Por qu¨¦ debe ganar Renzi
Italia se encuentra ante uno de los momentos m¨¢s decisivos desde la II Guerra Mundial
Aunque ya sab¨ªamos desde antes del verano que el Gobierno de Matteo Renzi deb¨ªa afrontar un decisivo refer¨¦ndum sobre una reforma constitucional que pretende acabar con el bicameralismo paritario en el poder legislativo, parece que las fechas se van concretando: seg¨²n afirm¨® hace unos d¨ªas el primer ministro, este tendr¨¢ lugar el 4 de diciembre. Y hay que decir, lo primero de todo, que no se trata de una consulta cualquiera, ya que no solo est¨¢ en juego el que cambie la arquitectura institucional italiana, sino tambi¨¦n el futuro pol¨ªtico de Renzi, ya que ha prometido que, si triunfa el no, presentar¨¢ inmediatamente su dimisi¨®n y se marchar¨¢ a su casa. Una vez m¨¢s, Renzi en estado puro: o yo, o la nada. Y no le falta raz¨®n.
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El pol¨ªtico toscano, que se acerca a la hist¨®rica cifra del millar de d¨ªas al frente del Gobierno (solo superado por Bettino Craxi en los a?os 1983-1987 y por Silvio Berlusconi en dos mandatos distintos, 2001-2006 y 2008-2011), ha sacudido la muy enquistada pol¨ªtica italiana. Ha logrado una nueva ley electoral (llamada Italicum), ha sacado adelante la candidatura a la presidencia de la Rep¨²blica de su elegido (el jurista y ex viceprimer ministro Sergio Mattarella) y ha convertido en realidad una sustancial reforma del mercado laboral. Adem¨¢s, ha revertido la recesi¨®n para pasar a un crecimiento (ciertamente todav¨ªa muy d¨¦bil) y, lo m¨¢s importante, ha mejorado de manera muy clara la imagen internacional de su pa¨ªs, muy da?ada por las permanentes salidas de tono de Berlusconi. Es decir, ha hecho en poco m¨¢s de dos a?os y medio mucho m¨¢s que numerosos Gobiernos italianos que han pasado sin pena ni gloria.
Ahora le toca enfrentarse a su mayor reto pol¨ªtico: una consulta popular en la que, adem¨¢s, tiene a casi todo el arco parlamentario en contra. Ya sea por la izquierda (Movimiento Cinque Stelle) o por la derecha (la Forza Italia de Berlusconi, la Liga Norte de Salvini o los Fratelli d¡¯Italia de Giorgia Meloni), todos ellos han mostrado su oposici¨®n a la reforma. Sin olvidar al ala izquierda (D¡¯Alema, Bindy, Bersani) de su propia formaci¨®n, el Partido Democr¨¢tico, que siempre se mostrar¨¢n contrarios a todo lo que haga Renzi porque hace tiempo que se tienen declarada una guerra sin cuartel.
La realidad es, sin embargo, que Renzi debe y, adem¨¢s, puede ganar el refer¨¦ndum de este oto?o. Seguramente haya dos razones que pesen m¨¢s que cualquier oposici¨®n pol¨ªtica: la primera, la permanente constataci¨®n de que tener dos c¨¢maras legislativas (y en particular el Senado, donde lograr una mayor¨ªa es extraordinariamente dif¨ªcil) no hace m¨¢s que dificultar y alargar sine die la aprobaci¨®n de leyes; y la segunda, m¨¢s importante a¨²n, el extraordinario temor de los italianos a sufrir un nuevo vac¨ªo de poder, como el que hubo a comienzos del a?o 2013. Porque, si Renzi presenta su dimisi¨®n, ?qui¨¦n le va a sustituir? ?Un Letta que ha abandonado la pol¨ªtica? ?Un Monti que disfruta de su c¨®modo retiro de senador vitalicio? ?Un Berlusconi que acaba de pasar por una operaci¨®n a coraz¨®n abierto y que est¨¢ a punto de cumplir los 80 a?os? Y si pensamos en los l¨ªderes actuales, ?existe alguna alternativa? El ¨²nico nombre que en este momento suena con fuerza es el del pol¨ªtico de Cinque Stelle y vicepresidente de la C¨¢mara de Diputados Luigi di Maio, pero la realidad es que es demasiado joven a¨²n (poco m¨¢s de 30 a?os).
Italia arrastra un grave problema de ingobernabilidad
Cierto es que la reforma presentada por el Gobierno de Renzi no es un prodigio de aciertos. Realizada de manera apresurada, resulta hasta farragosa en muchos de sus p¨¢rrafos, y adem¨¢s se ha realizado en contra de la opini¨®n de la mayor parte de los constitucionalistas italianos. Adem¨¢s, a d¨ªa de hoy, el Ejecutivo italiano, comenzando por el propio Renzi y siguiendo por la ministra de Reformas Constitucionales, Maria Elena Boschi, ha hecho muy pocos esfuerzos por convencer a los italianos de las bondades de la reforma. Y, en ese sentido, no les falta raz¨®n a aquellos que piensan que esta reforma, junto con la puesta en marcha de una nueva ley electoral que da mucha fuerza al partido vencedor en las elecciones generales (con ¡°premio de mayor¨ªa¡± incluido), podr¨ªa debilitar excesivamente al poder legislativo en favor del poder ejecutivo.
La realidad es que el sistema funciona m¨¢s mal que bien, y que Italia arrastra desde comienzos de los noventa un grave problema de ingobernabilidad. ?Ser¨¢ esta la soluci¨®n? Los votantes ser¨¢n los que decidan. Nuestros vecinos transalpinos se encuentran ante uno de los momentos m¨¢s decisivos desde la finalizaci¨®n de la II?Guerra Mundial.
Pablo Mart¨ªn de Santa Olalla Saludes es profesor de la Universidad Europea de Madrid.
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