El Pacto de Mil¨¢n en marcha

Foto: de Sbas Ayll¨®n en Flickr Commons

Fue en Mil¨¢n el pasado mes de octubre cuando 116 ciudades (entre ellas seis espa?olas) firmaron el Pacto de Pol¨ªtica Alimentaria Urbana. Y de esta manera, se compromet¨ªan a ¡°trabajar para desarrollar sistemas alimentarios sostenibles, inclusivos, resilientes, seguros y diversificados, para asegurar comida sana y accesible a todos en un marco de acci¨®n basado en los derechos, con el fin de reducir los desperdicios de alimentos y preservar la biodiversidad y, al mismo tiempo, mitigar y adaptarse a los efectos de los cambios clim¨¢ticos¡±. Nueve meses despu¨¦s, en la ciudad de Madrid, representantes del Ayuntamiento y de la plataforma Madrid Agroecol¨®gico han dado a conocer l¨ªneas de actuaci¨®n para comenzar a hacerlo realidad.

Algunos de los grandes compromisos que establece el Pacto son: desarrollar sistemas alimentarios sostenibles que garanticen el acceso a comida saludable, proteger la diversidad, y luchar contra el desperdicio de alimentos. Y para ello, Madrid propone medidas como son:

• El desarrollo del programa piloto Madrid Agrocomposta, en el que 200 hogares recuperaran restos de comida y materia org¨¢nica para su agrocompostaje y posterior fertilizaci¨®n de cuatro explotaciones agrarias, con la intenci¨®n de que la iniciativa, poco a poco, se extienda a comercios y el resto de la ciudad.
• El aumento en el n¨²mero de huertos urbanos y la apertura en el barrio de San Ferm¨ªn de una Escuela Municipal de Huerta Urbana.
• Tambi¨¦n se ofrecer¨¢ formaci¨®n sobre Consumo Sostenible, y se llevar¨¢n a cabo talleres escolares sobre econom¨ªa social y trazabilidad de los productos.
• En las escuelas infantiles se comenzar¨¢n a introducir men¨²s dise?ados con criterios agroecol¨®gicos.
• Y los mercados municipales sufrir¨¢n remodelaciones de manera que ofrezcan m¨¢s productos agroecol¨®gicos.

Otras ciudades europeas tambi¨¦n se han puesto ya en camino y, por ejemplo, Par¨ªs plantea impulsar el desarrollo de casi 14 hect¨¢reas de tierras cultivables en azoteas y muros para el a?o 2020. Mil¨¢n se dedicar¨¢ a luchar contra el desperdicio de comida, y en 60 colegios los alumnos que comen en los comedores escolares podr¨¢n llevarse en una bolsa los restos no perecederos en la campa?a "Yo no tiro".

Y es que, en la actualidad, m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial vive en las ciudades y las previsiones son que para 2050 lo hagan dos terceras partes. De manera que los entornos urbanos asumen un papel protagonista en garantizar el derecho de la poblaci¨®n mundial a una alimentaci¨®n sana y sostenible. El Pacto de Mil¨¢n es el primer protocolo internacional en materia alimentaria que se realiza a nivel municipal, y puede suponer un importante paso en esta direcci¨®n. Sus premisas lo dejan claro:

