Las redes sociales, el foro ideal para el linchamiento
Piqu¨¦ es v¨ªctima de una monumental patra?a extendida a toda velocidad en Internet
Las grandes controversias de hoy en d¨ªa se libran en las tertulias de televisi¨®n y en las redes sociales.Cualquier asunto, desde la crisis del PSOE hasta la prohibici¨®n de las corridas de toros, pasando por el ataque a Kardasian en Par¨ªs, puede alcanzar la categor¨ªa de trending topic, aquello sobre lo que todo el mundo opina. Facebook y Twitter permiten una conversaci¨®n global, pero no es imprescindible que el di¨¢logo se asiente en una verdad, basta con vestirla con ropajes convincentes. Este perverso juego lo acaba de experimentar el futbolista del Bar?a y de la selecci¨®n espa?ola Gerard Piqu¨¦, v¨ªctima de las pr¨¢cticas inquisitoriales que habitan en las redes sociales.
Alguien (las brigadas tecnol¨®gicas podr¨ªan seguir la huella digital hasta dar con el autor) ha prendido la mecha de una patra?a trenzada en torno a la camiseta del jugador internacional. Ese ¡°alguien¡± hizo correr el bulo de que Piqu¨¦ hab¨ªa cortado las mangas del uniforme que luci¨® en el Albania-Espa?a del domingo porque iban rematadas con la ense?a rojigualda. Una acusaci¨®n de este calibre pretend¨ªa ahondar en la idea de que Piqu¨¦, adem¨¢s de catal¨¢n y declarado independentista, es un antiespa?ol de tomo y lomo, indigno de enfundarse la camiseta de la selecci¨®n con la que gan¨® un Mundial y una Eurocopa.
Piqu¨¦ tuvo que salir a la palestra para explicar que cort¨® las mangas de la camisola porque le quedaban cortas y le oprim¨ªan el brazo. La Federaci¨®n se sum¨® a la justificaci¨®n y dio fe de que los pu?os no estaban rematados por los colores de la bandera espa?ola. Pero las redes estaban ya ardiendo y el incendio avanzaba incontrolado. El jugador confes¨® su agotamiento ante semejante difamaci¨®n y dijo que en 2018, tras el Mundial de Rusia, abandonar¨¢ la selecci¨®n, harto de esta situaci¨®n tan ¡°cansina¡±.
Muchos famosos como Piqu¨¦ se han sentido acosados por ese ej¨¦rcito de insolventes que pulula por Internet y han dado la espantada. Justin Bieber cerr¨® su cuenta de Instagram, Normani Kordei abandon¨® Twitter por los ¡°horribles comentario racistas¡± que recib¨ªa, Leslie Jones se dio de baja por las feroces cr¨ªticas por su papel en Cazafantasmas, un ¨¦xodo que tambi¨¦n emprendieron Brad Pitt, Angelina Jolie, Sandra Bullock, Daniel Radcliffe y Julia Roberts.
El propio Piqu¨¦, que ahora parece sentirse acosado, ha utilizado con profusi¨®n las redes sociales para airear rifirrafes con colegas. Su famoso ¡°gracias, Kevin Rold¨¢n, contigo empez¨® todo¡±, con el que coron¨® la celebraci¨®n del triplete, aplaudido por los cul¨¦s y vituperado por los hinchas madridistas (como no pod¨ªa ser de otra manera) fue el inicio de una guerra entre aficiones librada en las gradas y en ese terreno de juego plagado de minas que es el de las redes sociales. El ensayista Evgeny Morozov las etiquet¨® como instrumentos para la censura, la propaganda y la vigilancia, una trinidad a la que podr¨ªan a?adirse la difamaci¨®n, la intolerancia y el linchamiento.
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