?Una gesti¨®n econ¨®mica mitificada?
Al calar el mensaje triunfalista del PP, muchos piensan que no es necesario cambiar de rumbo, pero, sin dejar de reconocer los logros, es urgente abrir nuevas v¨ªas de regeneraci¨®n de la Econom¨ªa
Todos parecen coincidir en la necesidad de regenerar la vida pol¨ªtica espa?ola. ?Y la econom¨ªa? No est¨¢ tan claro. Porque ha calado en nuestro pa¨ªs el mensaje triunfalista del PP sobre su gesti¨®n econ¨®mica y muchos piensan que no es necesario cambiar de rumbo, sobre todo cuando una desdibujada socialdemocracia ha sido incapaz de hacernos llegar otras alternativas. Ante esta sociedad desinformada, creo oportuno, desde el rigor profesional, desmontar algunos mitos sobre la excelencia de la pol¨ªtica econ¨®mica del pasado Gobierno, sin ignorar sus logros. Pueden abrirse v¨ªas a la regeneraci¨®n.
El mensaje del PP se resumir¨ªa as¨ª: cuando lleg¨® al poder encontr¨®, como herencia del Gobierno socialista, una econom¨ªa en ca¨ªda libre, al borde de la intervenci¨®n y con graves desequilibrios; posteriormente, la pol¨ªtica econ¨®mica de Rajoy convirti¨® la recesi¨®n en crecimiento y empleo, evit¨® el rescate y redujo los desequilibrios; en la actualidad, aunque queda mucho por hacer, avanzamos en la direcci¨®n correcta y cualquier cambio de orientaci¨®n ser¨ªa una marcha atr¨¢s.
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Los economistas sabemos que la catastr¨®fica situaci¨®n de 2011 proviene del nefasto modelo de crecimiento de la d¨¦cada anterior a la crisis, iniciado por el PP y continuado por el PSOE, basado en el endeudamiento y en la burbuja inmobiliaria que generaron graves desequilibrios. Las crisis internacional de 2008 explosion¨® la burbuja inmobiliaria y arruin¨® crecimiento, empleo y solvencia financiera. La inadecuada gesti¨®n socialista de la crisis agudiz¨® los problemas. El resultado fue la primera recesi¨®n: 5,5 puntos menos de PIB, 2,5 millones de empleos destruidos, aumento del paro hasta el 22% y un d¨¦ficit p¨²blico del 10%.
Durante el mandato de Rajoy cambi¨® la situaci¨®n: se recuperaron econom¨ªa y empleo y se redujeron ciertos desequilibrios. ?Es esto suficiente para valorar positivamente toda la gesti¨®n econ¨®mica popular?. No, si no se responden algunas cuestiones relevantes: ?fue la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno el principal y cuasi-exclusivo art¨ªfice de este cambio? ?dicha pol¨ªtica era b¨¢sicamente acertada? ?de qu¨¦ calidad fueron sus resultados? ?cu¨¢les fueron sus costes? ?no hab¨ªa alternativa?
Primera cuesti¨®n: ?el Gobierno art¨ªfice de la recuperaci¨®n? Agotado el ciclo recesivo, diversos factores ajenos a pol¨ªticas gubernamentales impulsaron la recuperaci¨®n de 2013: incremento de la demanda europea, flexibilizaciones en la reducci¨®n del d¨¦ficit y las fuertes devaluaciones salariales que sufrieron los trabajadores para aumentar la competitividad. Posteriormente, pol¨ªticas del Gobierno, como la reforma laboral y los ajustes presupuestarios, reforzaron las reducciones salariales, impulsaron aumentos de empleo y mejoraron las expectativas, fortaleciendo la demanda interior y la recuperaci¨®n.
Han quedado sin hacerse reformas significativas como la reforma fiscal o la unidad de mercado
Pero la elevada velocidad de crucero de nuestro crecimiento reciente proviene principalmente de los vientos de cola (bajada de precios del petr¨®leo, expansi¨®n monetaria y devaluaci¨®n del euro) y de la expansi¨®n fiscal electoralista de 2015. Adem¨¢s, todav¨ªa no hemos alcanzado el nivel del PIB de 2008 (Alemania lo hizo en 2011 y la eurozona en 2014). Por otro lado, no fue el Gobierno quien evit¨® el rescate de nuestra econom¨ªa sino el contundente apoyo de Draghi al euro en julio de 2012 y la resistencia de los socios europeos a intervenirnos por su coste inasumible. El m¨¦rito de Rajoy, como siempre, esperar.
