El Acuerdo de Par¨ªs entra en vigor
Aunque ya se han dado pasos importantes, la arquitectura financiera mundial debe involucrarse m¨¢s en la lucha contra el cambio clim¨¢tico
La entrada en vigor del Acuerdo de Par¨ªs sobre cambio clim¨¢tico ¡ªun acuerdo mundial para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2¡ãC¡ª representa un inmenso logro y un verdadero triunfo del multilateralismo. Esto nos lleva adem¨¢s a concentrarnos en la siguiente fase: ?c¨®mo implementar el acuerdo en todo el mundo? A d¨ªa de hoy, se avanza para alcanzar la movilizaci¨®n anual de 100.000 millones de d¨®lares de financiaci¨®n para 2020 de los pa¨ªses desarrollados a las econom¨ªas en v¨ªas de desarrollo. La puesta en pr¨¢ctica de estrategias de implementaci¨®n tambi¨¦n gana importancia. Por ejemplo, la financiaci¨®n del Fondo Verde para el Clima est¨¢ ayudando a mejorar la resiliencia costeras y urbana en Bangladesh; y en Tanzania, m¨¢s de 100.000 hogares tienen hoy electricidad gracias a Off-Grid Electric, una empresa que produce energ¨ªa limpia con el apoyo del Fondo para un mill¨®n de casas solares (Million Solar Homes Fund).
Pero el coste de la transici¨®n a un futuro bajo en carbono se mide en billones. Algo que claramente sobrepasa el ¨¢mbito de los fondos p¨²blicos, ya que ning¨²n gobierno, sin importar lo rico que sea, puede financiar la acci¨®n clim¨¢tica a trav¨¦s de impuestos o cr¨¦ditos exclusivamente. Se estima que para cumplir los objetivos del Acuerdo de Par¨ªs hace falta invertir unos 90 billones de d¨®lares en infraestructuras, agricultura y sistemas energ¨¦ticos de aqu¨ª a 2030.
Ministros de econom¨ªa y gobernadores de bancos centrales comienzan a tomar medidas para generar inversiones verdes?
Esto no ser¨¢ posible sin capital privado. Es evidente que conectar el sistema financiero mundial con las necesidades de la acci¨®n clim¨¢tica y el desarrollo sostenible es tan importante como las medidas para reducir las emisiones y la eliminaci¨®n de las subvenciones a los combustibles f¨®siles. Adem¨¢s, si tenemos en cuenta los 300 billones de d¨®lares en activos ¡ªque poseen bancos, mercados de valores e inversionistas institucionales¡ª, estamos m¨¢s ante un problema de distribuci¨®n del dinero que de escasez.
De hecho, ya estamos viendo involucrarse a ministros de econom¨ªa y gobernadores de bancos centrales. Los de las naciones del G20 acordaron recientemente un conjunto de medidas para mejorar la capacidad del sistema financiero mundial para generar inversiones verdes. Un sector que promete es el crecimiento del mercado de bonos verdes donde las empresas y los municipios pueden lograr fondos para ¨¢reas prioritarias como las energ¨ªas renovables, las construcciones eficientes y la gesti¨®n del agua. Este a?o, el valor combinado de los fondos verdes ha crecido por encima de los 45.000 millones de d¨®lares, una cantidad cuatro veces superior a la de 2013. Un ejemplo es el banco de desarrollo de M¨¦xico, Nacional Financiera S.N.C. (Nafin), que en noviembre pasado emiti¨® su primer bono verde, valorado en 500 millones de d¨®lares, para financiar energ¨ªa e¨®lica en Oaxaca, Nuevo Le¨®n y Baja California.
Sin embargo, los mercados de valores mundiales a¨²n no incorporan los factores clim¨¢ticos ni en la tarificaci¨®n de activos, ni en la evaluaci¨®n de riesgos. En respuesta, el Consejo de Estabilidad Financiera cre¨® un grupo de trabajo liderado por el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. Solo por medio de una informaci¨®n mejor y m¨¢s coherente, bancos, fondos de pensiones e inversionistas privados podr¨¢n entender el impacto que la transici¨®n hacia una econom¨ªa baja en carbono tendr¨¢ en las inversiones.
Solo una minor¨ªa insignificante de inversores ha incluido estrategias clim¨¢ticas en sus planes a corto y largo plazo
En los ¨²ltimos cinco a?os, se ha doblado el n¨²mero de pol¨ªticas y medidas reguladoras para lograr un sistema financiero sostenible. Esta es una de las conclusiones clave de un nuevo informe publicado por ONU Ambiente. El informe describe c¨®mo ya son 217 las medidas que han tomado ministros de econom¨ªa, gobernadores de bancos centrales y reguladores para promover las finanzas sostenibles en casi 60 pa¨ªses. Son medidas que van desde un impulso a las inversiones en energ¨ªa limpia gracias a los an¨¢lisis de riesgo realizado por aseguradoras, hasta hojas de ruta para hacer sostenible todo un sistema financiero, como la que acaba de hacer China.
Aunque todas estas son se?ales prometedoras, la arquitectura financiera mundial no est¨¢ en condiciones de generar esta necesaria transformaci¨®n. Los planes clim¨¢ticos nacionales (INDC, por sus siglas en ingl¨¦s) presentados por los gobiernos son una gran mejora, pero siguen sin proporcionar el est¨ªmulo necesario para encauzar los capitales hacia la acci¨®n clim¨¢tica global. Aunque es cierto que hay inversionistas que est¨¢n empezando a medir la huella de carbono de sus carteras y aumentando la adquisici¨®n de activos verdes, solo una minor¨ªa insignificante ha introducido estrategias clim¨¢ticas profundas.
El sistema financiero necesita evolucionar para evaluar los riesgos medioambientales, dejar atr¨¢s el cortoplacismo y ganar en transparencia sobre el rendimiento respecto al clima. Para que esto ocurra lo antes posible ser¨¢ necesario que diferentes actores pongan en marcha pol¨ªticas y regulaciones financieras reforzadas a favor del Acuerdo de Par¨ªs. Si lo hacemos bien, el capital privado responder¨¢ y veremos fluir los billones necesarios para la transformaci¨®n en todo el mundo.
Agust¨ªn Cartens es Gobernador del Banco de M¨¦xico y Patricia Espinosa es la Secretaria Ejecutiva de la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (CMNUCC).
El informe ambiental se puede descargar en www.unepinquiry.org
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