De Arthur Clarke a Ben Feringa

En materia de futurismo, es dif¨ªcil encontrar mejor maestro que Arthur Clarke. El escritor brit¨¢nico, muerto en 2008, propuso en 1945 los sistemas de comunicaciones por sat¨¦lite, y en los a?os sesenta predijo una ¡°librer¨ªa global¡± que se puede considerar una profec¨ªa de Internet; tambi¨¦n previ¨® las emisiones planetarias de televisi¨®n, el tel¨¦fono m¨®vil, la localizaci¨®n por GPS y la utilidad tecnol¨®gica de la ¨®rbita geoestacionaria.

Vista su extraordinaria sagacidad, no deber¨ªamos tirar al papel reciclado una de sus predicciones menos conocidas. En las secuelas de su gran novela Cita con Rama, escritas con Gentry Lee, conocemos una especie alien¨ªgena con una medicina mucho m¨¢s avanzada que la nuestra, basada en inyectar en la sangre del paciente una serie de min¨²sculos organismos que localizaban los tejidos da?ados, destru¨ªan las c¨¦lulas err¨®neas y correg¨ªan las causas ¨²ltimas de las enfermedades.

Esta predicci¨®n perdida de Clarke, la que nunca cita nadie, est¨¢ ya en tr¨¢mites de moverse a la estanter¨ªa de no ficci¨®n. Como puedes leer en Materia, el flamante premio Nobel de qu¨ªmica Ben Feringa cree que, tal vez en 50 a?os, te podr¨¢n inyectar un cirujano en la sangre. No est¨¢ pensando en un organismo vivo, como Clarke, sino en un nanorrobot, pero la diferencia conceptual entre esas dos cosas es leve y sutil como la brisa de la ma?ana.

Las contribuciones de Feringa a la ciencia no son menos apabullantes que las de Clarke a la ciencia ficci¨®n: el primer motor molecular, una h¨¦lice que se activa por luz, un nanocoche con su nanomotor y sus cuatro nanorruedas y otros dispositivos asombrosos que, seg¨²n el siempre conservador criterio de la Academia sueca, han abierto ya un nuevo continente a la tecnolog¨ªa. Su predicci¨®n de un nanorrobot cirujano es sin duda un tiro muy largo, pero Feringa espera que ciertos usos m¨¦dicos de la nanotecnolog¨ªa puedan llegar antes. Por ejemplo, antibi¨®ticos que se activen en los tejidos infectados del paciente pero se inactiven tras eliminarse por la orina, reduciendo mucho la generaci¨®n de bacterias resistentes. Por poner otro ejemplo, f¨¢rmacos antitumorales que se dirijan solo a las c¨¦lulas cancerosas y por tanto dejen en paz a las sanas, eliminando los numerosos efectos secundarios de la quimioterapia.

?Parece un cuento de hadas? Sin duda, pero recuerde el lector la llamada Tercera Ley de Clarke: ¡°Cualquier tecnolog¨ªa lo bastante avanzada es indistinguible de la magia¡±. La imaginaci¨®n al poder.