As¨ª es como empec¨¦ a comer de la basura (cap¨ªtulo uno)
Una periodista se ha propuesto investigar sobre la alimentaci¨®n 'freegan', una forma de vida que denuncia el despilfarro comiendo a base de desechos. En esta primera parte, accede a salir de noche y ver qu¨¦ hay en los contenedores
Me he propuesto investigar sobre la alimentaci¨®n freegan, una forma de vida que denuncia el despilfarro alimentario combati¨¦ndolo con sus propias armas: se trata de alimentarse a base de desechos de otros. Me decido a estudiar y a vivir el freeganismo: Voy a alimentarme de basuras.
El primer d¨ªa me dijeron ¡°pantal¨®n largo y nada de chanclas¡±. Luego entend¨ª porqu¨¦
El cambio de mentalidad comienza a ra¨ªz de una jornada festivalera en Benidorm (concretamente en el Low Cost Festival). En la puerta me requisan una manzana, que sin contemplaciones tiran a un contenedor de basura. Protesto. No sirve de nada. Es s¨®lo una manzana. Pero una manzana comestible, en perfecto estado que se tira a la basura sin posibilidad de que se aproveche de ninguna forma.
Unos d¨ªas despu¨¦s, ya regresada a mi casa, recuerdo este episodio y busco en la santa Internet modelos de consumo sostenibles contra el despilfarro de alimentos. Flipo. Flipo mucho. Lo que me encuentro es un modo de vida, una corriente extrema, una chifladura que decido investigar. Se llama freeganismo, y consiste en alimentarse de la basura. De desperdicios alimentarios, s¨ª. La gente est¨¢ muy loca- pienso- y quiero saber m¨¢s de todo esto.
LUNES
Descubro estad¨ªsticas muy dolorosas: Al parecer en nuestro planeta se desperdicia un tercio de la comida total. En Espa?a, -que carece de una normativa que regule los desperdicios de los supermercados- se desechan anualmente 7,7 millones de toneladas de alimentos. Eso s¨ª, sobre todo se desperdician y tiran alimentos en los hogares. Confieso que en mi casa se desperdician alimentos, y soy yo la responsable.
En Francia y recientemente en Italia se han puesto en marcha iniciativas destinadas a acotar este despilfarro. Es un clamor popular que hace falta regular la gesti¨®n de alimentos ¨²tiles y comestibles antes de tirarlos a la basura. Decido intentarlo. Voy a terminar los alimentos que tengo en casa y no voy a comprar m¨¢s. Me voy a alimentar de los desechos de los dem¨¢s, voy a practicar lo que se llama freeganismo. Y creo que voy a pasar mucha hambre¡
MARTES
Contacto con dos chicas freeganas, Paloma y Paula, y me presento en su casa, para m¨¢s se?as una okupaci¨®n dividida en varios apartamentos. Ellas comparten piso con V¨ªctor, que ahora mismo no est¨¢. Les pregunto por el freeganismo: ¡°Nosotras lo llamamos reciclaje de comida. No estamos en contacto con gente que lo practique, pero es toda una forma de vida, s¨ª. Sobre todo de consumir de forma responsable¡±.
Espa?a carece de una normativa que regule los desperdicios de los supermercados
Paloma me cuenta que han estado bastante tiempo en Canarias: ¡°All¨ª conocimos a una pareja de franceses turistas, un d¨ªa abrieron un contenedor y fliparon, y entonces se convirtieron al freeganismo. En Canarias yo tambi¨¦n ocupaba y reciclaba. A m¨ª el primer d¨ªa me dijeron ¡°pantal¨®n largo y nada de chanclas¡±. Luego entend¨ª porqu¨¦: Hab¨ªa que meterse dentro del contenedor de basura para coger la comida. En Las Palmas recicla mucha gente, va por ¨¦pocas, a veces es m¨¢s escaso, a veces hay m¨¢s¡¡±
Me ense?an su nevera y su despensa. Est¨¢ todo repleto de alimentos. Me invitan a pan de cebolla con pat¨¦ de berenjena. Comemos y charlamos. ¡°Si un d¨ªa no encuentras comida, la encuentras al d¨ªa siguiente. Es muy f¨¢cil tener la despensa llena siempre. Eso s¨ª, j¨®venes no suele haber. Hay mucha gente mayor, que no les llega la pasta, cogen leche y productos b¨¢sicos, y entre ellos s¨ª que hablan y hay cierta comunidad. Pero lo viven como una necesidad, no por aprovechar el despilfarro de otros¡±.
?Les resulta vergonzoso alimentarse de la basura?
"Muchos seguratas alegan que lo que hacemos es un robo"
¡°Quiz¨¢ para ellos s¨ª que hay cierta verg¨¹enza, pero una vez que empiezas, lo normalizas muy r¨¢pido. El rid¨ªculo es mucho menor que el beneficio de reciclar¡±.
?Y os aliment¨¢is s¨®lo de la basura?
S¨®lo compramos b¨¢sicos como sal y aceite; y tambi¨¦n caprichos: cosas como helado de chocolate. Y por supuesto productos de limpieza y de higiene¡Todo lo que podemos lo obtenemos del reciclaje: Muebles, ropa, menaje¡ Mucha gente que nos conoce, nos dona cosas. (Doy fe de ello. En una habitaci¨®n que tienen a modo de almac¨¦n, cuento hasta 3 microondas).
No son unas tiradas con aspecto sucio.Est¨¢n perfectamente insertadas en la sociedad, con trabajos estables
Les pregunto c¨®mo es su dieta, porque Paula, como yo, es vegetariana, pero me dice que eso no supone ning¨²n problema a la hora de alimentarse de los desechos de ciertas empresas. ¡°Nos adaptamos al recicle y vamos comiendo lo que hay. Vamos una vez por semana a El Corte Ingl¨¦s y llevamos el coche para cargar. A las once y media de la noche sacan los contenedores, y a las doce, viene la basura a vaciarlos¡±.
Pido acompa?arlas hoy. Esta misma noche. Acceden. Paloma y Paula no son unas tiradas, ni unas hippies con aspecto sucio. Son dos veintea?eras perfectamente insertadas en la sociedad, con trabajos estables (de hecho, en un centro m¨¦dico), con aspecto saludable, un nivel cultural alto y much¨ªsima coherencia en su discurso. Me cuentan que ¡°En algunos restaurantes nos han llegado a amenazar con multarnos. Normalmente se amparan en la propiedad privada. Alegan que la basura es suya, y adem¨¢s, la legislaci¨®n no les permite donar desechos¡±.
Es en esa noche del martes cuando empec¨¦ a frecuentar contendores. Ten¨ªa la sensaci¨®n de estar preparando un gran boicot capitalista. Incluso me puse nerviosa. Pero el resultado no fue para menos.? Esta corriente todav¨ªa no est¨¢ muy extendida, ni siquiera bien vista, pero??ser¨¢ esta la nueva forma de alimentarse en un futuro?. Por el momento, hasta los seguratas nos miran con desprecio. La semana que viene conoceremos qu¨¦ pasar¨¢.?
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