Viva el papel

Tengo un disgusto que para m¨ª sola. Fui ayer a borrar un selfi tonto que me estaba haciendo al volante en un atasco, se me fue el ¨ªndice un mil¨ªmetro y me fund¨ª de un dedazo las 787 fotos que ten¨ªa en el m¨®vil. Nada, lo m¨ªnimo: mi producci¨®n propia desde Nochevieja, la ¨²ltima vez que se me cay¨® el tel¨¦fono al v¨¢ter enviando un meme y se me evaporaron las anteriores mil y pico pruebas gr¨¢ficas de mi paso por la Tierra. Eso, y no un cacharro electr¨®nico, es lo que llevamos muchos en la palma de la mano: nuestra vida en verso, perd¨®n, p¨ªxeles. Nuestra memoria hist¨®rica y de la otra. Yo, yo, yo y mis circunstancias.

Ya lo dice Joan Fontcuberta, el artista autodenominado homo photographicus: la fotograf¨ªa, y no el ingl¨¦s, es hoy la lengua franca. El esperanto con el que nos presentamos a nosotros y al mundo. E, igual que verbal, algunos padecemos de incontinencia visual severa. Si ayer retrat¨¢bamos lo singular, hoy lo singular es lo que no retratamos. Las fotos son el nuevo aqu¨ª estoy yo planetario. La autoafirmaci¨®n nuestra de cada d¨ªa. La constataci¨®n de que estamos vivos y en la pomada. Y si ayer nos vend¨ªamos a base de labia, hoy nos vendemos a base de filtros. ?De qu¨¦, si no, esas vidas sin arrugas, sin dolor, sin granos, sin tedio, sin ansiedad y sin celulitis de Instagram, Twitter y Facebook? ?De qu¨¦, si no, esas perfect¨ªsimas vidas sin vida?

Total, que aqu¨ª me hallo, con medio siglo a cuestas y sin historia ninguna. Que s¨ª, que la culpa es m¨ªa por no subir mi galer¨ªa a la nube, etc¨¦tera, que dicen los gur¨²es. Pero tambi¨¦n dicen que los soportes digitales caducan y que deber¨ªamos hacer copia de todo en papel como toda la vida de Daguerre. El pen¨²ltimo grito entre los chavales son, de hecho, las m¨¢quinas de imprimir desde Instagram al mundo por un pavo dos estampas. Tanto mega, tanto mega para volver, ay, al papiro. Y a¨²n hay quien dice que el papel ha muerto. Pero esa es otra columna.