Accidentes
La anciana de Reus ha muerto por accidente como han muerto espa?oles por enfermedad tras llevar meses en lista de espera
Una anciana ha muerto en Reus v¨ªctima de un incendio en su casa. Es un titular cierto. Se sabe tambi¨¦n que los Mossos tienen una hip¨®tesis: el accidente. La investigaci¨®n policial constata un hecho, el fuego, y aventura una hip¨®tesis ver¨ªdica. Al mismo tiempo que los Mossos se mueven, lo hace el periodismo, que sabe que una de las lecciones de su oficio es que no hay noticia suelta. Una mujer, por ejemplo, puede morir en un accidente de tr¨¢fico. Pero si el coche lo conduc¨ªa su exmarido es seguro que la mujer haya sido asesinada. Y esto conecta directamente no con la seguridad vial y las cifras de accidentes; esto habla de un modelo de sociedad y conducta.
Del incendio de Reus se sabe que fue provocado por una de las velas utilizadas en casa; la mujer, de 81 a?os, llevaba dos meses sin suministro el¨¦ctrico por impago. Hay que observar con cuidado este tipo de muertes. Sobre todo por su tratamiento oficial: que nunca pasa, como es l¨®gico, del informe forense. Pero el hecho desnudo puede no ser la verdad. La I?Guerra Mundial no se produjo porque el ch¨®fer del archiduque de Austria se perdiese por las calles de Sarajevo, aunque se perdiese, y facilitase su muerte, y estallase la guerra.
La anciana de Reus ha muerto por accidente del mismo modo que han muerto espa?oles por enfermedad tras llevar meses en lista de espera. A un zaragozano que necesitaba extirpar con urgencia un tumor no pudieron operarlo por falta de quir¨®fanos; en Bellvitge un hombre aguard¨® 22 meses una intervenci¨®n antes de morir; en A Coru?a muri¨® una mujer de c¨¢ncer tras esperar cuatro meses a ser ingresada. Hay muchos casos m¨¢s, no siempre relacionados con la sanidad y no siempre tan relacionados con la incompetencia como con la insolvencia moral.
Como a la mujer de Reus, lo que ha ocurrido con los pacientes no es que el Estado los matase, que no los mat¨®, sino que ha creado condiciones para que ocurriese. Por eso alrededor de las versiones oficiales sujetas al hecho hay un contexto que corresponde citar al periodismo. Los recortes en sanidad en el primer caso. En el otro, la interrupci¨®n del suministro de compa?¨ªas el¨¦ctricas que desde 2008, cuando empez¨® la crisis, han multiplicado sus beneficios.
Una de las grandes derrotas de este tiempo es confundir ese contexto con demagogia; la palabra se extiende hasta desvirtuarlo todo, incluso la verdad. Hay otra derrota, que es creer que el precio a pagar por la luz no acarrea la obligaci¨®n del Gobierno de garantizar los mismos servicios b¨¢sicos que entreg¨® al mercado, convirti¨¦ndolos en productos burs¨¢tiles.
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