• Considerando que las ciudades, donde reside la mitad de la poblaci¨®n mundial, juegan un papel estrat¨¦gico para el desarrollo de los sistemas alimentarios sostenibles y la promoci¨®n de dietas saludables, y que, a pesar de ser diferentes entre s¨ª, todas las ciudades constituyen un centro de innovaci¨®n econ¨®mica, pol¨ªtica y cultural, y gestionan grandes recursos p¨²blicos, infraestructuras, inversiones y competencias;
• Considerando que los sistemas alimentarios actuales est¨¢n llamados a ofrecer un acceso constante y seguro a una variedad de alimentos adecuados, seguros, locales, justos, saludables y nutritivos para todos; que el abastecimiento alimentario de las ciudades se enfrentar¨¢ a diferentes obst¨¢culos, entre ellos, el desequilibrio en t¨¦rminos de acceso y distribuci¨®n, el deterioro ambiental, la escasez de recursos y el cambio clim¨¢tico, formas de producci¨®n y consumo no sostenibles, las p¨¦rdidas y el desperdicio de alimentos;
• Considerando que el proceso de urbanizaci¨®n acelerado tiene un profundo impacto sobre nuestro planeta ¨C en el ¨¢mbito econ¨®mico, social y ambiental ¨C con ¨¦nfasis en la necesidad de reconsiderar las formas de abastecimiento de los productos alimenticios y del agua a las ciudades, como tambi¨¦n de otros bienes y servicios esenciales;
• Considerando que el hambre y la malnutrici¨®n, en diversas formas, coexisten dentro de todas las ciudades convirti¨¦ndose en una carga pesada en t¨¦rminos de salud y bienestar individual, y en un coste social y econ¨®mico notable para familias, comunidades, ayuntamientos y estados;
• Considerando que las empresas agr¨ªcolas familiares y los peque?os productores de alimentos, (en particular las mujeres productoras en diferentes pa¨ªses) juegan un papel fundamental en el abastecimiento de alimentos en las ciudades y los territorios colindantes, contribuyendo a preservar sistemas alimentarios resilientes, justos y culturalmente adecuados; y que la reorientaci¨®n de los sistemas alimentarios y de las cadenas de valor a favor de dietas sostenibles permite de volver a acercar consumidores y productores rurales y urbanos;
• Considerando que la agricultura urbana y periurbana ofrecen diferentes oportunidades para la conservaci¨®n e integraci¨®n de la biodiversidad en el contexto urbano/regional y en los sistemas alimentarios, contribuyendo as¨ª en la creaci¨®n de sinergias entre seguridad alimentaria y nutricional, los servicios relacionados a los ecosistemas y el bienestar humano;
• Considerando que, dada la estrecha relaci¨®n existente entre las pol¨ªticas alimentarias y muchos otros desaf¨ªos y pol¨ªticas a nivel urbano - tales como la pobreza, la protecci¨®n social y sanitaria, la higiene y los servicios higi¨¦nico-sanitarios, la planificaci¨®n del uso del territorio, los transportes y el comercio, el sector energ¨¦tico, la instrucci¨®n, y la capacidad de reacci¨®n a las cat¨¢strofes - es esencial adoptar un enfoque integrado comprensivo, interdisciplinar e interinstitucional;
• Considerando que la sociedad civil y el sector privado desempe?an un papel clave para el abastecimiento de alimentos en las ciudades, contribuyendo experiencia, innovaci¨®n y campa?as a favor de sistemas alimentarios m¨¢s sostenibles, y para la incorporaci¨®n de los enfoque de inclusi¨®n social y derechos humanos en las pol¨ªticas alimentarias urbanas
• Recordando los compromisos asumidos por las ciudades para hacer frente a los cambios clim¨¢ticos; para promover estrategias y acciones dirigidas a la reducci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero y favorecer la adaptaci¨®n a los efectos de los cambios clim¨¢ticos sobre los sistemas alimentarios urbanos (por ejemplo, en ocasi¨®n de ediciones sucesivas del Foro Urbano Mundial y de la inminente Conferencia sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible Habitat III); y para la promoci¨®n de la gesti¨®n sostenible de la biodiversidad a trav¨¦s de iniciativas a nivel urbano en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biol¨®gica;
• Considerando que las ciudades y los territorios colindantes jugar¨¢n en el futuro un papel activo a la hora de llevar a la pr¨¢ctica los procesos internacionales como las metas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG), en el marco de la Agenda de Desarrollo Sostenible post-2015; ser¨¢n involucradas en las pr¨®ximas negociaciones para el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre los Cambios Clim¨¢ticos (COP 21); para contribuir a la iniciativa Zero Hunger Challenge, abordar la cuesti¨®n de las dietas urbanas sostenibles durante la Secunda Conferencia Internacional sobre la Nutrici¨®n, y asumir un papel importante en el Marco post2015 para la Reducci¨®n del Riesgo de Cat¨¢strofes.