¡°La alimentaci¨®n es demasiado importante para dejarla en manos de los grandes mercados¡±
El regidor de la capital valenciana defiende el papel de las ciudades en temas como la seguridad alimentaria o la agricultura, con la producci¨®n y distribuci¨®n de proximidad como receta
"Fundamental". "Clave". "Muy importante". Los mismos calificativos brotan una y otra vez de la boca de Joan Rib¨® (Manresa, Barcelona, 1947). Pero la conversaci¨®n con el alcalde de Valencia por Comprom¨ªs desde 2015 no gira en torno a la planificaci¨®n urban¨ªstica, sino a algo tradicionalmente alejado de las preocupaciones de los ayuntamientos: la agricultura y la alimentaci¨®n.
"Es mentira que en Espa?a no se pase hambre", sentencia Rib¨®. "Pero cuando nosotros llegamos [al Ayuntamiento] todos los temas de alimentaci¨®n estaban dejados pr¨¢cticamente a la caridad". Eso, seg¨²n el regidor, hace que el problema se invisibilice y dificulte su soluci¨®n. "Hay personas a las que les da verg¨¹enza reconocer que necesitan ayuda para comer", lamenta. Este doctor ingeniero agr¨®nomo se revuelve contra el asistencialismo. "No se trata de pedir limosna, sino de un derecho de los ciudadanos", proclama.
En Espa?a la agricultura ecol¨®gica es una aventura personal de cada uno. Y eso no tiene ning¨²n sentido
"Si alguien tiene un problema para comer, por motivos bien conocidos como el paro, el Ayuntamiento o la Generalitat tienen que garantizar ese derecho", sostiene. Porque, en su opini¨®n, las ciudades deben meterse de lleno en estos temas. No solo en acabar con el hambre, para lo que, entre otras cosas, se ha creado el Consejo Alimentario Municipal y se estudian medios como becas para los comedores escolares o tarjetas para la compra. Tambi¨¦n apuesta por promover una alimentaci¨®n equilibrada y sana y afrontar retos globales como una producci¨®n agr¨ªcola sostenible.
"Vemos mucha gente muy mal alimentada: eso trae obesidad, enfermedades cardiorrespiratorias, c¨¢ncer de colon, diabetes...", apunta. Tambi¨¦n se?ala el desperdicio de comida o la paradoja de que ciudades como Valencia, con 10.000 hect¨¢reas de huerta, importen alimentos de lugares a miles de kil¨®metros del Turia. "Y por otra parte, la producci¨®n agroindustrial genera aproximadamente un tercio de los gases de efecto invernadero. No olvidemos que estamos cambiando el clima". Pero para Rib¨®, hay una receta contra todos esos males: la proximidad.
Sede de las reuniones el Pacto de Mil¨¢n
En el mandato de Rib¨®, Valencia se ha unido al llamado Pacto de Mil¨¢n, una plataforma en la que m¨¢s de 100 urbes de todo el planeta que apuestan por situarse en primera l¨ªnea en la batalla por asegurar una comida sana y accesible a todos sus habitantes, reducir los desperdicios y responder al cambio clim¨¢tico. La capital valenciana ser¨¢, adem¨¢s, sede de las reuniones de este foro urbano el a?o que viene. "Se va a conocer a la ciudad por un tema positivo: por nuestra implicaci¨®n, la colaboraci¨®n con otras ciudades...".
El alcalde est¨¢ convencido de que la ciudad tiene mucho que aportar, como la experiencia de la Tira de Contar, pero tambi¨¦n que aprender y recibir de otras localidades. Y en esa necesidad de conocer buenas pr¨¢cticas, Valencia ha firmado un acuerdo con la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), para colaborar en esa lucha por una alimentaci¨®n suficiente y sostenible en las ¨¢reas urbanas. "Trabajar con FAO es fundamental, porque ellos tienen experiencia, t¨¦cnicos estupendos, capacidad de relaci¨®n con todos los pa¨ªses, todas las ciudades... Puede dar mucho de s¨ª".
Y la proximidad, el kil¨®metro cero, la agricultura urbana y periurbana... Todo eso, obviamente, ha de hacerse en el ¨¢mbito metropolitano. "Son din¨¢micas que dif¨ªcilmente pueden introducirse desde los Estados, o incluso desde las comunidades aut¨®nomas". El alcalde de Valencia se refiere a iniciativas como los mercados ecol¨®gicos, las denominaciones de origen que potencien la producci¨®n local?¡ª"hemos creado la Concejal¨ªa de Agricultura, que no exist¨ªa desde hace 25 o 40 a?os... ?pero es fundamental!"¡ª y la venta kil¨®metro cero... Pero tambi¨¦n muchas medidas que, iniciadas en lo urbano, acaben extendi¨¦ndose. "M¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial vive en ciudades, estas cada vez suponen mayor parte del PIB... En todo el mundo, la ciudad gana peso espec¨ªfico frente a otras estructuras".
