Gobierno continuista

Mariano Rajoy no ha dejado de ser Mariano Rajoy. Las esperanzas sobre un cambio profundo en la estructura o en la personas del nuevo Gobierno han quedado en nada. Tras diez meses en funciones y cinco d¨ªas de reflexi¨®n, el presidente ¡ªque ni siquiera compareci¨® personalmente para presentarlo¡ª ha formado un Ejecutivo de continuidad, con algunas caras nuevas pero con los mismos responsables en los grandes asuntos pol¨ªticos y econ¨®micos, y similares repartos de cuotas entre los distintos grupos del PP. Un Gobierno que permite dudar del esp¨ªritu reformista del presidente, que ha decepcionado las expectativas con un equipo inadecuado para afrontar los grandes retos que tiene Espa?a.

En su discurso de investidura del pasado s¨¢bado, Rajoy ya hab¨ªa anticipado que no estaba dispuesto a desandar el camino emprendido en 2011, ni a desautorizar las grandes reformas que, seg¨²n ¨¦l, han conseguido sacar a Espa?a de la crisis. Y si no se quiere rectificar, para qu¨¦ cambiar a los pesos pesados de su Gobierno.

El presidente no ten¨ªa m¨¢s remedio que rellenar tres huecos vacantes durante la interinidad del Ejecutivo: Sanidad, Fomento e Industria, que hab¨ªan sido adscritos a otros ministerios. Tampoco pod¨ªa evitar Rajoy la salida de los ministros m¨¢s mayores y, adem¨¢s, los m¨¢s contestados por el Parlamento: Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz (Interior), Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo (Exteriores) y Pedro Moren¨¦s (Defensa).

Pero faltaba conocer si iba a aprovechar esos seis cambios para crear nuevas carteras o desdoblarlas en varias; y, sobre todo, si el presidente iba a a introducir independientes en el nuevo Gobierno, o por lo menos, nuevas caras con un perfil poderoso y diferente a los elegidos en los ¨²ltimos a?os: amigos o fieles colaboradores suyos o de sus lugartenientes en G¨¦nova, Moncloa o el llamado G-8, en un entramado de cuotas con las que cada grupo se sent¨ªa satisfecho.

Los asuntos pol¨ªticos del Gobierno seguir¨¢n bajo el control de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa que, aunque pierde la portavoc¨ªa, gana la cartera de Administraciones Territoriales. El nombramiento en Defensa de su principal competidora en el partido, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, es una nueva demostraci¨®n de que a Rajoy le gusta repartir el poder para debilitar a sus elegidos y asegurarse de que nada cambie.

Lo mismo sucede en el ¨¢rea econ¨®mica, en la que Luis de Guindos se anexiona la cartera de Industria (no toda, porque ?lvaro Nadal se queda con parte), pero no consigue una Vicepresidencia Econ¨®mica, ni la salida de Crist¨®bal Montoro, que sigue a cargo de Hacienda. Permanecen tambi¨¦n en sus cargos ??igo M¨¦ndez de Vigo (Educaci¨®n, Cultura y Deportes, adem¨¢s de portavoz del Gobierno), F¨¢tima B¨¢?ez (Empleo) e Isabel Garc¨ªa Tejerina (Agricultura). Las cinco nuevas caras son un ligero movimiento hacia posiciones m¨¢s amables y moderadas, pero tienen un perfil pol¨ªtico demasiado d¨¦bil como para augurar cambios significativos.

Rajoy ha enviado un mensaje claro de continuidad al resto de los partidos ¡ªincluso a los que le han apoyado en el Parlamento¡ª y a la sociedad. Las grandes reformas que requiere Espa?a tendr¨¢n que seguir esperando.