Tacones en la arena
El mensaje est¨¢ claro: el a?o pr¨®ximo habr¨¢ mucho m¨¢s oro
Hay infiernos a los que te apetece regresar. Art Basel Miami es uno de ellos. Se trata de una feria de arte donde confluyen el talento, el exceso, la vulgaridad, la violencia y el dinero. Como en el infierno, desfilan delante de ti para confundirte, quiz¨¢s seducirte, mientras el calor te devora.
¡°Es la feria del maltrato¡±, sintetiza mi amiga Carolina, mientras sus alt¨ªsimos tacones Gucci se hunden en la arena en la playa delante del Hotel Faena. ¡°Te maltrata el tr¨¢fico, insoportable. Te maltrata el clima, te despiertas con un sol maravilloso y cuando sales hay una tormenta. Te maltrata el mal gusto de los millonarios comprando arte tama?o XL. Pero, sobre todo, te maltrata la eterna pregunta: ?Por qu¨¦ estoy aqu¨ª otra vez?¡±.
Carolina se hac¨ªa esa pregunta rodeada de 200 invitados vip que no pod¨ªan entrar a una carpa en plena playa dise?ada por Juan Gatti, fot¨®grafo y artista gr¨¢fico responsable de las mejores portadas del pop espa?ol y de los t¨ªtulos de cr¨¦dito m¨¢s ic¨®nicos de Almod¨®var. Los porteros delante del ef¨ªmero espacio luchaban por dominar las hordas, constatando que no hay nada m¨¢s temible que un vip enfurecido. ¡°Lo que pasa es que hay demasiados vips¡±, intentaba mediar un relaciones p¨²blicas. ¡°Despierta, chico, en la era de Instagram todos somos vips¡±, vocifer¨® uno de los afectados. El nivel de disparate en el vestuario (un poco de minimalismo confundido con excesos est¨¦ticos de Trump) tambi¨¦n indicaba que en el infierno, hiperrealismo y surrealismo, por fin, van de la mano.
Hay que reconocerlo, nunca conseguimos entrar en el espacio vip. Gatti envi¨® un whatsapp disculp¨¢ndose: ¡°Esto a veces se desmadra¡±. Quiz¨¢s a¨²n no sab¨ªa que esa misma noche, en el garaje del hotel de moda, se fue la luz y las plataformas que suben y bajan los coches se quedaron suspendidas, con los veh¨ªculos corriendo el riesgo de deslizarse y caer hacia los impacientes y adinerados propietarios. Ambiente de El Coloso en llamas. ¡°Eso s¨ª que ser¨ªa una performance, mi amol¡±, dispar¨® una artista cubana que repart¨ªa flyers para otra feria.
Hace unos a?os, en este mismo infierno, tropec¨¦ con Lapo Elkann, tan superbien vestido que te daba un pel¨ªn de miedo. Era su etapa sobria, que le ha durado ocho a?os hasta que esta semana se autosecuestr¨® para exigir 10.000 d¨®lares de rescate y pagar una noche de excesos. Mientras le critican, yo sostengo que Lapo est¨¢ enviando un mensaje: estuvo sobrio cuando la econom¨ªa se hund¨ªa en la crisis. Ahora, con Trump, ?tach¨¢n!, vuelve el exceso. Lo confirm¨¦ cuando o¨ª a otra vip, con los tacones invisibles en la arena: ¡°Pagaremos menos impuestos. M¨¢s dinero para gastar en el mall¡±. Y Miami es la ciudad Mar-Mol.
Carmen Rigalt me mencion¨® en su cr¨®nica sobre la fiesta de Vanity Fair, asegurando que envidiaba la cercan¨ªa a Cuba cuando estoy en Miami. Aqu¨ª celebran la muerte de Fidel pero sintiendo que la fiesta les pilla ya mayores. En cualquier caso, mientras los europeos, aterrados de ver c¨®mo el d¨®lar sube y sube, hablan de Trump y de Lapo, los latinos hablan de las declaraciones de Eli¨¢n, aquel ni?o cubano que regres¨® a la isla despu¨¦s de que su padre lo reclamara. Eliancito, ahora veintea?erito y sin facilidad oratoria, dijo que en Estados Unidos tienen a Superman pero que Fidel es inmortal. ¡°El chico se qued¨® trastornado con los superh¨¦roes¡±, me explic¨® un camar¨®grafo cubano con ese acento que se traga las vocales como la arena los tacones. ¡°En Cuba no hay superh¨¦roes¡±, agreg¨®, ¡°solo supervivientes. La revoluci¨®n tuvo dos enemigos: Walt Disney y Marvel¡±.
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Y en Espa?a tenemos dos baronesas. Tita Thyssen y Susana D¨ªaz, que est¨¢ haciendo su propia colecci¨®n de barones y federaciones socialistas. Miquel Iceta ya est¨¢ en el bote. Hay algunos tiquismiquis que ponen pegas, hablando de pu?aladas y eso. ?Es pol¨ªtica! ?Es que no han visto House of Cards? Es una vuelta al PSOE cl¨¢sico sin incertidumbres. La otra baronesa, Tita, acumula, tambi¨¦n sin incertidumbres, cuadros y joyas como hemos visto en la exposici¨®n de Bulgari en su museo. Donde brillan el collar y la pulsera regaladas por el bar¨®n Thyssen en el a?o 89, con gran cabuch¨®n de esmeralda, esa talla redondeada que resiste mejor las ralladuras que pudiera provocar el uso. O la exposici¨®n. El mensaje est¨¢ claro: el a?o pr¨®ximo, habr¨¢ mucho m¨¢s oro, m¨¢s exceso. Y se olvidar¨¢n los tacones hundidos en la arena.
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