Una experiencia gastr¨®nomica de 360 grados en medio de la monta?a
Federica&Co se ha mudado de Madrid a un pueblo de Cantabria. En su comedor todo est¨¢ a la venta: desde la vajilla al mantel o el cazo con el que cocina
A los visitantes de la casa de Federica&Co les da la bienvenida una comitiva de excepci¨®n formada por tres perros, Cash (como el cantante), Dumas (como el escritor) y Priscila, adem¨¢s de un joven burro que se cree can llamado Darwin (s¨ª, como el cient¨ªfico). Federica Barbaranelli (Roma, 1978) ha trasladado su negocio de decoraci¨®n de la c¨¦ntrica calle madrile?a de Hermosilla a Novales, un pueblo c¨¢ntabro de 438 habitantes, situado a 9 kil¨®metros de las Cuevas de Altamira. "Nos hartamos de la capital y pensamos que lo mejor era venirnos a las trincheras", cuenta.
La cocina es la pasi¨®n "absoluta" de la due?a de Federica&Co, como ella misma revela. Por eso, tras enamorarse de la casa de estilo indiano que ahora regenta, decidi¨® convertirla en un negocio gastron¨®mico que ofreciera una experiencia de 360 grados: "Compras el plato, el mantel o el cazo, pero adem¨¢s completas la aventura pudiendo comer o qued¨¢ndote a dormir en el sitio", se?ala.
La historia de Federica&Co en Novales comenz¨® de una manera fortuita y casual. La italiana, que colabora con Canal Cocina, conoci¨® grabando un v¨ªdeo para la web de recetas la iniciativa Limones Solidarios ¡ªun proyecto sin ¨¢nimo de lucro que trata de ayudar a vecinos desempleados del municipio¡ª. Cuando se dirig¨ªa a la localidad c¨¢ntabra para participar en el evento vio el palacete y se qued¨® prendada: "Llevaba 16 a?os cerrado, sumado a todas las complicaciones que tienen las casas en el norte. Empezamos a quitar el gotel¨¦, a poner en las paredes papel pintado, quitamos moquetas, volvimos a levantar un muro que se hab¨ªa ca¨ªdo, etc¨¦tera".
Federica&Co abre de mi¨¦rcoles a domingo y ofrece un men¨² de 44 euros para comer y otro de 48 para cenar ¡ªaperitivo, cuatro platos y vino incluidos¡ª para, m¨¢ximo, 15 comensales. "Los vinos son de peque?as bodegas. Dentro de poco vamos a lanzar una carta con vinos australianos, sudafricanos, libaneses y, por supuesto, espa?oles", resume la cocinera. "Esto no es ni un restaurante ni un hotel", aclara al explicar que tambi¨¦n se puede pasar la noche all¨ª, pero alquilando la casa entera solo para un grupo, sea de dos o de seis personas. Adem¨¢s, imparte cursos de cocina como ya hac¨ªa en la antigua tienda de Madrid; duran cinco horas, se cocinan tres recetas y luego se degustan: "Aqu¨ª disfrutamos m¨¢s que en Madrid porque aquello era solo un local. La cocina que ense?amos es f¨¢cil en cuanto a procedimiento, pero es lenta y hay que ponerle mucho cari?o", afirma.
La italiana, que niega la etiqueta de decoradora ("para eso hay que formarse, yo solo vendo objetos de decoraci¨®n", dice), tiene un peque?o huerto de acelgas, espinacas y calabacines, en el que ahora plantar¨¢ verduras de temporada. Apuesta por los alimentos "kil¨®metro cero", es decir aquellos que puede obtener casi sin moverse de casa, como un vecino que le vende frutos del bosque u otro que le proporciona leche de vaca. Pero, reconoce, es complicado y supone un gran esfuerzo: "En Catalu?a se hace mucho. Por ejemplo, los tomates cor de bou de Palam¨®s [Girona] los compran los restaurantes de estrella Michelin de alrededor y as¨ª el productor no tiene que volverse loco. Y deber¨ªa ser as¨ª, que el cocinero que se lo pueda permitir utilice productos locales".
Barbaranelli se marcha dentro de unas semanas a Bolonia (Italia) para ensayar la elaboraci¨®n de pasta fresca y en enero viajar¨¢ a Par¨ªs para hacer pr¨¢cticas en las cocinas del hotel Ritz. El nuevo negocio de Federica&Co no tiene, de momento, p¨¢gina web; interact¨²a con sus clientes a trav¨¦s de las redes sociales y el correo electr¨®nico. Pero sobre todo funciona a la manera antigua, con el boca a boca: "Es muy bonito que el negocio crezca poquito a poquito porque la gente recomienda tu trabajo", se?ala.
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