Desmovilizados
La falta de pactos empuja a los ciudadanos hacia la abstenci¨®n
No es una botella medio llena o medio vac¨ªa, sino un estado de cosas inaguantable para la inmensa mayor¨ªa. El rechazo de los ciudadanos a la convocatoria de unas terceras elecciones generales es la consecuencia del hartazgo provocado por la situaci¨®n pol¨ªtica, de la que un 58% hace responsable directamente a los actuales l¨ªderes. Decepci¨®n, enga?o, malestar o indignaci¨®n, esas son las palabras con las que los espa?oles describen espont¨¢neamente su estado de ¨¢nimo, seg¨²n el sondeo de Metroscopia publicado hoy por EL PA?S.
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En estas condiciones, que siete de cada diez personas descarten votar de nuevo debe considerarse la respuesta l¨®gica de unos ciudadanos que se siente convidados de piedra. Lo esperable es una abstenci¨®n cercana al 40%, lo cual marcar¨ªa el r¨¦cord de participaci¨®n m¨¢s desalentador entre las elecciones generales celebradas desde el restablecimiento de la democracia. Cuando la abstenci¨®n se convierte en la primera opci¨®n de los votantes, las fuerzas pol¨ªticas tienen un gran problema.
Todas las alternativas para evitar las terceras elecciones pasan por el PSOE, aunque no todas disponen del mismo grado de apoyo. Pedro S¨¢nchez deber¨ªa tomar nota: cerrar las rendijas al compromiso para impedir el gobierno en minor¨ªa del partido m¨¢s votado es el camino juzgado menos deseable. Un 58% del total est¨¢ a favor de la abstenci¨®n socialista para hacer posible un Gobierno del PP en minor¨ªa, incluidos algo m¨¢s de cuatro de cada diez votantes del PSOE.
La alternativa es un hipot¨¦tico pacto entre socialistas y Podemos, que divide en dos al conjunto de la ciudadan¨ªa (48% a favor, otro tanto en contra) si contara con el apoyo o la abstenci¨®n de Ciudadanos; pero ser¨ªa rechazado por el 56% en caso de incluir a fuerzas nacionalistas. Las cosas est¨¢n bastante claras entre la opini¨®n p¨²blica y carece de sentido ignorarlo con maniobras t¨¢cticas destinadas a ganar un poco m¨¢s de tiempo y hac¨¦rselo perder a todo el pa¨ªs.
El problema de fondo es que el sistema pol¨ªtico ha cambiado tras los resultados del 20 de diciembre y del 26 de junio, pero cada opci¨®n permanece agazapada en sus fortines, refractaria a las negociaciones y concesiones necesarias en un sistema representativo tan fragmentado como han deseado los electores. Los partidos proclaman que quieren ser como los de otros pa¨ªses europeos, pero no aprenden. Solo Ciudadanos ha hecho honrosos intentos de apoyar las investiduras intentadas por Pedro S¨¢nchez y Mariano Rajoy, ambas fracasadas; y por cierto, sin perjuicio para su l¨ªder, Albert Rivera, que sigue siendo el mejor valorado.
Tal vez los promotores de las iniciativas pol¨ªticas se enga?en sobre las causas m¨¢s profundas de la paup¨¦rrima impresi¨®n causada entre los electores. La abstenci¨®n no se debe a la desidia de unos votantes insuficientemente informados sino a la incapacidad de los principales partidos para responder a los deseos de la soberan¨ªa popular. Urge desbloquear el camino para que pueda constituirse un Gobierno de verdad. La estrategia recomendada a los principales actores pol¨ªticos es la cooperaci¨®n y no la competencia maximalista.
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