'Fleabag', la serie sobre amor y sexo que debes ver si has cumplido los 30

Mujer recientemente treinta?era, en una relaci¨®n tormentosa con su padre, con una hermana que parece un sargento, m¨¢s novios que van y vienen (y de los que se r¨ªe en su cara), con un negocio ruinoso y una desgracia que ha provocado todo eso. No, no estamos hablando de la ya archiconocida Hannah Horvath (interpretada por Lena Dunham en Girls), hablamos de la protagonista de Fleabag, interpretada por Phoebe Waller-Bridge, una joya de seis cap¨ªtulos que se emite en BBC3 y que el 16 de septiembre estar¨¢ disponible como una serie m¨¢s de Amazon en su versi¨®n estadounidense.

The Guardian la ha definido como la versi¨®n macarra de El Diario de Bridget Jones, pero nada m¨¢s lejos. Aqu¨ª el personaje principal no vive por y para encontrar el amor sino, m¨¢s bien, para encontrarse a s¨ª misma. Y el hecho de que la serie est¨¦ escrita y protagonizada por una misma persona la hacen mucho m¨¢s potente, aunque eso ya lo sab¨ªamos despu¨¦s de ver Girls. Reino Unido enloquece con una de esas peque?as gemas que, bastante a menudo, emite su televisi¨®n. El humor es descarnado, las situaciones son comunes y al final uno no sabe si llorar o hacer como su protagonista, siempre con una media sonrisa en la cara.

Waller-Bridge, con los 30 reci¨¦n cumplidos, ha preferido enfocarse en situaciones nada glamourosas a diferencia de lo que cualquier otra comedia de mujeres nos ha permitido ver hasta el momento. Que la frase de salida de la serie gire en torno al tama?o del ano de la protagonista ya nos da muchas pistas, que lo haga sin caer en la escatolog¨ªa tambi¨¦n. Y es que Fleabag (as¨ª se llama el personaje) no le teme a los juicios sociales que con 30 a?os puede sufrir una mujer con necesidades f¨ªsicas permanentes (s¨ª, est¨¢ siempre cachonda) o que intenta sacar adelante un negocio ruinoso que fue su sue?o junto a su mejor amiga (fallecida de una manera rid¨ªcula).

La temida barrera de esa edad en la que los adultos tienen que tener claro hacia d¨®nde se dirigen y espaciar cada vez m¨¢s las resacas ante la inminente avalancha de fotos de beb¨¦s que llegan por los canales m¨¢s insospechados. Ese es el momento en el que se desarrolla esta serie en Londres que, por otra parte, ya fue todo un ¨¦xito sobre las tablas del teatro en la ciudad en la que est¨¢ ambientada (y que tambi¨¦n escribi¨® y protagoniz¨® Phoebe) y ese es el momento en el que parece que todo el mundo va en la direcci¨®n contraria a la que t¨² has tomado.

Pero no s¨®lo la serie se centra en la edad de la protagonista, sino en el hecho de su libertad a la hora de decidir sobre su vida: c¨®mo utiliza aplicaciones de ligar, c¨®mo decide llevar su negocio y c¨®mo intenta mejorar relaciones personales completamente destrozadas. Algo muy mal visto por los maravillosos secundarios de la serie.

Algunos de ellos son su padre (Bill Patterson), al que saluda d¨¢ndole la mano en momentos muy inc¨®modos, hasta su hermana Claire (Sian Clifford), con quien la relaci¨®n es tan complicada que un intento de abrazo se entiende como el principio de una agresi¨®n. Menci¨®n aparte merece la maravillosa Olivia Colman como la madrastra con la sensibilidad de un canto rodado. Todos ellos se encargar¨¢n de observar las idas y venidas de Fleabag con toda la condescendencia que consiguen reunir.

Precisamente la mirada de Waller-Bridge es la que consigue que el espectador tampoco sienta una compasi¨®n atroz ante situaciones tr¨¢gicas con las que no hace m¨¢s que carcajearse. La gestualidad de esta actriz que los m¨¢s seri¨¦filos conocer¨¢n por su papel de abogada en Broadchurch es el ¨²nico remanso de paz en su interpretaci¨®n de la vida moderna en la capital brit¨¢nica, soltera y siendo un bicho raro para todo lo que se presupone establecido.

Las comparaciones de Fleabag con otras series que podr¨ªan malconsiderarse femeninas no aplican aqu¨ª. Ni Londres es Nueva York, ni Fleabag tiene pasta para comprarse zapatos. Ni tampoco va en bicicleta por los barrios m¨¢s hip porque seguramente terminar¨ªa cay¨¦ndose al suelo. Tampoco tiene un grupo de amigas que la apoyen y eso demuestra que esta serie est¨¢ m¨¢s cerca que ninguna de la realidad de las personas (ya sean mujeres u hombres). A los 30 el sentirse rodeado de amigos y el tener apoyos inquebrantables es una quimera. Aunque existan, en honrosas ocasiones, claro.