Fantasmas
Es posible que todo sea cuesti¨®n de desinformaci¨®n, de ese modo superficial y pobret¨®n con que se transmiten las novedades en el mundo hipercomunicado
Si hoy es martes, es un buen d¨ªa para sentirse ofendido por lo que piensan o dicen los dem¨¢s. Nos hemos acostumbrado a que el humor sea otro animal dom¨¦stico. Y como no nos gusta que nuestro perro nos ladre o nuestro gato nos ara?e, tampoco queremos que el humor nos incomode. Queremos personas que sean mascotas sumisas en nuestro regazo. El cabreo generalizado porque la revista gr¨¢fica Charlie Hebdo haya dedicado dos vi?etas humor¨ªsticas al ¨²ltimo terremoto que asol¨® el centro de Italia y al ni?o Aylan muerto en las playas del exilio de los refugiados sirios puede deberse a este s¨ªndrome. Aunque tambi¨¦n es posible que todo sea cuesti¨®n de desinformaci¨®n, de ese modo superficial y pobret¨®n con que se transmiten las novedades en el mundo hipercomunicado. No conviene que la sensibilidad emocional apague el esp¨ªritu cr¨ªtico. Esto es algo a lo que recurre en muchas ocasiones quien no quiere que pienses. Pasa en el cine, en el deporte, en la pol¨ªtica y en la guerra. Te voy a emocionar, pero a cambio me tienes que prometer que no vas a pensar.
La primera de las vi?etas presenta a las v¨ªctimas italianas del nuevo terremoto como platos t¨ªpicos de su cocina. En especial ha dolido el de la lasa?a dibujada a partir de los edificios derruidos con sus v¨ªctimas aplastadas. A nadie le agrada un chiste sobre personas que han fallecido sin la menor culpa. Pero la vi?eta no hace mofa de ellas, sino que apunta con tino a la responsabilidad de un pa¨ªs. En repetidas ocasiones, la mala construcci¨®n, la falta de previsi¨®n, el abandono de sus infraestructuras se ha cobrado la vida de muchas personas. Como ha demostrado la trama Mafia Capital, el dinero para los servicios sociales y la protecci¨®n ciudadana se est¨¢ desviando hacia el crimen organizado. As¨ª que el chiste no iba dirigido contra las v¨ªctimas, sino contra los culpables, siempre guarecidos bajo el pa?o del luto nacional, de la conmoci¨®n tr¨¢gica, del accidente inevitable.
El humor tosco de la revista torpedeaba la pena impostada por el ni?o Aylan. Atreverse a se?alarlo como un futuro acosador de mujeres o como un terrorista se?ala directo hacia el duro coraz¨®n de quienes sabotean cualquier atisbo de humanitarismo promovido por la Uni¨®n Europea. Era un golpe directo y brutal a nuestra doble moral repugnante que est¨¢ regando de votos a los Trump, Le Pen, Kaczynski, Zeman, Orban, Farage y dem¨¢s l¨ªderes del nuevo nacionalismo que fabrica fantasmas a la medida de nuestro terror. El miedo provoca la desaparici¨®n de la piedad. Esos chistes golpean donde m¨¢s duele. Como debe ser.
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