Los intentos de Blair de restaurar su imagen p¨²blica
El ex primer ministro brit¨¢nico anuncia el cierre de la sociedad con la que asesoraba a gobiernos y empresas para dedicar m¨¢s tiempo a sus fundaciones caritativas
Algunos sospechan que es uno m¨¢s de los juegos malabares del pol¨ªtico brit¨¢nico m¨¢s desprestigiado, incluso ¡ªo especialmente¡ª entre sus propios correligionarios. De hecho, muy pocos, a juzgar por las reacciones suscitadas, se han cre¨ªdo que haya ning¨²n prop¨®sito de enmienda en el anuncio hecho por Tony Blair de que va a cerrar la empresa de asesor¨ªa con la que se ha enriquecido tras dejar el poder en 2007. Con esta decisi¨®n, el ex primer ministro laborista parece querer salir al rescate de su malbaratado prestigio, pero no lo va a tener f¨¢cil. Su capital en este campo es inversamente proporcional al saldo acumulado durante estos casi diez a?os de actividad privada extraordinariamente lucrativa, pero de alta toxicidad pol¨ªtica pues incluye contratos con reg¨ªmenes autoritarios, fondos de inversi¨®n especulativos, empresas petroleras o entidades financieras como la americana JP Morgan o el grupo asegurador Zurich.
Tras pilotar la renovaci¨®n del viejo laborismo de la mano de Anthony Giddens y su Tercera V¨ªa, Blair gan¨® tres elecciones seguidas por mayor¨ªa absoluta entre 1997 y 2007. Pero su trayectoria posterior se ha convertido en un corrosivo, no solo para su imagen, sino tambi¨¦n para el partido del que fue l¨ªder absoluto. Lo que pudiera tener de bueno su legado como gobernante est¨¢ en entredicho. El Informe Chilcot ha dejado por los suelos su papel en la gestaci¨®n de la guerra de Irak, hasta el extremo de que, ante la opini¨®n p¨²blica mundial, Blair parece hoy m¨¢s culpable que el propio Bush del inmenso error que fue embarcarse ¡ªpara colmo con pruebas falsas¡ª en aquella guerra cuyas secuelas todav¨ªa sufrimos.
Pero este informe ha llovido sobre una imagen p¨²blica ya empapada. Las objeciones no vienen tanto de su actividad como figura p¨²blica internacional ¡ªha llegado a cobrar 320.000 euros por una conferencia¡ª sino por sus trabajos como consultor en asuntos pol¨ªticos y financieros. Particularmente el hecho de que alguien que ha manejado secretos de Estado y posee informaci¨®n sensible de su pa¨ªs, se dedique a asesorar a Gobiernos o fondos soberanos de otros pa¨ªses. Ahora ha anunciado que va a cerrar Tony Blair Associates, la sociedad paraguas que amparaba todas esas actividades, para dedicar el 80% de su tiempo a sus fundaciones caritativas. Eso s¨ª, se reserva ¡°retener un peque?o n¨²mero de clientes particulares¡± para garantizar su sost¨¦n. No ha dicho cu¨¢les. ?No ser¨¢ este un nuevo ejercicio de ilusionismo del m¨¢s osado de los magos?, se preguntan sus adversarios.
El suyo no es, sin embargo, un caso aislado y plantea un interesante debate sobre la conducta ¨¦tica que deben seguir los exmandatarios. En 2005 el excanciller alem¨¢n Gerhard Schr?der fue criticado por vincularse a la petrolera rusa Gazpron, en la que ten¨ªa mayor¨ªa el gobierno de Putin. Ahora, uno de los tres protagonistas de la famosa foto de las Azores, el expresidente de la Comisi¨®n Europea y expresidente de Portugal, Dur?o Barroso, acaba de aceptar la presidencia de Goldman Sachs en Londres. Hay muchos m¨¢s casos, pero de todos ellos, Toni Blair es considerado el m¨¢ster indiscutible.
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