Este hombre escribe en primera persona... pero nos gusta
Chuck Klosterman es especialista en diseccionar la cultura pop partiendo del tema que mejor conoce, ¨¦l mismo. Acaba de publicar ¡®El sombrero del malo¡¯
Yo no puedo soportar a la gente que escribe en primera persona. ?A m¨ª qu¨¦ me importa cu¨¢l fue la primera ocasi¨®n en la que alguien comi¨® un gofre, escuch¨® a Led Zeppelin o viaj¨® al pueblo de su madre? El yo¨ªsmo me resulta insufrible. Por eso deber¨ªa odiar a Chuck Klosterman (Minnesota, 1972). En la decena de libros que ha publicado desde que en 2001 debutara con Fargo rock city, un volumen en el que narraba su infancia y juventud como heavy en la Dakota del Norte rural, su ¨²nico tema ha sido ¨¦l mismo y su relaci¨®n con el mundo.
Pero donde otros parecen charlatanes dogm¨¢ticos, Klosterman es inteligente e inspira la ternura de los que se reconocen como impostores. ?l mismo atribuye su ¨¦xito ¨Cpas¨® en tiempo r¨¦cord de escribir en peri¨®dicos regionales a ser reclamado por Spin y terminar en el New York Times¨C a que los medios buscaban un Nick Hornby estadounidense: alguien ingenioso, capaz de re¨ªrse de s¨ª mismo y con la habilidad para hacer de la an¨¦cdota personal algo aplicable a cualquiera.
Donde otros parecen charlatanes dogm¨¢ticos, Klosterman es inteligente e inspira la ternura de los que se reconocen como impostores
S¨®lo tres de sus t¨ªtulos han sido traducidos al castellano, el ya mencionado Fargo, el hilarante P¨¦gate un tiro para sobrevivir y, este a?o, el muy ilustrativo El sombrero del malo (Es Pop Ediciones), una serie de ensayos que giran en torno al concepto de la villan¨ªa.
En ¨¦l plantea una cuesti¨®n principal: ?qu¨¦ convierte a alguien en un villano? La intenta responder a trav¨¦s de preguntas parciales como: ?por qu¨¦ percibimos a alguien como malvado? o ?por qu¨¦ deseamos que alguien que amamos fracase? En sus p¨¢ginas se diseccionan las historias de personajes reales e imaginarios como Aleister Crowley, Batman, Kanye West, Walter White, Maquiavelo, Julian Assange, Bill Clinton, Ice Cube, Lars von Trier, O. J. Simpson o Slavoj ?i?ek.
Aunque en realidad, es todo una excusa, para, de nuevo, hablar de s¨ª mismo. ¡°Te asusta la posibilidad de ser una persona vil¡±, le dice su editor cuando debaten sus motivos para escribir el libro. Y no. A nadie deber¨ªa importarle si este cuarent¨®n, blanco y cultureta de clase media es buena o mala persona. Y menos en primera persona. Creo yo.
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