Contrarrevoluci¨®n
Frente a los populistas antieurope¨ªstas, una generaci¨®n ha descubierto que en lugar de marcharse es mejor quedarse en la UE y convertirla en un ente cerrado
El eje franco-alem¨¢n est¨¢ de capa ca¨ªda, Espa?a (m¨¢s bien Mariano) est¨¢ ausente, los holandeses, otrora europe¨ªstas, est¨¢n de retirada, Renzi clama en el desierto, B¨¦lgica hace tiempo dej¨® de existir y el Reino Unido ha acabado en manos de los b¨¢rbaros que quedaron detr¨¢s del muro de Adriano.
Un inmenso vac¨ªo, la nada, parece haberse adue?ado de esta Uni¨®n Europea inane pol¨ªticamente. Pero en pol¨ªtica no existe el vac¨ªo. El poder es s¨®lido, l¨ªquido y a la vez gaseoso: si no est¨¢ en un sitio, est¨¢ en otro. Y eso es lo que est¨¢ pasando en la UE. Mientras los europe¨ªstas de siempre siguen enzarzados en sus tan t¨ªpicos como escol¨¢sticos debates sobre la Europa a varias velocidades, el federalismo intergubernamental, las virtudes del ¡°m¨¦todo de la Uni¨®n¡± frente al ¡°m¨¦todo Monnet¡± o la necesidad de completar la uni¨®n bancaria, un grupo de l¨ªderes, todos ellos provenientes de Europa central y oriental, ha comenzado a hacerse subrepticiamente con el liderazgo de la UE.
Frente al inoperante eje franco-alem¨¢n, atenazado por el p¨¢nico a los populistas xen¨®fobos en un a?o electoral largo, el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n (adalid ideol¨®gico del concepto de democracia ¡°iliberal¡±), el eslovaco Robert Fico (otro martillo preclaro de refugiados e inmigrantes no cristianos) y la polaca Beata Szydlo (colmo del chovinismo) han logrado, en la cumbre de Bratislava, imprimir un giro soberanista e identitario a la pol¨ªtica de asilo y refugio de la UE.
Ante este empuje, liderado por otro polaco, Donald Tusk, presidente del Consejo, y el silencio c¨®mplice de los dem¨¢s Estados miembros, la Comisi¨®n y el Parlamento europeo se aprestan a desistir de su empe?o de poner en marcha una pol¨ªtica de asilo y refugio europea basada en principios en los que nos podamos reconocer. ¡°Menos cuotas y m¨¢s controles¡± han exigido, y logrado. Frente a los populistas antieurope¨ªstas, esta generaci¨®n ha descubierto que en lugar de marcharse a la brit¨¢nica y quedarse aislado es mejor quedarse en la UE y, aprovechando el vac¨ªo de liderazgo, darle la vuelta como un calcet¨ªn para convertirla en un ente cerrado. Ha comenzado la contrarrevoluci¨®n: esperemos que Marine Le Pen y el FN franc¨¦s no se apunten. @jitorreblanca
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