As¨ª se come en Halloween alrededor del mundo

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A lo largo de los ¨²ltimos doce siglos, la celebraci¨®n del D¨ªa de los Muertos (directamente relacionada con Halloween) se ha venido adaptando a cada tiempo. Ni todos los sitios celebran la muerte de la misma forma ni todas las historias tienen un origen 100% demostrable. Pero si hay un denominador com¨²n en la celebraci¨®n del D¨ªa de Difuntos, esa es la comida.

En Galicia ya hab¨ªan inventado Halloween

No existe un Halloween sin un cu?ado sabiondo que no pare de decir que la festividad es una herej¨ªa que se han inventado los yanquis a partir de una celta. Claro que cuando luego preguntas en qu¨¦ consist¨ªa esa supuesta festividad celta, el silencio es sepulcral. Los celtas rend¨ªan culto a la muerte y en Galicia a¨²n hay reminiscencias de esa herencia cultural.

En el pueblo coru?¨¦s de Cedeira, por ejemplo, a¨²n se celebra cada a?o el Sama¨ªn, o Samha¨ªn para los m¨¢s puristas, una fiesta pagana de origen celta que anuncia el final del calor y que apunta ser uno de los ancestros de Halloween. Exist¨ªa hace m¨¢s de mil a?os la creencia de que las almas de los difuntos andaban de visita por las casas al caer el 31 de octubre, lo que hac¨ªa que los lugare?os preparasen comida para los presentes, sean de carne y hueso o no.

Parece ser que entre el fr¨ªo de una l¨¢pida y el calor de una chimenea, donde se asan las casta?as, los seres del m¨¢s all¨¢ lo tienen muy claro. Tambi¨¦n era costumbre la elaboraci¨®n de ¡°melones¡±, que son calabazas alargadas con forma de calavera, ?no os suena de algo? En su origen, los pueblos celtas empleaban cr¨¢neos humanos de enemigos masacrados y que iluminaban con fuego en su interior. Viv¨ªan y viven con la creencia de que, en estas fechas, es importante no salir del pueblo. Y hasta aqu¨ª podemos leer

?Por qu¨¦ 'truco o trato' con dulces?

El grito de guerra en Halloween es posiblemente esta machacada frase, empleada por los ni?os para pedir dulces o sufrir las consecuencias de una travesura. El trick or treat arrastra tras de s¨ª mil y una versiones sobre su origen, entre las que no pueden faltar las relacionadas con conspiraciones pol¨ªticas o religiosas. Estar¨ªa relacionado con la comida en el pueblo celta, donde se dejaban alimentos a la intemperie en la noche de Difuntos para que las almas en pena se saciaran.

Posteriormente, habr¨ªa otra referencia en el siglo XV, con las peregrinaciones de hambrientos que aprovechaban el D¨ªa de todos los Santos para pedir comida de puerta en puerta, a cambio de unos rezos por el alma del piadoso. Hay quienes dan la autor¨ªa a los campesinos portugueses de la Edad Media, pero no hay nada concreto. La realidad es que han sido los estadounidenses quienes han versionado parte de la historia, transformando el pan en dulces y las oraciones en travesuras de ni?os. De un modo u otro, la comida siempre ha sido protagonista.

En Ja¨¦n se defienden con gachas

Sin duda una de las tradiciones m¨¢s pintorescas, en esta t¨¦trica noche de difuntos, la podemos encontrar en el sur de Espa?a, m¨¢s concretamente en pueblos como Jimena, en Ja¨¦n. Tras la obligada visita al cementerio, las familias se re¨²nen al caer la noche y cocinar las famosas gachas, con harina, leche, picatostes y miel. Antiguamente, las campanas de la iglesia repicaban durante toda la noche el toque de muertos, y los lugare?os pegaban las gachas en las puertas y las cerraduras para evitar que los esp¨ªritus que puedan vagar esa noche, entrasen en las casas.

Para evitar que se colasen por las chimeneas, se colocaban las tenazas de mover los troncos en forma de cruz. Se ten¨ªa la superstici¨®n de que la muerte, guiaba a las ¨¢nimas en su ronda espectral por las calles del pueblo, en la noche de Difuntos. Actualmente, esa tradici¨®n contin¨²a en muchos municipios de la zona, que amanecen con las puertas embadurnadas de ese sortilegio en forma de gachas. A diferencia de las famosas gachas manchegas, que son saladas y se comen con tocino, las gachas de Jimena son dulces y hay quien las recomienda para desayunar (como los brit¨¢nicos). Este curioso ritual ¡°protector¡± se extiende por toda la zona de Sierra M¨¢gina, incluso llegando a zonas del sur de Extremadura.

