Vicente Romero, ¡®Mariskal¡¯: combustible para los festivales
AQUELLA TRANSICI?N pol¨ªtica, social y cultural que aconteci¨® en Espa?a tras el final de la dictadura qued¨® marcada por una banda sonora tan vanguardista en sus formas como contestataria en sus letras. Y no, no se trata de la movida, un movimiento que, a juicio de uno de los m¨¢s grandes comunicadores musicales en espa?ol de todos los tiempos, ¡°se ha llevado demasiada gloria¡±. Aupar la historia del rock a esas alturas es una de las reivindicaciones de Vicente Romero, Mariskal, probablemente el primer DJ de Espa?a y abanderado durante m¨¢s de cuatro d¨¦cadas del rock en castellano aqu¨ª y en el otro extremo del charco, especialmente en Argentina. Armado con su ya legendario grito de guerra, un ?viva el rollo! que removi¨® las conciencias de toda una generaci¨®n y que, en aquellos tiempos ¡°en los que hab¨ªa que camuflarlo todo¡±, ven¨ªa a ser sin¨®nimo de ?viva la libertad!, este onubense universal contin¨²a como siempre al pie del ca?¨®n.
Curtido en un sinf¨ªn de conciertos, Mariskal conoce bien la necesidad de surtirse de un potente combustible ¡°para esas 10 o 12 horas que significa cada d¨ªa de festival¡±. M¨¢s a¨²n en esta ¨¦poca veraniega, en la que abundan las propuestas de todos los g¨¦neros. Su predilecto, el rock ¡°que ahora se llama heavy, pero que antes llam¨¢bamos underground¡±, tiene paradas en localidades como Villena, en Alicante, donde recientemente se ha celebrado el cl¨¢sico Leyendas del Rock. El locutor se declara un ¡°fan¨¢tico¡± de esta cita, y no solo en el sentido musical, sino tambi¨¦n por la panceta que sirven en sus bocadillos, de los que recrea conmigo una versi¨®n canalla con morcilla andaluza y chimichurri. ¡°No s¨¦ si voy por los artistas o por la comida¡±, se r¨ªe mientras explica que el secreto reside en que el promotor del festival ejerce tambi¨¦n de carnicero. ¡°El tama?o ideal es media barra de pan¡±, recomienda. ¡°Y, sobre todo, no abusar del alcohol, porque perderse a grandes grupos por estar tirado en la hierba es imperdonable¡±.
Convencido de que el rock y los festivales son ¡°la gran manifestaci¨®n cultural no solo de este siglo, sino tambi¨¦n del pasado¡±, Mariskal no ha dejado nunca de promocionar y difundir sus acordes y estilo de vida, inquebrantablemente reivindicativo. Lo ha hecho a trav¨¦s de las ondas de la radio, con programas como el recordado Musicolandia; desde el papel, con su revista La Heavy, que ha cumplido 36 a?os, y desde hace un tiempo con una plataforma ¡°libertaria y libertina¡±: la Red. En su estudio madrile?o, donde me recibe, atesora algunos de los muchos recuerdos que ha ido acumulando en su larga trayectoria: miles de ced¨¦s y revistas ordenados en estanter¨ªas que conviven con decenas de fotos colgadas en la pared: Mariskal con Angus Young, de AC/DC; Mariskal con Chuck Berry; Mariskal con los Stones.
La m¨ªtica banda brit¨¢nica fue precisamente coadyuvante de uno de sus hitos profesionales: convertirse en el primer y ¨²nico reportero en entrevistar a sus cuatro miembros a la vez. Fue en 1995, para el canal argentino Telefe y su programa radiof¨®nico en aquel pa¨ªs, Rock & Pop.?¡°Ocurri¨® en el backstage del auditorio de Los Hermanos Rodr¨ªguez en Ciudad de M¨¦xico¡±, recuerda. ¡°Hab¨ªan vendido cuatro estadios en Latinoam¨¦rica y con el quinto no hab¨ªan conseguido despachar todas las entradas. Por eso me llam¨® el promotor y les hice la entrevista. No fue por mi cara bonita, sino porque el dinero, el money money, es para Mick [Jagger] su Satisfaction¡±, bromea. La suya, su satisfacci¨®n, es poder seguir haciendo lo que le gusta sin que a sus 68 a?os tenga que rendir cuentas. ¡°Hay gente que dice: Mariskal va muy de heavy, pero en los setenta pon¨ªa funky¡±, cuenta mientras rememora los dos discos que grab¨® con su legendario sello Chapa Records ¨CShow Black Feeling y Zumo de Radio¨C, a la vez que produjo a grupos como Bar¨®n Rojo, ?u o Burning. Muchas de aquellas bandas se re¨²nen este septiembre en el II Festival Rocktiembre, 38 a?os despu¨¦s del primero. ¡°Me encanta: Otis Redding, Arthur Conley, James Brown. Defiendo la m¨²sica de coraz¨®n¡±.
- Frotar con sal la panceta y marcar en una sart¨¦n o plancha hasta que est¨¦ dorada por los dos lados. Meter la carne seguidamente en una olla a presi¨®n con el bourbon y un poco de agua y poner 45 minutos al fuego o dejar cociendo lentamente en una cacerola durante hora y media con la tapa puesta.
- Retirar la pieza de carne y dejar enfriar.
- Cortar las barras de pan por la mitad y abrir por el medio. Cubrir el pan con la salsa chimichurri y poner la panceta en trozos previamente pasados por la plancha con un papel de horno de base.
- Laminar finamente la morcilla y repartir sobre la panceta. Agregar la cebolleta picada y un toque de pimienta, lim¨®n y jugo de jalape?os.
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