Volver a la escuela de la vida
Las democracias han apartado a la ense?anza y al saber como asuntos prioritarios
Los problemas de la democracia contempor¨¢nea se acumulan. El mal funcionamiento de los sindicatos, la profesionalizaci¨®n extrema de los partidos pol¨ªticos, la falta de preparaci¨®n de las ¨¦lites, as¨ª como la influencia cada vez mayor de los poderes financieros y sus mercados incontrolables, que sustituyen a las instituciones democr¨¢ticas, exasperan a los at¨®nitos ciudadanos. La sociedad actual se mueve entre el consumo y el entretenimiento, dejando cada vez m¨¢s al margen la formaci¨®n y el saber. La democracia, el sentimiento que hoy muchos de sus ciudadanos tienen hacia ella, es de falta de protecci¨®n de sus derechos, adem¨¢s de una creciente imposici¨®n de deberes no siempre muy claramente explicados.
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El ejecutivo, el legislativo y el poder judicial no responden a las expectativas electorales. El votante se siente traicionado pues no se cumplen las directrices econ¨®micas y el empleo no llega nunca. Sin embargo la democracia sigue representando valores esenciales: la libertad, la paz, la convivencia, la instrucci¨®n p¨²blica, el bienestar, la tolerancia, la equidad, el trabajo, la salud, la libertad de expresi¨®n, la movilidad, la igualdad entre sexos y un sinf¨ªn de otras cuestiones fundamentales. En La declaraci¨®n de los derechos del hombre se dice que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. La libertad est¨¢ en la cima de los derechos. Pero las desigualdades persisten.
La democracia occidental trajo consigo el Estado de bienestar. Pero en muchos pa¨ªses, durante los ¨²ltimos a?os, debido a la crisis internacional y las corrupciones propias, los derechos sociales se han recortado y se ha disparado la desigualdad. Hemos, por otro lado, empezado a perder al ser humano democr¨¢tico que se ense?aba y transmit¨ªa en la escuela p¨²blica, laica. Como consecuencia, la formaci¨®n que tiene lugar en la escuela es cada vez peor en Espa?a, y la formaci¨®n que se desarrolla fuera de la misma, en la familia y la sociedad, es cada vez m¨¢s deficiente. Lo que se impone es la antiescuela, la antipol¨ªtica, la fascinaci¨®n por las nuevas tecnolog¨ªas y el desprecio a la cultura, a la reflexi¨®n, al saber individual.
El fil¨®sofo italiano Remo Bodei, en Imaginar otras vidas, nos dice que la ignorancia y el error incrementan el poder del azar. Es decir: cuanto m¨¢s se sabe m¨¢s se prev¨¦. El esfuerzo de eliminar las barreras de la ignorancia por medio de la universalizaci¨®n de la ense?anza fue (y sigue siendo) el mayor proyecto pol¨ªtico y social de reducci¨®n del dominio del azar en la vida de los individuos y de las comunidades. Desgraciadamente, este esfuerzo gigantesco por difundir el conocimiento entre todos los ciudadanos parece haber sido abandonado en nuestros d¨ªas. ¡°Los movimientos totalitarios usan y abusan de las libertades democr¨¢ticas para destruirlas¡±, escribi¨® Hannah Arendt en Los or¨ªgenes del totalitarismo. Una de las grandes equivocaciones de los sistemas democr¨¢ticos es haberles hecho creer a sus representados que la democracia era para siempre. Ninguna mejora social, pol¨ªtica o econ¨®mica se conquista para siempre si no se la respeta y defiende.
Los pol¨ªticos populistas, hijos del eclipse democr¨¢tico, no distinguen entre verdad-mentira-realidad-fantas¨ªa
La sociedad actual y la que est¨¢ llegando aceleradamente desde la Red es mucho m¨¢s complicada que la surgida del sistema democr¨¢tico. Los populismos de derechas e izquierdas avanzan. Frente a la pol¨ªtica cl¨¢sica de estas cuatro d¨¦cadas de progreso y libertades, hoy en Espa?a se contrapone la antipol¨ªtica y la contrapol¨ªtica. Los miedos, las incertidumbres, la sensaci¨®n de abandono no ayudan a una s¨®lida salud democr¨¢tica.
Los partidos pol¨ªticos deben reflexionar. Alejados de sus representados, ?para qu¨¦ valen? Sin su regeneraci¨®n inmediata es imposible la democracia. La honradez est¨¢ en entredicho: hay que reivindicarla a trav¨¦s de la verdad. Los pol¨ªticos populistas, hijos del eclipse democr¨¢tico, no distinguen entre verdad-mentira-realidad-fantas¨ªa. Quieren imponer su propia ficci¨®n que consiste en destruir el pasado inmediato para implantar uno anterior.
Conocemos los problemas de la democracia, pero ?estamos a¨²n a tiempo de corregirlos? En El hada democr¨¢tica, el fil¨®sofo italiano Raffaele Simone escribe que las culturas democr¨¢ticas, conformadas en la idea de que la democracia es un hada providencial inagotable e incansable, no logran producir desde hace tiempo una respuesta clara y firme. Una respuesta capaz de tranquilizar a los ciudadanos y de reducir los movimientos de extrema derecha e izquierda. La democracia tendr¨¢ que volver a la escuela y aprender. A la escuela de la vida.
C¨¦sar Antonio Molina, exministro de Cultura, es profesor de la Universidad Carlos III y director de Casa del Lector.
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