Las casta?as y la Santa Compa?a

La casta?a es uno de los alimentos que m¨¢s presente est¨¢ en estos d¨ªas. Entramos en la ¨¦poca de la casta?a, y es por eso que es protagonista en muchas de las historias que rondan a la noche de Difuntos. Con la llegada del d¨ªa de todos los santos, las largas jornadas de vigilia ped¨ªan un aporte energ¨¦tico extra y ¨¦ste se encontaba en las casta?as. Casta?adas, en algunos lugares llamados ¡°magostos¡±, se hacen en toda Espa?a, desde Catalu?a a Galicia y a Extremadura. Adem¨¢s, se dice que cada casta?a que se come en la noche de los muertos se libera un alma del purgatorio.

En la actualidad, la tradici¨®n est¨¢ en comerlas asadas en el campo, pero cuidando de no encontrarse con la Santa Compa?a, esa cofrad¨ªa de ¨¢nimas que trae el mensaje de la muerte de alguien. Se dice que cuando uno ve la Santa Compa?a, debe salir corriendo, tirarse al suelo boca abajo o ponerse a rezar inmediatamente. Si sal¨ªs al campo a la casta?ada, y os sorprende la noche, sabr¨¦is si la Santa Compa?a est¨¢ cerca cuando not¨¦is un aire fr¨ªo fuera de lo normal, se oigan rezos en susurros y el olor del aire sea como a cera quemada. Ser¨¢ que la muerte est¨¢ cerca. Dicen que hacerse una cruz con las cenizas de las cascaras de las casta?as quemadas sirve de amuleto. Por si acaso, corred.

Pepinos y berenjenas en el O-bon japon¨¦s

Se dice que los japoneses, aparte de te?ir de colores todo lo que tocan, tienen celebraciones para todo. En la conmemoraci¨®n a los difuntos, no pueden faltar los alimentos. Rumiko Furukawa, japonesa afincada en Madrid, nos atiende desde Dolores Promesas y nos cuenta c¨®mo en su familia siempre se ha celebrado el D¨ªa de Difuntos. Al parecer, se toman un pepino y una berenjena y se les ponen palillos a modo de patas, con objeto de que simulen ser un caballo y una vaca, y se colocan en la entrada de la casa con incienso durante toda la noche. El motivo, ya no s¨®lo para ahuyentar los malos esp¨ªritus, sino para atraer a los familiares fallecidos desde el m¨¢s all¨¢, cuyo esp¨ªritu viene a caballo y marcha de vuelta sobre una vaca.

Este d¨ªa, a diferencia del nuestro de todos los santos, se celebra en verano y en un ambiente completamente festivo, pues la muerte all¨ª no significa tristeza sino transici¨®n. Y no, ni el pepino ni la berenjena se comen despu¨¦s. Por regla general, se suelen cocinar alimentos que recuerden a los familiares que ya no est¨¢n, ya que consideran que el D¨ªa de Difuntos es una de las ocasiones especiales que tienen a lo largo del a?o.

En China,?el d¨ªa de los muertos se celebra en Abril, dando la bienvenida a la primavera y la fertilidad de los campos; se celebra la luz y la claridad. Es tradici¨®n ofrecer a los difuntos aquello que m¨¢s les gust¨® en vida, por lo que las ofrendas suelen estar fundamentadas en golosinas y dulces.

En la celebraci¨®n del Qinming cada a?o se ven m¨¢s chocolates y gominolas que frutas, arroz o pasta. Adem¨¢s, tambi¨¦n es tradicional llevar dinero a las tumbas, para que a los seres queridos que han pasado la frontera, no les falte de nada. Se trata de una fiesta muy vistosa, pr¨¢cticamente la ant¨ªtesis de lo que conocemos en Europa como D¨ªa de Difuntos.

M¨¦xico es otra liga

La presencia de la comida en el D¨ªa de Difuntos tiene su m¨¢ximo exponente en Mexico, donde el culto a la muerte va m¨¢s all¨¢ de un simple ritual. En el D¨ªa de Difuntos, es importante venerar a los que se han ido con un altar plagado de fotos, en el que no pueden faltar las flores, las velas, las calaveras y las viandas.

La celebraci¨®n engloba varios d¨ªas. En el primer d¨ªa, las protagonistas son las almas de los ni?os, de ah¨ª que en los altares de cada casa no falten las gominolas, los chicles y los caramelos. En el siguiente d¨ªa, las ofrendas a los difuntos no pueden pasar por alto el pan, el mole y otros platos t¨ªpicos como las empanadas de calabaza, los tamales de cerdo o los dulces. Dos elementos son imprescindibles: un cuenco de sal para purificar por un lado y el pan de muerto por otro, cubierto con una costrita de azucar blanca o roja, algunos de ellos con forma de cr¨¢neo o de esqueleto.

En algunas ocasiones, la celebraci¨®n llega a tal extremo, que en peque?as aldeas como Pomuch, perteneciente al estado mexicano de Campeche, a¨²n celebran rituales mayas de veneraci¨®n a la muerte, exhumando los cuerpos de los familiares y limpiando sus huesos. Incre¨ªble, pero cierto.