Larga vida a la monarqu¨ªa
Si hace 40 a?os los espa?oles hubi¨¦ramos tomado el camino republicano en lugar del mon¨¢rquico, ?estar¨ªamos mejor?
Cuando el estudioso Edward Banfield pregunt¨® a un campesino italiano de posguerra cu¨¢l era su forma ideal del gobierno, ¨¦ste respondi¨® que la monarqu¨ªa porque el rey es del due?o del pa¨ªs. Como el due?o de una casa cuando se rompe una tuber¨ªa, el rey tiene m¨¢s inter¨¦s en arreglar los problemas del pa¨ªs que el inquilino de turno.
La reflexi¨®n del campesino era parcial. Y no ten¨ªa en mente la monarqu¨ªa constitucional que daneses, brit¨¢nicos y espa?oles compartimos en el siglo XXI. Pero toca un aspecto esencial en cualquier debate sobre la forma de gobierno: ?qu¨¦ incentivos tiene el jefe del Estado para pensar en el largo plazo de la naci¨®n y no dejarse arrastrar por las luchas pol¨ªticas del momento?
Ah¨ª parten con ventaja las monarqu¨ªas hereditarias. En particular, las que siguen el principio de primogenitura. Las monarqu¨ªas con otros mecanismos de sucesi¨®n, como algunos pa¨ªses ¨¢rabes hoy o las monarqu¨ªas electivas del medievo, tienen lo peor de los dos mundos: ni legitimidad democr¨¢tica ni estabilidad.
Si hace 40 a?os los espa?oles hubi¨¦ramos tomado el camino republicano en lugar del mon¨¢rquico, ?estar¨ªamos mejor? La respuesta no puede ser concluyente, porque es dif¨ªcil aislar el efecto que la forma de Estado tiene realmente en una sociedad. Pero es innegable que los r¨¢nquines de pa¨ªses mejor gobernados del mundo est¨¢n encabezados por monarqu¨ªas constitucionales, de las ant¨ªpodas a Canad¨¢, pasando por los pa¨ªses n¨®rdicos.
Las rep¨²blicas entra?an m¨¢s riesgos. Los jefes de Estado elegidos en las urnas pueden caer en la tentaci¨®n de extralimitarse en sus funciones para avanzar una agenda partidista. Ha sido la rutina en los presidencialismos americanos, con la excepci¨®n de Estados Unidos. Hasta Trump. Con lo que ahora leemos a partidarios de una monarqu¨ªa constitucional para Norteam¨¦rica hasta en The New York Times. Pero, en un sistema parlamentario, ?no podr¨ªa Espa?a funcionar tan bien como la rep¨²blica alemana? S¨ª, pero tambi¨¦n podr¨ªamos haber seguido a las menos ejemplares rep¨²blicas de Italia o Grecia.
En democracia, la legitimidad de los reyes para gobernar ha muerto. Larga vida a la monarqu¨ªa pues. @VictorLapuente
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