Naci¨®n de naciones
Pedro S¨¢nchez no contradice la Constituci¨®n cuando dice que Espa?a es una "naci¨®n de naciones"
Pedro S¨¢nchez ha dicho ¨C aparte otras declaraciones m¨¢s o menos afortunadas- que Espa?a es ¡°naci¨®n de naciones¡±, e inmediatamente los bien pensantes le acusan de contradecir la Constituci¨®n. No es as¨ª: la Constituci¨®n, suprema ley del Estado, ha de ser estimada en cuanto a su contenido normativo, a su mandato, no a su calidad narrativa o incluso conceptual, la cual puede en ocasiones flojear c¨®mo, con todos mis respetos, flojea en parte el art¨ªculo 2 de nuestra Carta Magna.
Otros art¨ªculos del autor
Incomodo al lector repiti¨¦ndole el texto que, de seguro, tiene memorizado: ¡°La Constituci¨®n se fundamenta en la indisoluble unidad de la Naci¨®n espa?ola, patria com¨²n e indivisible de todos los espa?oles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonom¨ªa de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas¡±.
C¨®mo se ve, el precepto distingue entre ¡°nacionalidades¡± y ¡°regiones¡±, para su com¨²n tratamiento c¨®mo ¡°comunidades aut¨®nomas¡± (art¨ªculos 143 a 158), en un ¡°caf¨¦ para todos¡± tan s¨®lo alterado por la Disposici¨®n Adicional Primera referida a los ¡°derechos hist¨®ricos de los territorios forales¡±, la Transitoria Cuarta espec¨ªfica para Navarra y la m¨¢s amplia Segunda ¨C de contenido ya caduco- sobre constituci¨®n de las autonom¨ªas con Estatutos ¡°plebiscitados en el pasado¡± ¨Ces decir, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia-. Precisamente las tres hoy Comunidades Aut¨®nomas a las que el art¨ªculo 2 llama ¨C con grave error sem¨¢ntico- ¡°nacionalidades¡±.
Porque en buena gram¨¢tica, la palabra ¡°nacionalidad¡±, y su plural ¡°nacionalidades¡± tienen un significado muy distinto. Bien claro est¨¢ en el Diccionario de la RAE: ¡°condici¨®n y car¨¢cter peculiar de los pueblos y habitantes de una naci¨®n¡±, y m¨¢s jur¨ªdicamente, ¡°v¨ªnculo jur¨ªdico de una persona con un Estado (¡)¡± (Claro que las ediciones de RAE posteriores a la Constituci¨®n, cur¨¢ndose en salud, dan para Espa?a la tercera acepci¨®n de ¡°Comunidad aut¨®noma a la que, en su Estatuto, se le reconoce una especial identidad hist¨®rica y cultural¡±. Pero eso es coger el r¨¢bano por las hojas, es convertir el predicado en sujeto). La nacionalidad es un atributo de las personas, para nada es el conjunto de ellas o el territorio en que esa poblaci¨®n se asienta. S¨ª lo es la regi¨®n, y de aqu¨ª la discordancia redaccional, cuando se las presenta como los dos tipos de entidades que pasar¨¢n a ser Comunidades Aut¨®nomas (a m¨¢s de las ciudades Ceuta y Melilla).
La nacionalidad es un atributo de las personas, para nada es el conjunto de ellas o el territorio en que esa poblaci¨®n se asienta
Salvemos la congruencia: o ¡°nacionalidades y regionalidades¡± (?qu¨¦ dif¨ªcil de decir!), o ¡°naciones y regiones¡±.
Todos sabemos por qu¨¦ no se lleg¨® a esta f¨®rmula al redactarse la Constituci¨®n, el temor ¨Cdesde el Congreso del PSOE en Suresnes- a utilizar una palabra ?de signo independentista? (?error!), y al tiempo reconocer la singularidad ¨C lengua, historia, costumbres- de ciertos territorios. Y si para ello hab¨ªa que sacrificar calidad en el l¨¦xico, qu¨¦ se le iba a hacer.
Curiosamente, fueron los Diputados pertenecientes a la entonces Alianza Popular (Jarabo Pay¨¢, Licinio de la Fuente, G¨®mez de las Roces, Fern¨¢ndez de la Mora), qui¨¦nes en la Comisi¨®n de Asuntos Constitucionales (sesi¨®n de 12 de Mayo de 1978) impugnaron el uso de la palabra ¡°nacionalidades¡± por su sinonimia con la de ¡°naciones¡± para, por supuesto oponerse a ambas. Sinonimia que, desde campos pol¨ªticos distintos, corroboraron los Ponentes constitucionales Cisneros Laborda, Sol¨¦ Tura, Roca Junyent y Peces Barba, qui¨¦nes sin embargo optaron ¨Cseg¨²n Cisneros, por razones de prudencia- por el vocablo inadecuado que ha prevalecido.
Que prevalecer¨¢ o no en el futuro, pero cuya sustituci¨®n por el otro t¨¦rmino y consecuente consideraci¨®n de Espa?a como ¡°naci¨®n de naciones¡± ¨Clo son muchas en el mundo- no habr¨ªa que desechar en una futura reforma constitucional de signo federal, garante de unidad y diversidad y, por eso mismo, valladar frente a aventuras secesionistas. Si el PSOE, acertado al repudiar una ¡°autodeterminaci¨®n¡± de que habl¨® en Suresnes, rectifica hoy el otro palabro de 1.974 y 1978, agregar¨¢ a los ya prestados otro gran servicio a Espa?a.
Carlos M? Br¨² Pur¨®n es notario jubilado, ex Diputado a Cortes y al Parlamento Europeo.
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