Por eso la capital valenciana se ha adherido a una iniciativa urbana internacional como el Pacto de Mil¨¢n y ha firmado un acuerdo de colaboraci¨®n con la FAO, la agencia de Naciones Unidas para la alimentaci¨®n y la agricultura. Para ir m¨¢s all¨¢ en una problem¨¢tica muchas veces ausente del debate estatal. Pero la actuaci¨®n municipal tiene l¨ªmites. Un ejemplo: el fomento de la agricultura ecol¨®gica.
"El decreto de compatibilidad con productores ecol¨®gicos... [Rib¨® suspira]. Yo he discutido sobre esto con se?ores importantes de la Administraci¨®n del Estado y he acabado dici¨¦ndoles que lo sent¨ªa mucho pero que sus argumentos ya los hab¨ªa o¨ªdo: estaban en la p¨¢gina de Monsanto". El alcalde carga contra las trabas que hay para la agricultura ecol¨®gica en el marcaje de los productos, en la protecci¨®n frente a la contaminaci¨®n con polen transg¨¦nico... "No se hace nada a favor, sencillamente lo que se apoya es lo contrario de una producci¨®n ecol¨®gica". El pol¨ªtico insiste en que ser¨ªa necesaria mucha investigaci¨®n, y que las administraciones p¨²blicas deber¨ªan apoyarla. "No hay ayuda estatal. Afortunadamente ahora s¨ª auton¨®mica, pero estamos muy retrasados respecto a otros pa¨ªses europeos. En Espa?a la agricultura ecol¨®gica es una aventura personal de cada uno. Y eso no tiene ning¨²n sentido".
Lo mismo ocurre con el etiquetado y la informaci¨®n nutricional de los alimentos, que escapa de la competencia municipal. "Yo lo tengo claro: hay que exigir que no sea como algunos bancos y las preferentes, que iba todo en letra min¨²scula y nadie se enteraba. Hay que poner muy claro el nivel de az¨²cares, de grasas, si lleva transg¨¦nicos o no...", demanda Rib¨®. "Y quien quiera comerlos entonces, que los coma, pero yo no lo har¨¦". El alcalde menciona los zumos envasados, los refrescos, la boller¨ªa industrial... "Que haya un alimento fast food como un refresco azucarado mucho m¨¢s barato que un zumo de naranja natural reci¨¦n exprimido es inducir a no comer bien", argumenta. "Habr¨ªa que poner un impuesto a las cargas excesivas de az¨²car". Y mantiene que, "sin coartar", las instituciones tienen que entrar a ayudar en busca de una alimentaci¨®n racional.
Que un refresco azucarado sea mucho m¨¢s barato que un zumo de naranja natural reci¨¦n exprimido es inducir a no comer bien
Porque para Rib¨® el Ayuntamiento s¨ª puede actuar para evitar que tiendas de verduras dejen paso a locales de comida r¨¢pida. "Es algo que, adem¨¢s, sucede en los barrios m¨¢s pobres, donde luego vemos mayores tasas de personas gruesas". El primer edil de Valencia opina que el trabajo debe empezar por la educaci¨®n y la concienciaci¨®n. "Estamos potenciando dietas ecol¨®gicas en los comedores escolares, tambi¨¦n en los caterings que les dan servicio, en los hospitales..." Ah¨ª s¨ª pueden influir, e incluso se plantean conceder ayudas econ¨®micas. "As¨ª ayudamos a que los agricultores tengan demanda asegurada y se genere un mercado ecol¨®gico".
Pero esa educaci¨®n y ese cambio cultural en busca de una cultura alimentaria adecuada tienen que ir m¨¢s all¨¢, con cambios en los patrones horarios ¡ª"hacia un modelo en el que haya una gran comida familiar, de casa"¡ª, en la educaci¨®n sobre los alimentos ¡ª"hay compa?eros de mi nieta de 4 a?os que piensan que los huevos salen de una caja"¡ª y en frenar el desperdicio de alimentos. "Veo que poco a poco se va quitando la verg¨¹enza a pedir lo que ha sobrado en los restaurantes", celebra. Pero al mismo tiempo pide medidas para frenar el despilfarro de comida en buen estado por ser "fea", o que toneladas de productos vayan a la basura en lugar de a los bancos de alimentos.
Sea por su formaci¨®n, sea por sus ideas, Rib¨® quiere que Valencia coma suficiente, y coma bien. Y cree que el Ayuntamiento es el lugar apropiado para trabajar por ello. "Cuanto m¨¢s arriba se toman las decisiones, mejor funcionan los lobbies. Cuanto m¨¢s abajo, m¨¢s f¨¢cil es contraatacar, por as¨ª decirlo. Y yo siempre digo que la alimentaci¨®n es demasiado importante para dejarla en manos de los grandes mercados". El alcalde ciclista de Valencia se muestra optimista ante esta batalla. "Si todas las grandes ciudades espa?olas vamos desarrollando algo as¨ª, llegar¨¢ un momento en que todo eso ya est¨¦ en la agenda y tenga que aprobarse".
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