Sumisi¨®n

Mathias ?nard es premio Goncourt, lo que no es cualquier cosa, sino un apunte biogr¨¢fico de primera divisi¨®n en un pa¨ªs como Francia, cuya cultura admiramos en Espa?a salvo algunos exalumnos de San Estanislao de Kotska, que ten¨ªan el ingl¨¦s como lengua extranjera en el bachillerato de los a?os cincuenta y sesenta del siglo XX (no me acostumbro).

O sea, que ?nard es seguramente un liberal ilustrado, que es algo que tambi¨¦n solemos admirar los espa?oles de la orilla occidental del Ebro.

Y este liberal ilustrado dice que muchas mujeres ¨¢rabes que llevan velo son m¨¢s libres que otras que no lo llevan. ?nard tiene todas las papeletas para ser tambi¨¦n un esnob parisiense, de los que se ponen un pa?uelo de seda al cuello para decir cosas como esas.

Empieza a ser demasiado frecuente o¨ªr juicios de este estilo ya no en los caf¨¦s, porque est¨¢n desapareciendo, pero s¨ª en las tertulias de las radios y en los debates de la Universidad. De modo que decir que las musulmanas que llevan velo est¨¢n haciendo uso de su libertad, aparte de ser una tonter¨ªa que no est¨¢ basada en ninguna investigaci¨®n estad¨ªstica, se ha puesto de moda.

Lo de que es una tonter¨ªa, lo digo yo sin tener ning¨²n apoyo cient¨ªfico, pero s¨ª la intuici¨®n basada en el conocimiento de muchas mujeres, que no muestran ning¨²n entusiasmo cuando se les propone que se pongan la prenda para cualquier actividad diaria. Desconozco si hay alguna perversi¨®n sexual clasificada que se defina por el uso del velo. Incluso las pel¨ªculas de monjas, que serv¨ªan para ejemplo del m¨¢s tosco humor hispano, carecen del punto que les dar¨ªa alg¨²n morbo. Por supuesto, que sigamos permitiendo que lleven toca las monjas que dan clase en muchos colegios nos quita toda raz¨®n moral para prohibir que las ni?as que quieran (o que quieran sus padres) lleven velo al colegio. Pero esa es una bronca para otro d¨ªa.

Mucho me temo que el esnobismo de intelectuales como ?nard nos conduzca a una tremenda confusi¨®n, que sirva m¨¢s para desarmar a mucha gente con el aparato cr¨ªtico mal montado, que a desarrollar una aut¨¦ntica discusi¨®n creativa.

?nard y sus colegas tan esnobs deber¨ªan afinar su argumentario para provocar que la estructura del pensamiento de Occidente rechine, lo que es obligaci¨®n de cualquier intelectual, y m¨¢s si entre sus condecoraciones est¨¢ el premio Goncourt.

Andar jugando con las palabras libertad y velo y confundir su uso no es una banalidad ahora, cuando el terrorismo isl¨¢mico pretende imponer, entre otras cosas, la sumisi¨®n perpetua de la mujer.