Segundo tema: ?fue correcta la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno? Fue la dictada por Bruselas, consolidaci¨®n fiscal y reformas estructurales, con todas las incertidumbres respecto al acierto de su enfoque y con notables errores y carencias en la aplicaci¨®n espa?ola. En los primeros a?os, nuestra excesiva contracci¨®n presupuestaria en un per¨ªodo de fuerte ca¨ªda del PIB provoc¨® una segunda recesi¨®n de m¨¢s dos a?os (5 puntos menos de PIB, m¨¢s destrucci¨®n de empleo y aumento del paro hasta el 27%), redujo fuertemente la inversi¨®n y da?¨® gravemente nuestro estado de bienestar con importantes recortes en educaci¨®n, sanidad, desempleo y dependencia. Recientemente, la desviaci¨®n al alza del d¨¦ficit p¨²blico de 2015 obligar¨¢ a reducirlo significativamente en los dos pr¨®ximos a?os, desacelerando nuestro crecimiento. Adem¨¢s, la deuda p¨²blica creci¨® fuertemente en la legislatura alcanzando la desorbitada cifra del 100% del PIB.
De la reforma laboral, cabe aplaudir la flexibilizaci¨®n del mercado y, con reservas, de los salarios, pero criticar el mayor desequilibrio en las relaciones empresario/trabajador, la inadecuada soluci¨®n al problema de la temporalidad y la falta de pol¨ªticas activas de empleo. El rescate bancario sane¨® b¨¢sicamente el sistema financiero pero con enormes costes para los ciudadanos (53.000 millones, en su mayor¨ªa irrecuperables). La reforma de pensiones supuso un avance respecto a las anteriores, aunque no resolvi¨® el problema. Finalmente, quedaron sin hacerse reformas significativas como la educativa, la reforma fiscal o la unidad de mercado.
Tercer problema: ?la calidad de los resultados? Se crea empleo a buen ritmo pero de una extrema precariedad: salarios muy bajos, tasas elevadas de temporalidad y creciente trabajo a tiempo parcial involuntario. Disminuye el paro, pero el 35% de su reducci¨®n son personas que abandonan el mercado laboral; adem¨¢s, los parados actuales son todav¨ªa muchos (el 19%), tienen baj¨ªsima cobertura y est¨¢n integrados en importante proporci¨®n por colectivos dif¨ªciles de colocar: mayores de 45 a?os, personas sin estudios y parados de larga duraci¨®n.
El mito no se sostiene: el balance es dudoso y no est¨¢ claro que avancemos en la direcci¨®n correcta
Finalmente, ?los costes? Un aumento de la desigualdad sin precedentes, el m¨¢s alto de la eurozona, consecuencia del desempleo derivado de la crisis pero intensificado por las pol¨ªticas aplicadas. Las rentas de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n han ca¨ªdo, a veces hasta niveles de pobreza, por el paro derivado de la elevada contracci¨®n fiscal, por la reducci¨®n salarial y por los recortes del gasto p¨²blico. Simult¨¢neamente, han mejorado rentas del capital, sueldos de ejecutivos y n¨²mero de millonarios porque el elevado crecimiento con bajos salarios ha impulsado m¨¢rgenes empresariales y cotizaciones burs¨¢tiles. Este proceso ha degradado la cohesi¨®n social e impulsado los populismos.
En definitiva, el mito de la excelente gesti¨®n econ¨®mica del PP no se sostiene: pese a sus logros, el balance conjunto es dudoso y no est¨¢ claro que avancemos en la direcci¨®n correcta. Hay mucho que cambiar y existen alternativas viables, que tampoco son las de la izquierda radical como se nos ha intentado persuadir. El futuro Gobierno, en el nuevo escenario de consensos pluripartidistas sobre todo con la socialdemocracia, ha de abrirse hacia otra econom¨ªa: la del crecimiento inclusivo, la que compite en productividad y no en salarios, la que reforma profundamente la fiscalidad y no recorta el bienestar.
Agust¨ªn del Valle es profesor de Econom¨ªa en EOI Escuela de Negocios y exdirector del Servicio de Estudios del Banco Central-Hispano.
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