¡®Antiestablishment¡¯
Ya no vende ser un pol¨ªtico tradicional. Lo que se lleva es el antiintelectualismo
Ser antisistema se ha puesto de moda en la clase pol¨ªtica. Alterar ¡°el orden establecido¡± y luchar ¡°contra los de arriba¡± fue parte de la ret¨®rica de la que se ha valido Emmanuel Macron para lanzar su candidatura a las elecciones presidenciales francesas de 2017. Hasta aqu¨ª nada que objetar, pero resulta que quien se presenta como palad¨ªn del hombre antisistema es el actual ministro de Econom¨ªa franc¨¦s y en su d¨ªa estuvo implicado hasta los tu¨¦tanos en el sistema financiero. El que se vea obligado a recurrir a esta estrategia discursiva dice bastante del momento pol¨ªtico que vivimos.
La paradoja es que para afianzarte en la clase pol¨ªtica tengas que presentarte como ¡°antipol¨ªtico¡±. El fen¨®meno Trump es un buen ejemplo de esto, aunque ya lo hicieran otros como Berlusconi o Grillo. El caso de Macron, hombre de partido con trayectoria de largo recorrido, no es una muestra aislada. Boris Johnson, Marine Le Pen o el mismo Corbyn son personas que aparecen ante su electorado como pol¨ªticos antiestablishment y, sin embargo, llevan buena parte de sus vidas establecidos en la clase pol¨ªtica.
Todos ellos saben que ya no vende ser un pol¨ªtico tradicional. Lo que se lleva es el antiintelectualismo: hablar ¡°como el pueblo¡± porque lo que prima es identificarse con ¨¦l. Por eso el antipol¨ªtico desprecia la inteligencia y sofisticaci¨®n de los l¨ªderes tradicionales, como hace Trump con Obama o la misma Le Pen. Despu¨¦s, para barrer a ¡°los de siempre¡± buscan suplir la lucha pol¨ªtica aut¨¦ntica detr¨¢s de un discurso moralizante en el que lo pol¨ªtico se diluye detr¨¢s de supuestas verdades morales superiores que ellos encarnan.
Todo esto nos devuelve al problema que sufren nuestras democracias: erosi¨®n de la confianza p¨²blica y crisis de legitimidad del sistema. Este mensaje fue captado pronto por candidatos de corte populista. La tentaci¨®n de adoptar ese perfil no parece ya, sin embargo, algo que estos tengan en exclusiva. Para ganar credibilidad, los pol¨ªticos piensan que han de presentarse como gente que viene de extramuros del sistema. S¨®lo as¨ª pueden crear la ficci¨®n de que ¡°otra pol¨ªtica¡± es posible. La iron¨ªa es que enfrentar el populismo con t¨¦cnicas populistas, antes que combatirlo, lo acaba por reforzar. @MariamMartinezB
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