Melville
Cada vez siento una admiraci¨®n mayor por el que considero uno de los m¨¢s importantes creadores americanos
Este pa¨ªs tiene mucho m¨¢s fondo del que uno se puede imaginar despu¨¦s de haber vivido aqu¨ª casi 70 a?os, que es mi caso. Yo creo, por ejemplo, que tanto Hillary Clinton como Donald Trump experimentar¨ªan una fuerte impresi¨®n si supieran lo bien informados que est¨¢n casi todos los periodistas que participan en tertulias sobre la forma de ser del americano medio.
Clinton habr¨ªa podido ganar si se hubiera enterado m¨ªnimamente de c¨®mo son sus compatriotas en el Medio Oeste y de c¨®mo ven la confrontaci¨®n racial los americanos de segunda generaci¨®n de Florida. Por no hablar de la crisis industrial y c¨®mo la analizan los trabajadores blancos de Detroit.
Bueno, pues de todo eso sabe un mont¨®n el espa?ol medio. A m¨ª esta ma?ana, cuando ya se conoc¨ªan los datos electorales, mi panadero me ha dado un buen repaso al respecto. A ¨¦l no le ha extra?ado nada, conociendo como conoce de cabo a rabo la naturaleza de estos americanos. ?l nunca ha estado en Estados Unidos, pero no necesita hacerlo para saber de qu¨¦ habla.
Aqu¨ª, al menos en Madrid, nadie se ha sorprendido con el resultado m¨¢s que los que han estado a?os en Washington o Nueva York. Lo mejor es no haber ido nunca, por lo visto.
Yo llevo casi 24 horas esperando el apocalipsis, que no se ha producido afortunadamente todav¨ªa. Y para hacer la espera un poco m¨¢s llevadera, me he puesto a leer la correspondencia que sostuvo Herman Melville con Nathaniel Hawthorne hace siglo y medio (La U?a Rota). La verdad es que leyendo esas cartas se aprende mucho de literatura. Y se puede uno preguntar si un editor puede dedicarse a esas cosas viviendo en Segovia. Y resulta que s¨ª, y que es muy improbable que Trump pueda evitarlo en el futuro.
Tambi¨¦n he visto la pel¨ªcula El coraz¨®n del mar. Y cada vez siento una admiraci¨®n mayor por el que considero uno de los m¨¢s importantes creadores americanos. Moby Dick es uno de mis libros favoritos desde siempre (siempre es mucho tiempo) y me prometo retomar la costumbre de leerlo por lo menos una vez al a?o.
Y eso hoy me lleva a pensar que Donald Trump es una an¨¦cdota apenas en mi relaci¨®n con la literatura americana. Que no hay ninguna posibilidad de que la interfiera.
Hoy, con m¨¢s raz¨®n que nunca, voy a dedicar mi tiempo a leer a Melville, sus cartas y sus novelas. Y no pienso aprender nada sobre el car¨¢cter del americano medio de Oreg¨®n o Arkansas. Es mejor aprender del americano sobresaliente.
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