El hombre de las mil caras

Ha sido capaz de convertir a Eddie Redmayne en Stephen Hawking, a Clive Owen en Ernest Hemingway o a Benedict Cumberbatch en un jorobado Ricardo III. Ha creado alien¨ªgenas, zombis y criaturas monstruosas, y dise?a y produce todo tipo de pr¨®tesis y atrezo gore de extremado realismo ¡ªcabezas cortadas, barrigas de embarazada, narices postizas, v¨ªsceras, heridas de bala o cicatrices son s¨®lo algunos de los 'servicios' que ofrece¡ª para seguir alimentando la magia del cine. Se llama Kristyan Mallett y es el dise?ador de maquillaje de efectos especiales a quien los productores de cine brit¨¢nicos y medio Hollywood tienen en marcaci¨®n r¨¢pida.

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Tras formarse en Maquillaje en Kings Lynn College, Mallett se inici¨® en la profesi¨®n hace m¨¢s de una d¨¦cada como aprendiz en la tercera entrega de la saga Harry Potter. Y por eso ubic¨® su peque?a empresa, Kristyan Mallett Makeup Effects, a las afueras de Watford, una poblaci¨®n industrial al noroeste de Londres estrat¨¦gicamente situada frente a los estudios Warner Bros. La lista de proyectos de cine, televisi¨®n, teatro y publicidad en los que ha trabajado incluye m¨¢s de 150 t¨ªtulos; entre ellos, El renacido, Guardianes de la galaxia, Los miserables, la franquicia de Misi¨®n Imposible o la serie de televisi¨®n Outlander (la espalda del protagonista, destrozada por los latigazos, es obra suya). Y su tel¨¦fono no para de sonar; filmes de pr¨®ximo estreno como Wonder Woman, King Arthur: Legend of the Sword, Assassin's Creed, Aliados o El beb¨¦ de Bridget Jones tambi¨¦n han contado con su participaci¨®n.

Pero su trabajo en La teor¨ªa del todo merece sin duda una menci¨®n especial. Mallett form¨® parte del equipo que metamorfose¨® a Eddie Redmayne en Stephen Hawking, y lo asombroso del resultado le vali¨® una nominaci¨®n al Bafta. Adem¨¢s de un maquillaje de envejecimiento que iba sumando a?os al rostro ani?ado de Redmayne seg¨²n avanzaba el metraje, Mallett le coloc¨® al actor unas orejas m¨¢s grandes que, ¨®pticamente, causaban un efecto de hundimiento en la cara. Adem¨¢s, a?adi¨® pr¨®tesis suplementarias en rodillas y hombros para que sus extremidades parecieran protuberantes y huesudas. Su transformaci¨®n m¨¢s viral, sin embargo, no tuvo nada que ver con el cine. Cuando el pasado mes de noviembre la cantante Adele se hizo pasar por una tal Jenny para dar una sorpresa a sus fans participando en un concurso de imitadoras, Mallett aport¨® la nariz y la barbilla falsas que obraron el milagro.

En su web, el maquillador de 36 a?os asegura que "no hay proyecto demasiado peque?o ni demasiado grande" para su empresa. Con un proceso de elaboraci¨®n que supone semanas de trabajo, entre los que requieren mayor pericia destaca la creaci¨®n de una m¨¢scara a medid. La fabricaci¨®n parte de un molde de silicona de la cara de un actor o actriz que se rellena de yeso y se esculpe; el resultado final depende de la destreza de un equipo formado por t¨¦cnicos, escultores, pintores (responsables de dar con el color de piel exacto) y los llamados "finalizadores" (encargados de insertar, uno a uno, cada pelo).

Mallett descubri¨® su vocaci¨®n gracias a la pel¨ªcula Legend, de Ridley Scott. Una escena de los extras mostraba a un maquillador convirtiendo al actor Tim Curry en una especie de diablo rojo. Aquel ni?o atra¨ªdo por el cine que en su tiempo libre se dedicaba a dibujar seres fant¨¢sticos y construir marionetas qued¨® fascinado al darse cuenta de que fabricar monstruos era una profesi¨®n de verdad. Hoy, mientras estudia las posibilidades que el campo de la tecnolog¨ªa de impresi¨®n en 3D puede aportar a su profesi¨®n, sigue demostrando que, en el mundo de los efectos especiales, los generados por ordenador no lo son todo. A veces basta con un par de grandes orejas.