Estudiantil

Podemos empez¨® a resultarme antip¨¢tico antes de que se convirtiera en partido pol¨ªtico, cuando Iglesias, Errej¨®n y el hoy defenestrado Monedero, se dedicaban, siendo profesores de la Universidad, a encabezar grupos de alumnos que persegu¨ªan al grito de ¡°fascistas¡± a personas honorables que exhib¨ªan, al parecer con tremendo descaro, un pensamiento con ribetes liberales o una conducta abiertamente enfrentada al patriotismo vasco de la pistola y la serpiente.

Tuve una debilidad muy ef¨ªmera, cuando un comando encabezado por Monedero hizo una intervenci¨®n contundente en una clase dictada por Jos¨¦ Antonio Moral Sant¨ªn. La clase no versaba sobre la manera de saquear una caja de ahorros, sino sobre aspectos menos heroicos de la econom¨ªa. Y me re¨ª, porque el profesor no me merec¨ªa ning¨²n respeto. Hasta que un amigo profesor de la misma Universidad me sac¨® de mi posici¨®n absurda: hab¨ªan interrumpido con modales ¡ªestos s¨ª¡ª fascistas una exposici¨®n razonada que iba dirigida a compa?eros de los que protestaban.

Este tipo de acciones estuvieron a punto de convertir la Universidad espa?ola en un lugar inhabitable. No solo en Madrid, sino en Barcelona, en el Pa¨ªs Vasco, y en muchos otros lugares, gente como Jon Juaristi, Maite Pagaza, Fernando Savater, F¨¦lix de Az¨²a, Rosa D¨ªez y algunos m¨¢s, ninguno de ellos fascista, sufrieron la persecuci¨®n de estas bestias, que en algunos casos lleg¨® a la agresi¨®n f¨ªsica.

Ahora Pablo Iglesias se r¨ªe de la acci¨®n que han protagonizado sus huestes contra Felipe Gonz¨¢lez y Juan Luis Cebri¨¢n, al parecer conocidos fascistas, diciendo que hay que ver que alguien se preocupe por una protesta estudiantil.

Iglesias parece ignorar que la profesi¨®n de estudiante no le exime a quien la tenga de ning¨²n deber c¨ªvico. Las c¨¢rceles en Espa?a han estado llenas de j¨®venes vascos que pegaban tiros en la nuca a quien discrepaba de sus jefes. Y en Sarajevo un joven estudiante empez¨® la Gran Guerra europea descerrajando varios tiros al heredero austroh¨²ngaro Francisco Fernando y su mujer, Sof¨ªa.

En ocasiones da la impresi¨®n de que Pablo Iglesias est¨¢ jugando a algo que le ha salido demasiado bien. Hasta el punto de que puede cambiar de opini¨®n y hacer que las elecciones tengan o no valor seg¨²n ¨¦l se lo d¨¦ o se lo quite. Si Pablo Iglesias se hubiera abstenido cuando se lo pidi¨® Pedro S¨¢nchez, otro gallo nos cantar¨ªa a todos. Pablo Iglesias est¨¢ jugando con la pol¨ªtica. Quiz¨¢ la bronca que tiene con su compa?ero ??igo Errej¨®n sea m¨¢s seria de lo que pensamos algunos.

En poco tiempo sabremos si Iglesias quiere el Parlamento para hacer una protesta estudiantil.

Este texto fue modificado respecto al originalmente publicado.