Por fin, inversi¨®n
El primer ministro Charles Michel ha puesto sobre la mesa un plan para modernizar el pa¨ªs

Pero ?d¨®nde y cu¨¢ndo empez¨® todo esto? ?C¨®mo se declar¨® esta fiebre que parece afectar a todo el mundo en B¨¦lgica? Es dif¨ªcil decirlo exactamente, pero la inversi¨®n est¨¢ de moda, al menos de palabra. A los sermones presupuestarios, a los conjuros sobre la reducci¨®n de las cargas salariales, ha sucedido en este inicio de septiembre una propuesta para un Pacto de Inversi¨®n. El primer ministro, Charles Michel, ha puesto sobre la mesa este pacto nacional sobre las inversiones estrat¨¦gicas, convencido de que es necesario ¡°reactivar la inversi¨®n para modernizar el pa¨ªs¡±. Este plan tendr¨ªa por objeto la movilidad, la econom¨ªa digital, las energ¨ªas renovables y la seguridad. E incluir¨ªa decenas de miles de millones en ¡°inversiones productivas¡±, la colaboraci¨®n entre los sectores p¨²blico y privado, un horizonte que trascienda los calendarios electorales y un comit¨¦ de expertos para llevar a cabo la selecci¨®n.
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?Lo m¨¢s notable? ?La concordia general! Mientras que las instancias de poder belgas, gestionadas por coaliciones diferentes, no dejan de pelearse y de empujarse al error, y mientras el ministro presidente de la regi¨®n valona socialista ha expresado su entusiasmo y el ministro presidente de la regi¨®n bruselense se dice ¡°completamente dispuesto¡±, por el momento los flamencos se han mostrado m¨¢s prudentes. Se han establecido contactos preliminares entre estos hermanos enemigos. El primer ministro reh¨²sa hacer cualquier comentario para no entorpecer las conversaciones. Su entorno cree en esta iniciativa: ¡°Un primer ministro de 40 a?os puede hacer planes a una d¨¦cada vista. Desde que ¨¦ramos j¨®venes venimos oyendo hablar de planes de saneamiento, de equilibrio presupuestario, etc¨¦tera. Eso no son planes de futuro para los ciudadanos¡±. Ya se ha fijado una reuni¨®n de concertaci¨®n y trabajo entre las instancias de poder para el pr¨®ximo 28 de septiembre.
Pens¨¢ndolo bien, el camino de Damasco de Charles Michel pasa por una sucesi¨®n de acontecimientos ¡°tercermundistas¡±. El esc¨¢ndalo de un proyecto de RER (trenes de cercan¨ªas) hacia Bruselas paralizado desde hace a?os y con infraestructuras abandonadas; t¨²neles en Bruselas cerrados al tr¨¢fico para evitar las placas que caen del techo; una carretera de circunvalaci¨®n capitalina permanentemente congestionada, etc¨¦tera. Esta parece ocasi¨®n para un balance que deja a los belgas boquiabiertos: en los ¨²ltimos 25 a?os, las inversiones p¨²blicas se han reducido en un 50%. Las Administraciones mantienen y reemplazan, punto final.
Entre las voces que se han alzado, dos merecen especial atenci¨®n. La primera es la de Jacques Dreze, un profesor de Econometr¨ªa de 90 a?os. Considerado como el Nobel de Econom¨ªa belga, Dreze ha aprovechado los 50 a?os del CORE, su centro de investigaci¨®n internacional, para dirigirse al primer ministro Michel desde las p¨¢ginas de Le Soir: ¡°B¨¦lgica debe defender en el plano europeo un plan mucho m¨¢s ambicioso que el de Juncker y una revisi¨®n del tratado presupuestario, pues financiar una inversi¨®n productiva mediante pr¨¦stamos no plantea problema alguno, sobre todo cuando los tipos de inter¨¦s est¨¢n en su m¨ªnimo hist¨®rico¡±.
Las estrategias se centran en la movilidad, la econom¨ªa digital, las energ¨ªas renovables y la seguridad
La segunda es la de un tr¨ªo de empresarios que han contribuido a la transformaci¨®n de La Poste belga (Correos) tras su liberalizaci¨®n. A trav¨¦s de Le Soir y De Standaard, dirigen una carta abierta al primer ministro recomend¨¢ndole un enfoque pol¨ªtico por proyectos para un pa¨ªs del que numerosos observadores han dicho que es un Estado fallido. Los tres empresarios recomiendan actuar especialmente sobre la movilidad y la energ¨ªa, de com¨²n acuerdo con las otras instancias de poder, en base a objetivos claros y cuantificados, y en un horizonte que no sea electoral. La carta abierta suscita entusiasmo. Sus autores son recibidos por gabinetes y notables de todos los partidos, mientras que en una infrecuente reacci¨®n com¨²n, los sindicatos apoyan su punto de vista.
Siempre que todas estas buenas voluntades contin¨²en respald¨¢ndose, solo quedar¨¢ un interlocutor por seducir ¡ªEuropa¡ª, para que modifique las l¨ªneas de la contabilidad p¨²blica europea y ampl¨ªe el alcance del Plan Juncker. El primer ministro belga, Charles Michel, se compromete a ir a discutir el asunto en una delegaci¨®n com¨²n con las Regiones.
Y as¨ª es como, contra todo pron¨®stico, un peque?o pa¨ªs, buen alumno europeo, se convierte en el adalid de la revoluci¨®n a trav¨¦s de la inversi¨®n en vez de la austeridad. ?Por fin! ?Contagioso? Solo podemos esperar que as¨ª sea.
B¨¦atrice Delvaux es editorialista jefa del peri¨®dico belga Le Soir.Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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