?Qu¨¦ le ha pasado a ¡®Schiaparelli¡¯, la nave de Exomars?

Como estaba previsto, hoy, jueves por la ma?ana, los principales responsables del programa ExoMars 2016 han comparecido en una rueda de prensa para explicar las razones del silencio de la nave Schiaparelli. Puede resumirse en dos frases: ¡°No lo sabemos. Pero lo sabremos¡±.

La sonda complet¨® un descenso ¡°nominal¡± ( o sea, ¡°sin problemas¡±) casi hasta el final. Y le dio tiempo de enviar a la nave nodriza bastante informaci¨®n que ahora se est¨¢ analizado. En total, son unos 600 megabytes, en los que se encierran datos sobre la temperatura y presi¨®n sufridas por el escudo t¨¦rmico durante la reentrada, aceleraciones, despliegue del paraca¨ªdas y hasta la confirmaci¨®n de encendido de los retrocohetes. De ah¨ª la confianza de los t¨¦cnicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) en poder deducir qu¨¦ ocurri¨® durante los ¨²ltimos segundos de la maniobra.

Los motores de frenado se encendieron brevemente, durante unos quince segundos, en lugar de los treinta programados

Lo que s¨ª parece seguro es que el escudo t¨¦rmico cumpli¨® su funci¨®n de proteger a la sonda del tremendo calor de la reentrada. Esto solo, en s¨ª, ya es un ¨¦xito. El paraca¨ªdas tambi¨¦n se abri¨® bien. Los datos de telemetr¨ªa s¨®lo empiezan a apartarse de lo previsto hacia el final del frenado, justo cuando ten¨ªa que desprenderse el escudo t¨¦rmico y, al cabo de un minuto y medio, soltar la sonda para que terminase el descenso mediante sus retrocohetes.

Los datos indican que el radar altim¨¦trico se activ¨® y los motores de frenado se encendieron brevemente, durante unos quince segundos, en lugar de los treinta programados. En ese momento, la altura deb¨ªa ser de alrededor de un kil¨®metro y la velocidad, de unos 200 kil¨®metros por hora.

Puestos a especular, parece que la ca¨ªda con paraca¨ªdas se produjo a m¨¢s velocidad de la esperada. El suelo, por decirlo as¨ª, se acerc¨® demasiado r¨¢pido y los retrocohetes no tuvieron tiempo de reducir la velocidad a valores seguros. Si eso es lo que ocurri¨®, el Schiaparelli es ahora un montoncito de chatarra en Meridiani Planum. Pero nadie est¨¢ seguro. De hecho, la ESA contin¨²a sus intentos por o¨ªr se?ales de la sonda, retransmitidas por su propia nave nodriza (que ha entrado en ¨®rbita satisfactoriamente) o por alguno de los otros veh¨ªculos que patrullan alrededor de Marte.

?Por qu¨¦ pudo caer tan r¨¢pido, cuando parec¨ªa que la fase m¨¢s peligrosa ¨Cla reentrada- se hab¨ªa superado y el paraca¨ªdas ya se hab¨ªa abierto? Aqu¨ª, una vez m¨¢s, nos movemos en la pura especulaci¨®n: ?un paraca¨ªdas desgarrado por la tensi¨®n del frenado inicial? O quiz¨¢s un fallo en la separaci¨®n del escudo t¨¦rmico o de la propia sonda. En ese caso, el exceso de peso explicar¨ªa el r¨¢pido descenso. O incluso podr¨ªa deberse a factores meteorol¨®gicos: La atm¨®sfera en Marte es tan tenue que un exceso de calentamiento la hace a¨²n menos densa y reduce la capacidad de frenado del paraca¨ªdas.

En todo caso, pese a la decepci¨®n, Schiaparelli ha cumplido buena parte de su misi¨®n: Proporcionar datos sobre el cr¨ªtico proceso de reentrada que sirvan para preparar el env¨ªo de un laboratorio rodante a Marte en 2020.