Cr¨ªmenes de guerra favorecidos por la indiferencia
Vuelven los bombardeos del r¨¦gimen de El Asad contra centros sanitarios y escuelas de Alepo
Los hospitales y las escuelas de los barrios orientales de Alepo se han convertido en blanco de los bombardeos lanzados por el r¨¦gimen de El Asad en la ¨²ltima semana. Los ataques han afectado a los escasos hospitales que a¨²n eran capaces de proporcionar asistencia en la parte asediada de la ciudad, lo mismo que a dos colegios. M¨¦dicos sin Fronteras advirti¨® el d¨ªa 21 del impacto sufrido por ¡°el ¨²nico hospital pedi¨¢trico especializado en el sitiado este de Alepo¡±: tres pisos destruidos y el centro sanitario fuera de servicio. Adem¨¢s, otros ataques han dejado inoperativos dos centros quir¨²rgicos y el hospital general. Unicef, por su parte, denuncia la terrible situaci¨®n de unos 100.000 ni?os atrapados por el asedio, para los que no existe ya ning¨²n lugar seguro.
Los ataques se dirigen desde hace meses a la destrucci¨®n de las infraestructuras civiles de las que puede servirse una poblaci¨®n estimada en 275.000 personas. El problema no es solo la destrucci¨®n f¨ªsica de las instalaciones y de los que se encontraban en ellas, sino el terror que causan entre la poblaci¨®n sometida al diluvio del fuego artillero, de los misiles tierra-tierra y de las bombas vomitadas desde aviones y helic¨®pteros. La ofensiva se ha recrudecido, a juzgar por los v¨ªdeos y las informaciones ¡ªquiz¨¢ incompletas, pero las ¨²nicas disponibles¡ª que llegan hasta los medios de comunicaci¨®n y las redes sociales. La intensificaci¨®n de la campa?a militar coincide con el agotamiento de las reservas de alimentos de la ONU: hace meses que ning¨²n convoy de ayuda humanitaria puede entrar en las partes de la ciudad asediadas por el r¨¦gimen sirio, siempre protegido por sus aliados rusos.
No hay duda de que la reconquista de Alepo ser¨ªa una gran victoria militar y pol¨ªtica para el presidente El Asad y un punto de inflexi¨®n decisivo en una guerra que dura ya cinco a?os. En el intento de marcarse ese tanto, no parece dispuesto a ahorrar a la poblaci¨®n civil ninguna de las penalidades ¡ªbombardeos, hambre¡ª que, h¨¢bilmente combinadas, pueden llevarle a conseguir la rendici¨®n de los rebeldes.
Es verdad: ha protestado la Casa Blanca, pero todo el mundo sabe que la actual Administraci¨®n de Barack Obama da sus ¨²ltimas boqueadas en la transici¨®n hacia una presidencia mucho m¨¢s inquietante. Tambi¨¦n es cierto que Ban Ki-moon ha condenado personalmente los ¨²ltimos ataques, asegurando que sus responsables tendr¨¢n que rendir cuentas ¡°alg¨²n d¨ªa¡±. Pero, ?cu¨¢nto pesa el en¨¦simo comunicado de un secretario general de la ONU al que le quedan unas pocas semanas en el puesto?
No puede haber nada m¨¢s contrario al derecho humanitario que el bombardeo de hospitales y escuelas. Para conseguir que dejen de cometerse estos cr¨ªmenes de guerra, la comunidad internacional tiene que salir de la indiferencia pr¨¢cticamente total con la que asiste a tales atrocidades.
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