Sentido de Estado ayahuasca
La ayahuasca es la ¨²ltima moda, m¨¢s que una fiesta en casa de David Guetta o subir al yate de CR7
Le¨ª acerca de la ayahuasca en la columna de mi compa?era Ana Garc¨ªa-Si?eriz y de su auge en Ibiza este verano. Iba a llamarla para comentarle lo que me hab¨ªa divertido su comentario cuando mi marido me inform¨® de que, precisamente, est¨¢bamos invitados a una toma de ayahuasca apenas toc¨¢ramos tierra en la isla pitiusa. Ingenuo, le pregunt¨¦ cu¨¢l era el dress code, porque era demasiado joven en los tiempos que se hac¨ªan quedadas para probar drogas y nunca supe muy bien lo que hab¨ªa que llevar. ¡°Un capazo y un coj¨ªn¡±, respondi¨® una amiga haciendo referencia a la moda de la cesta de mimbre playera que amenaza con quedarse hasta despu¨¦s de que se forme gobierno.
Pero no, en realidad lo que necesitas para una sesi¨®n de ayahuasca es ropa c¨®moda, como de viaje, porque efectivamente vas a pegarte un viaje que se vende como de introspecci¨®n y por eso no se le llama pedo o coloc¨®n, sino ¡°trabajo¡±. Sea como sea, en Ibiza es la ¨²ltima moda, la convocatoria m¨¢s anhelada, mucho m¨¢s que ir a una fiesta en casa de David Guetta o subirte al yate de CR7. ?De qu¨¦ se trata? Pues de una bebida mezcla de dos plantas, la enredadera de ayahuasca (banisteriopsis caapi) y un arbusto llamado chacruna (psychotria viridis) que contiene el alucin¨®geno dimetiltriptamina. ?Atenci¨®n a todos estos datos porque podr¨ªan ser los nombres de muchos hijos del futuro! Porque las tomas tienen que ser en grupo (el de nuestra invitaci¨®n era al menos de 20 personas), que se re¨²nen en un sitio especial, agradable y vigilados por un cham¨¢n, importado del Amazonas, un psic¨®logo y una banda que acompa?a con sus sonidos, entre el new age y ese gusto ¨¦tnico tan propio de la isla, los distintos estadios por los que atraviesa tu cerebro durante la ingesta. Preguntar el precio de todo se considera una vulgaridad.
Esta bebida verde es una planta maestra que para los amaz¨®nicos abre una puerta al mundo espiritual y a sus secretos. ¡°Ves cosas irreales de forma muy real¡±, explica una ahuayasquera. ¡°Hablas con tus seres queridos, resuelves traumas de infancia o de hace dos d¨ªas. Ves colores nuevos y playas bell¨ªsimas donde est¨¢n personas que te han jodido mucho y tienes que trabajar todas esas emociones¡±, continua. ¡°Es una experiencia tan intensa sobre ti mismo, tus complejos, tus resentimientos, tus problemas contigo y los dem¨¢s, que estoy convencida de que los primeros que deber¨ªan utilizarlo, a los que m¨¢s les convendr¨ªa, son los pol¨ªticos¡±, confiesa nuestra amiga.
En Espa?a ser¨ªa bueno imaginarse al se?or Rivera y al se?or Rajoy bebi¨¦ndose una tacita de ayahuasca en alguna salita de la Moncloa, para que encuentren definitivamente el ¡°sentido de Estado¡±. Con ese sentido de Estado Ayahuasca podr¨ªamos pensar que, en alg¨²n momento de la experiencia, Mariano vea a Rivera como Robin y a s¨ª mismo, como Batman, que es sin la ayuda de ninguna hierba lo que empiezan a parecer, el superh¨¦roe veterano ense?ando a cruzar amazonas y experiencias alucin¨®genas al m¨¢s joven pero ambicioso Robin que es Rivera. Y hasta en un sitio tan problem¨¢tico y, a veces, desorientado como el PSOE, deber¨ªan someterse a una sesi¨®n de ayahuasca, todos, desde los barones hasta Susana y Pedro, a ver si no terminan contaminando al conjunto musical amaz¨®nico pidi¨¦ndoles un poquito de flamenco.
Confieso que me encantar¨ªa tomarla si no fuera tan profunda y org¨¢nica. Por eso en Ibiza no me llevaron a la toma y en vez de eso fui como alternativa a la fiesta de Javier Merino en su etapa post Mar Flores. Lo hice vestido con una camisa azul mar y unos pantalones de flores. En la fiesta, por supuesto, no se hablaba de otra cosa hasta que alguien que vive entre Miami e Ibiza alert¨® de la plaga de zika en Wynwood, el barrio bohemio de Miami. Pens¨¦ que estaban colocados, pero la realidad me golpe¨® al volver a Miami y ver, sin ninguna ayahuasca encima, al mism¨ªsimo avi¨®n fumigador volar por entre las plantas 12 u 13 de los rascacielos de Midtown. Ahora sabemos que el mosquito no vuela m¨¢s arriba de esa altura. Y que posiblemente una mezcla de picada del mosquito e introspecci¨®n ayahuasca explique lo que le pas¨® a Alejandro Fern¨¢ndez, el macho uber de la m¨²sica mexicana, para retratarse sin camisa y despelucado en una fiesta gay en Las Vegas. ?Hay que celebrarlo en vez de atacarlo! Mariachi para todos.
As¨ª, medio colocado con la fumigaci¨®n, no pude evitar pensar que todo, zika, ayahuasca y, quiz¨¢s, hasta el sentido de Estado, vienen del mismo sitio: el Amazonas. ?C¨®mo me gustar¨ªa ponerme hasta arriba de ayahuasca e imaginarme que soy Gisele B¨¹ndchen desfilando con mucho sentido de Estado!
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