Se proh¨ªben los ni?os en el hotel
Muchos aplauden esta medida y otros la critican duramente. El ocio solo para adultos vive un pol¨¦mico auge
Puede que la escena les resulte familiar. Una pareja sin hijos llega, por fin, a su lugar de destino, un hotel con todos los lujos, para disfrutar tras 11 meses de duro trabajo. Es la recompensa. Han llegado hace un par de horas y lo que anhelan es bajar a la playa acotada del establecimiento para disfrutar del sol y de la calma. Sin embargo, todos sus planes se vienen abajo cuando llega una familia con tres ni?os de dos, cuatro y seis a?os. La pareja no consigue relajarse porque los peques corren, levantan arena a su paso y juegan, mientras sus padres elevan levemente el tono de voz para pedirles que se calmen.
La pareja se siente inc¨®moda, no puede descansar, y los padres lo pasan mal porque saben que sus hijos est¨¢n perturbando las vacaciones de otros. Y los ni?os tampoco est¨¢n disfrutando. Tienen que escuchar a sus progenitores decirles continuamente que no salten o no griten y creen que esa playa es un ¡°rollo¡± donde no se puede jugar.
El plan no es demasiado apetecible, pero tampoco se puede hacer nada ya que los ni?os, ni?os son. No hacen nada malo, de hecho, est¨¢n haciendo lo correcto para un crecimiento sano y natural como es correr, expandirse o jugar. Pero la pareja, que no tiene hijos y que ha pagado mucho dinero por su descanso, se siente frustrada.
Esta escena, totalmente ficticia, pero que bien podr¨ªa ser real, pasa muchas veces. De ah¨ª que algunos hoteleros hayan decidido poner en marcha la medida de prohibir la entrada a los m¨¢s peque?os en sus establecimientos. Una postura que muchos aplauden y que otros critican duramente. Quienes est¨¢n en contra creen que esta postura es una exclusi¨®n intolerable, mientras quienes la defienden consideran que no se puede hablar de discriminaci¨®n ya que el porcentaje de hoteles prohibidos a ni?os es m¨ªnimo.
?Qui¨¦n tiene la raz¨®n?
Azucena Caballero, madre de tres hijos (ya adolescentes) y cofundadora de la Pedagog¨ªa Blanca, est¨¢ totalmente a favor de que existan hoteles solo para adultos. "Son espacios privados, no p¨²blicos", explica. "De la misma manera que hay cruceros para singles, restaurantes familiares, bibliotecas infantiles separadas de las generales, me parece perfectamente l¨ªcito, incluso aconsejable, que haya hoteles enfocados exclusivamente a un p¨²blico adulto", a?ade.
Por el contrario, Ram¨®n Soler, psic¨®logo y director de la revista Mente Libre, no est¨¢ de acuerdo con este aspecto y prefiere no entrar a discutir las razones legales, "ya que los defensores de la discriminaci¨®n siempre podr¨¢n ampararse en el derecho de admisi¨®n y al libre mercado". "Yo prefiero centrarme en los aspectos morales y psicol¨®gicos de esta prohibici¨®n y estos pasan porque los ni?os, como no votan y no compran, son considerados como ciudadanos de segunda; de manera que, si sus intereses entran en alg¨²n momento en conflicto con los de los adultos, siempre salen perjudicados", explica. ¡°Vivimos en una sociedad que segrega a los ni?os olvidando que todos lo hemos sido alguna vez y que todos los ni?os ser¨¢n los adultos el d¨ªa de ma?ana. Si les respetamos, aprender¨¢n a hacerlo, si les discriminamos y prejuzgamos, eso ser¨¢ lo que ellos hagan en el futuro¡±.
Por su parte, Caballero no cree que esto sea as¨ª en absoluto. ¡°Las familias pueden escoger entre la amplia gama de hoteles familiares que existen en el mercado, con la ventaja de saber que en esos espacios sus ni?os son bienvenidos; van a ser respetados; todo va a estar adaptado a sus necesidades y van a disfrutar de una estancia m¨¢s c¨®moda y confortable para ellos y toda su familia¡±. "Adem¨¢s", subraya, ¡°la tensi¨®n a la que se someten algunos padres e hijos en ciertos lugares para evitar molestar hace que en lugar de divertirse durante sus vacaciones lo pasen fatal. Si viajas con ni?os y eliges un hotel familiar, vas a eliminar mucha presi¨®n y malestar. Vas a poder relajarte, si tus ni?os se mueven o gritan un poco, sabes que nadie se va a molestar. La diferenciaci¨®n por p¨²blicos en los hoteles hace que las vacaciones sean mejores para todos¡±.
No solo eso. La experta puntualiza: ¡°No estamos hablando de que no haya ning¨²n hotel al que no puedan hospedarse, estamos hablando de diferenciar espacios para que aquellas personas que buscan un espacio calmado y silencioso lo puedan disfrutar". "Ellos", contin¨²a, "no tienen ni?os, o los han dejado con los abuelos para gozar de una escapada tranquila, porque ya criaron y ahora quieren utilizar su momento de descanso de otra manera¡ Porque la libertad de elecci¨®n es muy importante para todos¡±.
"En lugar de prohibir la entrada por miedo a que nos molesten", contradice Soler, "podr¨ªamos darles un buen ejemplo y educarles en valores como la empat¨ªa o la solidaridad y aprovechar la oportunidad para ense?arles que hay lugares donde no se puede gritar pero tambi¨¦n hay otros donde pueden molestar". "De esta manera, estar¨ªamos criando adultos responsables, emp¨¢ticos y respetuosos", concluye.
Caballero no cree que la raz¨®n de que los ni?os no puedan entrar en determinados hoteles sea la discriminaci¨®n. ¡°Estas personas no son ogros que no quieren a los ni?os, eso es una falacia. Esas mismas personas conviven con menores en todas partes y pueden, incluso, ser cari?osos y respetuosos con ellos, pero quieren desconectar unos d¨ªas, charlar tranquilamente sin gritos ni jaleo alrededor, dormir sin llantos que les despierten...¡±, finaliza.
Lo que dicen los hoteles
No es f¨¢cil encontrar hoteles solo para adultos y es que, a pesar de las quejas de los que no los defienden, siguen siendo una opci¨®n minoritaria. En Menorca, por ejemplo, cuya oferta hotelera es muy extensa, existen solo tres (todos de la cadena Artiem). ¡°No somos antini?os, pero vimos que Menorca no ten¨ªa oferta para parejas sin hijos o para aquellas con hijos pero que quer¨ªan viajar solos. Somos la primera oferta de solo adultos de la isla¡±, a?ade. "Queremos ofrecer al cliente la oportunidad de que recargue pilas, renueve las energ¨ªas y alimente su relaci¨®n de pareja al menos durante unos d¨ªas". Adem¨¢s, seg¨²n sostienen, ¡°el ocio para los adultos no se parece al de los ni?os y es bueno separarlo de vez en cuando¡±.
Aunque la oferta es todav¨ªa minoritaria, cada vez hay m¨¢s hoteles que optan por establecer l¨ªmites en la edad de admisi¨®n. Algunos no admiten a menores de seis a?os, otros, de 12 y algunos, incluso, proponen la mayor¨ªa de edad como m¨ªnimo.
Lo que s¨ª parece claro es que la oferta es lo suficientemente amplia como para poder elegir qu¨¦ se quiere y, por tanto, evitarse as¨ª una pol¨¦mica que no hace m¨¢s que crecer entre defensores y detractores cada d¨ªa.
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