?Los Juegos de R¨ªo beneficiar¨¢n a los brasile?os o ser¨¢n un dispendio innecesario?
Brasil afronta la cita ol¨ªmpica cuestionado por su organizaci¨®n y el poco cuidado de sus recursos
Brasil est¨¢ dividido. Aproximadamente la mitad de la poblaci¨®n rechaza la celebraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos en R¨ªo de Janeiro por motivos econ¨®micos: ante su cr¨ªtica situaci¨®n, no era momento de dispendios, arguyen. Otros muchos creen que es un escaparate ante el mundo, la oportunidad definitiva para dar un paso adelante y prosperar.
Y t¨², ?qu¨¦ piensas? ?Repercutir¨¢ en beneficio de la sociedad la inversi¨®n realizada para los Juegos? ?Servir¨¢ para que Brasil pase de pa¨ªs pujante a potencia confirmada? ?O ser¨¢, por el contrario, deficitario? Puedes enviar tu opini¨®n aqu¨ª: CartasDirector@elpais.es indicando en el Asunto: Juegos de R¨ªo 2016. Tambi¨¦n v¨ªa mensaje en el Facebook de El Pa¨ªs Opini¨®n.
La opini¨®n de los lectores
Estos son los comentarios m¨¢s destacados hasta ahora:
No es cre¨ªble que Brasil vaya a convertirse en una excepci¨®n en relaci¨®n con las consecuencias que se desprenden de los Juegos Ol¨ªmpicos. Ese evento implica la adquisici¨®n de tres importantes componentes que impulsan el progreso: divisas, inversi¨®n y trabajo. Indirectamente tambi¨¦n aporta cosas importantes, como la posibilidad de demostrar los atractivos tur¨ªsticos del pa¨ªs donde se celebran y algo que pudiera llamarse una ¡°limpieza a fondo¡± en las ciudades donde se llevan a cabo.
As¨ª que resulta absurdo pensar que las Olimp¨ªadas vayan a hacerle m¨¢s da?o a Brasil que el que ya le han hecho los malos gobiernos durante el tiempo que ha transcurrido desde que se escogi¨® R¨ªo de Janeiro como la sede de 2016.
Isidoro Aguerao
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Hemos sido testigos, en distintos pa¨ªses, del despegue que ha supuesto para ellos la celebraci¨®n de unos Juegos Ol¨ªmpicos. Los exigentes niveles de organizaci¨®n e infraestructuras necesarios para un evento de tal magnitud, hacen que solo las estructuras pol¨ªticas adecuadamente engranadas sean capaces de llevarlo a cabo con ¨¦xito. El pa¨ªs anfitri¨®n consolida su posici¨®n mundial -si su situaci¨®n era emergente-, o confirmar su trayectoria -si ya estaba establecida con anterioridad-. Es previsible, en este sentido, que el resultado sea muy diferente entre R¨ªo 2016 y Tokio 2020. R¨ªo de Janeiro, como sede de los Juegos de un pa¨ªs pujante como Brasil, ha llegado a la jornada de inauguraci¨®n sin dar respuesta a muchas de sus cuestiones de futuro, por la turbia situaci¨®n pol¨ªtica que asola al Partido de los Trabajadores de Lula da Silva y Dilma Rousseff. En esas condiciones ser¨¢ dif¨ªcil que puedan aprovechar la oportunidad ¨²nica que suponen los primeros Juegos Ol¨ªmpicos de Sudam¨¦rica. M¨¢s que nada porque tras los ¨²ltimos fuegos artificiales de la clausura y el reparto de medallas, la situaci¨®n brasile?a a¨²n estar¨¢ pendiente de organizar y clarificar.
Luis Alberto Rodr¨ªguez
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Luis Rojas San Mart¨ªn
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Los Juegos de R¨ªo son un rayo de luz entre noticias sobre inhumanos con machetes, matanzas de inocentes, extremismo religioso o pol¨ªticos corruptos. La gente tambi¨¦n tiene derecho a informaciones m¨¢s optimistas. Me alegra que los brasile?os hayan sido capaces de organizar un certamen de tal escala. Una naci¨®n l¨²cida ha de saber sonre¨ªr a pesar de las pesadillas del d¨ªa a d¨ªa. Disfrutemos de los Juegos Ol¨ªmpicos.
Farid A. B.
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