Restaurar la unidad
El PSOE tiene que cerrar su crisis y poner fin a los enfrentamientos
La negativa de Pedro S¨¢nchez a aceptar el hecho de que las dimisiones en cadena de 17 miembros de su ejecutiva, sumadas a las tres vacantes anteriores, suponen ¡ªde acuerdo con los estatutos del partido¡ª la disoluci¨®n de la ejecutiva, ha abierto una grave crisis en el PSOE y enconado los ¨¢nimos y las tensiones m¨¢s all¨¢ de lo aceptable.
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La negativa, sumada a la pretensi¨®n de los integrantes que restan en este ¨®rgano de seguir como si nada y adelantar a noviembre la celebraci¨®n de un congreso del partido, contrasta con la evidencia de que el PSOE necesita un verdadero congreso para resolver sus problemas organizativos y aclarar sus ideas. Mientras tanto, la prioridad deben ser los problemas de Espa?a antes que los del partido.
El PSOE precisa recomponer su unidad con el menor coste posible para el pa¨ªs y para s¨ª mismo, y lo que desde luego no contribuye a ello es dividir a sus militantes en bandos, como desafortunadamente hizo Pedro S¨¢nchez en los ¨²ltimos d¨ªas. Como se?al¨® ayer Susana D¨ªaz, la prioridad debe ser restaurar la unidad interna, recuperar la memoria y el legado de los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y reconstruir un proyecto pol¨ªtico aut¨®nomo tanto frente a la derecha como a las injerencias de Podemos.
La crisis desencadenada en el Partido Socialista no es la de una fuerza pol¨ªtica cualquiera. Lo que sucede en el segundo partido de Espa?a afecta a todo el pa¨ªs y a su futuro. M¨¢s pasos en falso y no solo habr¨¢n perdido el favor de muchos electores (6 millones de votos menos respecto a los que tuvo en 2008), sino que ninguna de las partes en disputa ser¨¢ capaz de recomponer un espacio pol¨ªtico futuro. Si la celebraci¨®n de unas terceras elecciones generales puede agravar la crisis de confianza entre la ciudadan¨ªa y el sistema de representaci¨®n pol¨ªtica, no hay duda de que el resultado de esa indeseable convocatoria ser¨ªa dram¨¢tico para un PSOE desgarrado.
Por eso, ya no es solo la presidencia del Gobierno lo que est¨¢ en discusi¨®n. El PSOE est¨¢ obligado por encima de todo a evitar unas terceras elecciones, que ser¨ªan desastrosas para el pa¨ªs y para el partido. La estrategia de S¨¢nchez, y su reduccionista tesis del con Rajoy o contra Rajoy nos conduce inexorablemente a esas terceras elecciones, con lo que, probablemente, el verdadero dilema de los socialistas es: menos PP ahora o m¨¢s PP en diciembre.
No queda otra alternativa para la gobernabilidad de Espa?a que permitir el gobierno del partido m¨¢s votado, que no es otro que el PP, y tratar de reconstruir desde la oposici¨®n un partido socialista capaz de recuperar la confianza de amplios sectores del electorado.
Si el espect¨¢culo de la divisi¨®n de un partido es grave, hacer intervenir en el proceso pol¨ªtico a abogados, guardias jurados y (quiz¨¢) jueces ser¨ªa el remate de los enredos. Persistir en la l¨ªnea de las peleas t¨¦cnico-jur¨ªdicas sobre lo que prev¨¦n los estatutos del partido le lleva al abismo. Los militantes y votantes socialistas, pero tambi¨¦n este pa¨ªs, necesitan un PSOE unido y capaz de ofrecer una alternativa al PP lo m¨¢s pronto posible.
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