Libertad para Asli Erdogan
La escritora es un s¨ªmbolo de las v¨ªctimas de la caza de brujas organizada por el presidente turco
La represi¨®n llevada a cabo en Turqu¨ªa despu¨¦s del fallido intento de golpe de Estado del 15 de julio, sospechoso de autogolpe a la turca, ha generado un s¨ªmbolo que no se imaginaba el Gobierno del cada vez m¨¢s aut¨®crata Recep Tayyip Erdogan. Se trata de la escritora Asli Erdogan, cuyo apellido no tiene ninguna relaci¨®n familiar con el presidente, pero el hecho de que sea el mismo a?ade un elemento de simetr¨ªa metaf¨®rica opuesta: se llaman igual, pero est¨¢n en las ant¨ªpodas.
Asli Erdogan, nacida en Estambul en 1967, es una f¨ªsica y escritora, y por este orden consecutivo. Estuvo trabajando unos a?os como experta en la Organizaci¨®n Europea para la Investigaci¨®n Nuclear (CERN), de Ginebra, y en 1994, despu¨¦s de una decisi¨®n personal sorprendente, dio un salto a Brasil y se convirti¨® en escritora. Su excelente novela La ciudad cuyo manto es rojo, ambientada en R¨ªo de Janeiro, puede dar alguna clave al respecto. Luego han seguido diversas publicaciones literarias, hasta un total de ocho t¨ªtulos. Lo que es un continuo en su vida es su esp¨ªritu combativo y su actitud proactiva ante causas que necesitan voz y grito. Es, pues, una escritora de su tiempo, inc¨®moda y necesaria.
En un contexto, Turqu¨ªa, que presenta muchos y muy duros frentes, todos ellos abiertos, Asli Erdogan es feminista, cr¨ªtica con los valores reaccionarios de una democracia con grilletes y denunciadora de los abusos a que es sometida la comunidad minoritaria kurda, cuya realidad sociopol¨ªtica es compleja y, en muchos aspectos, radical y controvertida. El PKK es un partido proscrito, que utiliza el terrorismo contra las fuerzas de seguridad del Estado como arma de combate, lo que les granjea la frialdad internacional, cuando no su condena. Pero esto no significa que haya que darle una carta de impunidad al gobierno nacionalislamista del partido de Tayyip Erdogan. Por eso, la escritora Asli Erdogan lleva a?os como activista a favor de la causa kurda, una causa que recuerda, a la desesperada, la causa armenia de hace cien a?os. Esto se ha manifestado en sus art¨ªculos y en su asesoramiento del peri¨®dico prokurdo ?zg¨¹n G¨¹den.
Turqu¨ªa es hoy un pa¨ªs dividido, al borde de un trauma hist¨®rico
Despu¨¦s del 15 de julio, Tayyip Erdogan ha comenzado una caza de brujas que ha llevado a la c¨¢rcel a jueces, profesores, funcionarios, pol¨ªticos, ciudadanos con opini¨®n (la contraria a la del Gobierno, claro) y a periodistas. El n¨²mero el muy elevado. Se habla de entre 30.000 y 80.000 personas. El pasado 16 de agosto, una de esas personas fue Asli Erdogan. Fue arrestada junto con otros veinticuatro periodistas, a la vez que se cerraba el peri¨®dico donde colaboraba. De los detenidos, veintid¨®s fueron puestos en libertad, dos no. Asli era una de los dos. Se le acusa, sin pruebas, de los cargos ambiguos y generales de ¡°propaganda terrorista¡±, ¡°pertenencia a organizaci¨®n terrorista¡± e ¡°incitaci¨®n al desorden p¨²blico¡±. Muchos est¨¢n convencidos de que se est¨¢ aplicando con ella una pol¨ªtica de venganza por haber promovido, en 2014, una marcha de escritores hasta la frontera con Siria, durante el sitio de Kobane, que dejaba en evidencia el habitual doble juego del Gobierno turco.
Se determin¨® para ella prisi¨®n preventiva, siendo ingresada despu¨¦s en la c¨¢rcel de mujeres de Bakirk?y, donde est¨¢ confinada en asilamiento absoluto. Asli Erdogan, adem¨¢s, est¨¢ enferma. Padece de problemas estomacales, pulmonares, es diab¨¦tica y asm¨¢tica. Desde el primer momento, todos los d¨ªas hay una clamorosa manifestaci¨®n a las puertas de la c¨¢rcel pidiendo su liberaci¨®n. Los intelectuales turcos han pedido su libertad. A iniciativa de los escritores Patrick Deville y Oliver Rolin se ha puesto en marcha un manifiesto firmado por centenares de escritores de todo el mundo exigiendo que sea liberada de inmediato. Con estas firmas se busca centrar el foco en Asli Erdogan para que se respete la pisoteada libertad de prensa, de expresi¨®n, de conciencia y de pensamiento. Sin esta libertad, Turqu¨ªa, amparada en un integrismo islamizante cada vez m¨¢s t¨®xico para sus ciudadanos, se aboca a una quiebra interna de incalculables dimensiones.
Asli Erdogan se ha convertido as¨ª en un s¨ªmbolo: el de todas las v¨ªctimas de una represi¨®n moralmente siniestra y pol¨ªticamente impune que el Gobierno de un pa¨ªs miembro de la OTAN, vecino necesario de la Uni¨®n Europea, est¨¢ llevando a cabo con sus ciudadanos m¨¢s cr¨ªticos. Turqu¨ªa es hoy un pa¨ªs dividido que est¨¢ al borde de un trauma hist¨®rico. Hay que exigir libertad para Turqu¨ªa, empezando por la libertad para Asli Erdogan, escritora.
Adolfo Garc¨ªa Ortega es escritor.
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