Mucho m¨¢s que un acuerdo

El acuerdo de alto el fuego alcanzado por EE UU y Rusia para que los rebeldes sirios y el r¨¦gimen de Bachar el Asad frenen ¡ªaunque sea de manera provisional¡ª la carnicer¨ªa que desangra Siria desde hace cinco a?os es una buena noticia desde varios puntos de vista. Si su puesta en marcha, ma?ana, se hace realidad, puede suponer un importante punto de inflexi¨®n en un conflicto y tener repercusiones mucho m¨¢s all¨¢ de las fronteras en las que ha tenido lugar.

En primer lugar, sin duda, est¨¢ el aspecto humanitario. El acuerdo ser¨¢ ya ¨²til si simplemente alivia el martirio de decenas de miles de personas que viven atrapadas por los combates. Un enfrentamiento en el que se han violado todas las convenciones internacionales de la guerra, tanto sobre el trato a la poblaci¨®n civil ¡ªincluyendo los ataques con armas qu¨ªmicas por parte del Gobierno de Damasco¡ª como a los prisioneros.

En segundo t¨¦rmino, los sirios podr¨¢n enfrentarse a un terrible enemigo que est¨¢ sacando el m¨¢ximo provecho de todo el conflicto y niega la misma existencia de Siria como pa¨ªs independiente: el Estado Isl¨¢mico. En un momento en el que est¨¢ cosechando importantes derrotas en Irak, lo ¨²ltimo que le conviene al r¨¦gimen de terror del ISIS es ver c¨®mo los sirios dejan de combatir entre ellos y pueden centrarse, apoyados de forma contundente por la comunidad internacional, en eliminar a las fuerzas islamistas en su territorio.

Otro punto importante es la repercusi¨®n positiva que este acuerdo tendr¨¢ en el incesante flujo de refugiados, responsable en parte de una crisis pol¨ªtica y de seguridad sin precedentes en Europa.

Finalmente, pero tambi¨¦n crucial, el dato de que el entendimiento entre EE?UU y Rusia haya hecho posible el acuerdo. La colaboraci¨®n entre Washington y Mosc¨² resulta determinante en la estabilidad mundial y el deseable ¨¦xito del alto el fuego en Siria es un buen ejemplo de ello.