria; en algunos casos, a la historia.

Por ejemplo, aprovechando el Brexit pod¨ªa el president realizar ya las gestiones oportunas para conmemorar la participaci¨®n de las tropas catalanas en la toma de Gibraltar en 1704. Eso encajar¨ªa muy bien con la nueva pol¨ªtica brit¨¢nica despu¨¦s de la salida de Europa, y con la pol¨ªtica de defensa apenas esbozada de la posible Catalu?a independiente. Felip Puig dej¨® algunas meditaciones antes de abandonar su puesto de consejero de Interior. En su etapa se habl¨®, por ejemplo, de c¨®mo se desplegar¨ªan las tropas virtuales de Catalu?a, para luchar en forma de guerrilla en defensa de su territorio. Pero tambi¨¦n se habl¨® de algo que podr¨ªa interesar mucho m¨¢s a Reino Unido, y es la posibilidad de que Catalu?a tuviera un submarino para defender sus aguas, y quiz¨¢s el tr¨¢fico brit¨¢nico de una posible amenaza espa?ola sobre Gibraltar.

Tambi¨¦n en el apartado de los puros s¨ªmbolos, Puigdemont y los suyos tienen que definirse sobre un personaje tan importante en la historia militar espa?ola como Domingo Batet.

Batet desarbol¨® el intento ilegal de Llu¨ªs Companys de proclamar la Rep¨²blica catalana, con un manifiesto rotundamente democr¨¢tico y de defensa del orden constitucional. Su acci¨®n fue ejemplar por lo comedido de su recurso a la fuerza, tan comedido que no caus¨® ninguna herida a un tipo tan canalla como Escofet o, sus sicarios, los hermanos Bad¨ªa.

Batet fue fusilado por Franco en 1937 por haber hecho lo mismo con su golpe: defender la legalidad republicana espa?ola.

Domingo Batet fue un hombre absolutamente consecuente con su deber y su juramento. Y todav¨ªa no tiene un monumento en Barcelona que reconozca sus valores. Batet har¨ªa lo mismo ahora que entonces: defender la Constituci¨®n. Por eso, los franquistas le volver¨ªan a fusilar.

Yo creo que Puigdemont deber¨ªa hacer alguna valoraci¨®n de Batet, de su acci¨®n, y decirnos si ¨¦l mandar¨ªa castigar a un hombre como Batet, tan encasquillado en la defensa de la legalidad que ampara al Estatut.