Solteras, felices y sin superpoderes
Carmen, Adela, Vanessa, Carmen e Inma tienen puntos comunes: eligieron estar solas, sus casas y sus calles se parecen, saben que si fuesen hombres sus trabajos hubiesen sido otros (o los mismos pero mejor pagados), y sobre todo, ninguna cree ser feminista, y menos a¨²n, tener superpoderes. Sus historias fueron elegidas y contadas por Paula Romero en el documental 'Nunca fuimos superwoman'
Un trabajo mal pagado en una pizzer¨ªa de Jerez de la Frontera fue parte de la financiaci¨®n de Paula Romero (Jerez de la Frontera, 1991) para Nunca fuimos superwoman, un documental que, con el hilo de las vidas de cinco mujeres gaditanas, pinta con detalle la memoria femenina desde mediados de los a?os 50, su paso (lento) hacia la vida p¨²blica, los cambios poco a poco conseguidos en el ¨¢mbito privado e intenta crear una necesidad en las mujeres de la misma generaci¨®n que la directora por tener responsabilidad con su propia historia.
La escuela a la que fue Carmen Nu?ez, c¨®mo educ¨® a Inmaculada Espinosa su familia, la forma en la que ve¨ªan la religi¨®n en casa de Vanessa Mu?oz, la adolescencia y los primeros amores de Carmen Gonz¨¢lez o la vida adulta de Adela Garc¨ªa... etapas estructuradas en bloques que acaban de coger forma con conversaciones sobre feminismo, la defensa de los derechos o la igualdad y la predisposici¨®n personal para el trabajo experimental.
La directora estudi¨® Periodismo en la Universidad de Sevilla, vivi¨® en Colombia, hizo pr¨¢cticas en la facultad por 200 euros al mes, se march¨® a Per¨² con una beca de cooperaci¨®n y, en esas entremedias, empez¨® a rodarlo. Fue en enero de 2016, un mes despu¨¦s de su vuelta definitiva a Espa?a, cuando lo retom¨®. "No se qued¨® solo en un documental, todo parti¨® m¨¢s o menos de unos estudios acad¨¦micos, que tambi¨¦n forman parte del proyecto; adem¨¢s del audiovisual y una exposici¨®n fotogr¨¢fica", explica Paula, que consigui¨® el dinero para la muestra de fotograf¨ªa a trav¨¦s de la plataforma de crowfunding Verkami.?
El t¨¦rmino 'superwoman'
Paula coge carrerilla cuando se le pregunta por el t¨¦rmino superwoman: "Yo hago una mirada cr¨ªtica a la configuraci¨®n de ese estereotipo y lo asocio al sistema neoliberal". La directora del documental explica que la palabra empieza a capitalizarse a mediados de los a?os 80 y la mujer se apropia del t¨¦rmino para, de alguna forma, defenderse dentro del espacio p¨²blico que empezaba a ocupar (y en el que el hombre ya la cuestionaba). "Es en el acceso a ese espacio p¨²blico, sin abandonar el ¨¢mbito dom¨¦stico, cuando se llega a la autodefinici¨®n de superwoman. Ah¨ª comienza el error, en la d¨¦cada de los 90 se populariza, y ya nunca deja de ser un t¨¦rmino autodestructivo".
La conciencia establecida de intentar llegar a algo inalcanzable provoca estr¨¦s, depresi¨®n y frustraci¨®n: las mujeres no tienen un par de manos extras ni sus d¨ªas cuentan con ocho horas m¨¢s, aunque a veces lo parezca. "En esa idea de que tenemos que llegar a todo y de que no podemos fallar en nada, dejamos mucho de nosotras mismas". En las horas que Paula pas¨® con cada una de esas mujeres, pudo confirmar la existencia de ese ideal impuesto y descubri¨® que, a pesar de la lucha de todas ellas por la "supervivencia socioecon¨®mica", ninguna se consideraba feminista ni una mujer con superpoderes. "Al contrario, a todas les chirriaba esa palabra. Y eso tiene que ver mucho con el componente econ¨®mico: para ellas lo normal era llegar a todo, fuera como fuese".
Una de ellas, Carmen Gonz¨¢lez, es la madre de Paula, y Nunca fuimos superwoman una especie de homenaje: "Por ser s¨ªmbolo de esas mujeres que parece que no han hecho nada, pero que han hecho mucho". Los cinco rostros que aparecen en esa cinta rompieron convencionalismos y fueron m¨¢s o menos penalizadas socialmente por ello. "Viudas, separadas o divorciadas. Todas eligieron la soledad en alg¨²n momento, viven libres y felices, y no les importa qui¨¦n piensa qu¨¦". Y eso, en algunos lugares, todav¨ªa es un acto de valent¨ªa.
Lloraron, recordaron, rieron y se vaciaron durante el rodaje del documental. Despu¨¦s, desnudas, posaron para la sesi¨®n fotogr¨¢fica con una m¨¢scara, que cae al final como met¨¢fora de la liberaci¨®n de todos los estereotipos que las encosertaron alguna vez.
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